CHOQUE DE TRENES por Juan Alfredo Bellón para EL MIRADOR DE ATARFE  del domingo 11-12-2016. Por problemas de la redacción este artículo no se pudo publicar el domingo, lo que hacemos hoy.

Dicen estos días los periódicos, las radios y las teles que España crece muy por encima de Europa y que, como se decía de las ciencias en la copla de aquella zarzuela, hoy aumentan nuestras exportaciones que es una barbaridad y la gente se mira atónita y pone cara de tonta preguntándose qué moto le están queriendo vender y en qué se palpa, de verdad, la mejora de nuestra economía si no es en que, si queremos obtener determinados beneficios sociales que expandan y rebasen el techo del gasto, habrá que pagarlos con los correspodientes incrementos fiscales que compensen el incremento del déficit. A saber, cuánto nos costará la bajada al 4% de IVA cultural y del de los libros; cuánto la subida del salario mínimo interprofesional; cuánto el cumplimiento efectivo de la Ley de Ayuda a la Dependencia o cuanto la financiación para reposición necesaria de los recortes efectuados soto voce sobre la sanidad universal o la enseñanza.

Porque ahora es cuando se empieza a saber cuánto ha sido en realidad lo que nos han hecho la puñeta o recortado, lo que nos han ido quitando de la tarta de la excelencia de nuestros derechos sociales aunque ello no se haya podido percibir por el esfuerzo titánico de algunas comunidades autónomas a las que ahora, encima, se las quiere hacer resposables de la merma en la calidad y la cantidad de dichos disfrutes. Ahora es cuando se entiende lo que advertía el Gobierno Andaluz sobre el enorme esfuerzo que le estaba costando compensar las mermas de las ayudas del Gobierno Central en materias de Sanidad, Enseñanza y Dependencia durante el último mandato de la derecha.

Y así es como se comprende que los agentes de esa derecha, disfrazados de asociaciones seudoprofesionales, de colectivos supuestamente afectados, de visionarios seudoplataformeros iluminados y otras santas leches, estén preparando una protesta alternativa al acto convocado en Jaén el próximo día 16 de diciembre por el PSOE de Andalucía con la presencia de Susana Díaz y José Luis Rodríguez Zapatero. Y todo ello, como dice la letra de la archifamosa sevillana (En-el-mismo día-y-la-misma-hora…) para aprovechar el loor de multitudes logrado en Granada por la concatenación de una serie desgraciada de condiciones adversas a la que no son ajenas la ingenuidad de los gobernantes y la maldad política de la oposición que ha sabido instrumentalizar las quejas sanitarias de la población contra la nueva organización de las prestaciones y aprovechar el impulso de esas quejas para transformarlo en un órdago dislocado (dos por el precio de uno) que no tiene más fundamento que el de la demagogia populista, hoy tan en boga en las sociedades contemporáneas.

Porque hay que recordar cuánto ha costado la modernización y la renovación del Sistema Sanitario granadino y cuánto costaría duplicarlo sin más en estos momentos y de dónde podría salir esa quimérica cifra en caso de que alguien consintiera de pronto y por las buenas en incorporarla a los presupuestos de Andalucía multiplicada por las ocho provincias, como sería justo y natural.

Este es el verdadero fondo de la cuestión y el quid del problema porque, de una manera demagógica, unos iluminados de origen conservador y hasta reaccionario han logrado encrespar a la población en torno a la satisfacción inmediata y quimérica de unas necesidades de bienestar sanitario que cabrían en un programa de máximos de una plataforma política socialdemócrata en un país rico y avanzado pero no en absoluto en unas reivindicaciones inmediatas de una región mediterránea que lucha por sobrevivir en un contexto global donde todo o casi todo lo tiene en contra. Veasé si no la avalancha de comentarios interesados que ha levantado la publicación de los resultados del informe PISA de la UNESCO sobre el aprovechamiento en el Aparato Escolar en el mundo y la comparativa con España y, dentro de ella, entre unas y otras regiones que, manejado con sesgo dañino, lleva a concluir la bondad inocente y absoluta de la política educativa en Castilla-León y la indigencia parece que culposa de las políticas aplicadas en Andalucía y Extremadura, mezclando clamorosa e intencionadamente en la comparativa las churras con las merinas y concluyendo (o permitiendo concluir) a partir de hechos tan diferentes como la proporción de minorías inmigrantes o del medio urbano y rural en unas y otras regiones en las que se han efectuado las encuestas.

No se debe olvidar que todo esto (la quiebra de la confianza popular en las políticas sociales sanitarias, educativas y compensatorias de la discapacidad) se produce en los contextos de los países que están y estamos sufriendo la actual crisis mundial una de cuyas características es, para quienes la padecemos, como el monstruo del lago Ness, que nunca deja de hacerse presente y además se aparece ante quienes sufren de sus eternas sugerencias como una catástrofe infinita y que, por eso, hará necesarios unos medios treumatúrgicos, especiales y poco racionales para acabar con él: un paladín tan atípico y tan tópico como Donald Trump, una batería de héroes como Superman, Capitán América y sus amigos del alma y una sanidad moderna y eficiente como la privada que ha sabido levantar esas clínicas tan espléndidas en el campus universitario de Navarra y en los hospitales privados y de pago del resto de España donde se contraofertan los cuidados sanitarios por un precio certero, asequible y razonable, donde se lucha ferozmente por sacar adelante ese otro modelo sanitario que, de soslayo, se presenta como alternativa neutra e inocente. Téngase también en cuenta, con toda la cautela que el uso de la noticia exige, que España viene aportando constantemente a las ciencias de la salud gran cantidad de investigaciones que provienen sobre todo del ámbito de lo público, como esas recientes que versan sobre el origen de la metástasis celular.

Sé que el despliegue y desarrollo de mi posición exige una discusión en profundidad para ser puntualizada en el seno los colectivos interesados en el asunto de la salud y en la defensa no exclusiva ni excluyente de la pública, por eso he querido traerlo a cuenta hoy aquí, en vísperas de ese choque de trenes, de una confrontación tan áspera como innecesaria: la que se avecina en Jaén el próximo día 16 de diciembre y que no beneficiará a ninguno de los dos convoyes enfrentados. El que avisa no es traidor.

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