Falsas informaciones sobre secuestros, detenciones y sospechosos han circulado en torno a la desaparición del niño de Almería

Pocas horas después de que se conociera el hallazgo del cadáver de Gabriel Cruz, el niño de ocho años que desapareció el 27 de febrero en Las Hortichuelas (Almería), comenzó a circular por redes sociales y WhatsApp un bulo que vinculaba a la pareja del padre del niño, Ana Julia Quezada —detenida este domingo cuando llevaba en el maletero de su coche el cuerpo del menor—, con el secuestro de otra niña

No ha sido la única información falsa que ha circulado durante los 12 días que ha durado la operación de búsqueda de Gabriel:

Ana Julia Quezada no está vinculada con el secuestro de Anaís Gómez

Un mensaje difundido principalmente a través de WhatsApp ha intentado vincular a Ana Julia Quezada con el secuestro parental de Anaís Gómez, desaparecida el 4 de septiembre de 2016 en San Javier (Murcia). “Es la misma que en 2016”, se lee en un texto ilustrado con un montaje en el que aparece el cartel de la niña sustraída junto a una foto de Ana Julia Quezada en la que posa con una menor. La mujer había publicado esa fotografía el 29 de marzo de 2014 en su cuenta personal de Facebook, abierta y por tanto accesible a cualquier usuario de esta red social. Tanto la Policía como SOS Desaparecidos han desmentido la implicación de la pareja del padre de Gabriel Cruz en el caso de la niña murciana, aunque basta una mera comparación entre las dos imágenes para notar que no se trata de la misma niña.

La falsa detención de Quezada

Cuatro días antes de que la Guardia Civil hallara el cadáver de Gabriel Cruz en el maletero del coche que conducía Ana Julia Quezada, algunos medios de comunicación informaron erróneamente de su detención mientras que otros aseguraron que la pareja de Ángel Cruz centraba el foco de las investigaciones. La Guardia Civil considera que tales informaciones pudieron poner nerviosa a Quezada e impulsarla a cambiar el cuerpo del niño de lugar.

Un pico y una pala en el coche del acosador de Patricia Ramírez

Un “testigo fiable” declaró a Espejo Público, un programa de Antena 3, que había visto a Diego F. A., el acosador de la madre de Gabriel, introducir “en su vehículo tres objetos sospechosos el día en el que desapareció el niño: un pico, una pala y una bolsa de grandes dimensiones”. La investigación ha descartado por ahora la implicación del hombre en la muerte del menor.

Los “dos marroquíes” que secuestraron a Gabriel

Los difusores de bulos xenófobos aprovechan cualquier circunstancia para promover el odio hacia los inmigrantes. Durante la operación de búsqueda de Gabriel Cruz, trascendió que “unos marroquíes en una furgoneta blanca” habían secuestrado al niño. Según ha informado La voz de Almería, esta falsa información provocó en la zona de Campohermoso algunos altercados que obligaron a intervenir a la Guardia Civil.

Firmas que aumentan condenas

El mismo domingo, cuando apenas se acababa de conocer la noticia sobre el hallazgo del cadáver del niño, varias peticiones abiertas en la plataforma Change.org animaban a los ciudadanos a firmar para que la condena de Ana Julia Quezada fuera lo más dura posible. Una de ellas, que a las 12 del mediodía de este lunes sumaba más de 23.000 rúbricas, reclama la cadena perpetua para los asesinos del niño. La segunda, con más de 192.000 apoyos, pide que Quezada cumpla condena en su país de origen, República Dominicana, “sabiendo que la justicia española resultará ser insuficiente castigo y demasiado complaciente con esta asesina, incluso si se le impusiera la pena de 150 años de prisión o cadena perpetua”. Un tercer texto, difundido por WhatsApp, anima a divulgar un mensaje con el argumento de que si se alcanzan los “25.000 mensajes difundidos, la novia del padre de Gabriel tendrá una condena de 20 años”.

Los tres mensajes que reclaman el apoyo ciudadano promueven acciones imposibles en España. En primer lugar, no existe la cadena perpetua, sino la prisión permanente revisable, una especie de cadena perpetua en la que el condenado puede llegar a recuperar la libertad tras una serie de plazos de al menos 25 años. Tampoco es posible que Ana Julia Quezada cumpla condena en República Dominicana por un crimen cometido en España ni que el volumen de mensajes enviados a través de móvil determinan los años de condena: la justicia española actúa conforme a las leyes y las penas nunca se establecen en función de peticiones de ciudadanos.

https://elpais.com/elpais/2018/03/12/hechos/1520853796_023304.html

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