Hace poco escuché la historia del vaso de agua. Me pareció muy buena y por supuesto muy gráfica para explicar un concepto que es necesario transmitir para que más personas comprendan por qué es tan importante la accesibilidad y la exigencia de la misma en nuestro entorno.

  ¿Cuánto pesa este vaso de agua?

Un conferenciante, en una de sus charlas, levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:

¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.

El conferenciante respondió:

El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará.
El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve.

Y continuó:

Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más, empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.

Concluyó el conferenciante:

Acuérdate de soltar el vaso.

 El vaso de agua y la accesibilidad

Imaginen por un momento que, de un día para otro, de repente, son incapaces de subir o bajar escalones.

Tras ponerse en esta situación, salgan un momento a la calle. Imaginen que cada vez que quieren salir tienen que pasar todos los escalones con los que se encuentren y sin posibilidad de evitarlo, por ejemplo en su edificio de viviendas, en la acera para cruzar en el camino al trabajo, en la tienda de enfrente,… En muchos, casi todos, los edificios de su vida cotidiana en el día a día.

Es como sujetar un vaso de agua a cada momento y no poder soltarlo nunca, porque, cada día, hay una nueva barrera que para ustedes, ahora que ya no pueden salvarla, se convierte en un vaso de agua que tienen que sujetar y lo que es más preocupante: no lo podrán soltar.

El motivo de no poder soltar ese teórico vaso es la falta de accesibilidad en todos los entornos, bienes y servicios de nuestra sociedad. Para un porcentaje importante de individuos, no representará un vaso y en su imaginario colectivo calificarán sus entornos como aceptables, a pesar de esos rumores sobre falta de accesibilidad. Para un porcentaje no menos importante, que representa a 4 millones de personas en España, la falta de accesibilidad significa un peso a soportar en su vida y que, día a día, mes a mes, año tras año, se volverá cada vez menos soportable y menos comprensible, terminando por paralizar al individuo y eliminar ese derecho a la libertad que le concede su estatus de ciudadano a pesar de que por otros, el problema no es tan importante.

Si lo apreciamos desde este punto de vista, es un problema que desgasta mucho. Es además un problema que se puede solucionar: sólo hay que incluir a la accesibilidad en nuestra sociedad, de una manera más efectiva y también más participativa.

Evitaremos, ese peso gratuito, paralizante, que esclaviza sin cadenas, que erosiona sin viento, ni agua. Ese vaso de agua que nadie ve, pero que aguantan muchas personas.

Escrito por  

http://antoniocorbalanpinar.com/index.php/component/k2/item/40-la-accesibilidad-y-el-vaso-de-agua

 

A %d blogueros les gusta esto: