Juan José Casado Cervantes nos trae para la gacetilla de hoy, un interesante artículo titulado “A propósito de algunos topónimos”. Con él podemos conocer algo más de este lugar.
“Es probable que en alguna ocasión nos hayamos preguntado por el origen del nombre de alguna calle, un camino, una montaña o una población. De descifrar el origen de los nombres de los lugares, así como el significado de la raíz del que proceden se encarga la Toponimia, rama de la Onomástica que trata de la catalogación y estudio de los nombres propios. El tema no es baladí.

La Real Academia de la Lengua, por ejemplo, en el Diccionario panhispánico de dudas, señala, en el tratamiento de los topónimos, que “…La mayor parte de las dudas sobre topónimos se plantean cuando surge la necesidad de nombrar lugares nuevos o ausentes del repertorio toponímico tradicional. A ello se añaden los cambios de denominación impuestos por las nuevas realidades geopolíticas o reclamados por los Gobiernos locales, que a menudo chocan con las denominaciones tradicionales.

Muchos topónimos provienen, además, de lenguas que utilizan alfabetos no latinos o que carecen de representación escrita, los cuales han de transcribirse y adaptarse siguiendo en lo posible los usos ortográficos propios, con el fin de que su grafía refleje adecuadamente su pronunciación…” Sin embargo, no es la perspectiva relacionada con la Lingüística la que aquí nos interesa resaltar sino aquella otra, limítrofe con la Historia y la Etnohistoria, que nos ayude a recordar algunos topónimos que se utilizaban en Atarfe y que han quedado en desuso.

Nos informa la Wikipedia, en su entrada sobre el concepto de Toponimia, que el origen de los topónimos primitivos puede deberse a la geografía, a nombres relacionados con personas, con vegetales, santos, animales o con circunstancias históricas. Precisamente a este último caso nos vamos a referir con el topónimo del Camino de los muertos.

Dicho camino comenzaba en la Casita de papel, lo que hoy día es la calle Chauchina, y finalizaba en la Viñuela, aunque hay quien localiza el inicio del camino en la calle Maracena, cercano al inicio del “Camino de la Higuerilla” (deformación del Camino de la Higueruela) –tal como decíamos los niños de la década de los ´70 del pasado siglo-, también conocido como Camino del Matadero y que tenía su inicio en la actual calle de Las marquesas.

Independientemente de la localización del inicio del camino, al que nos podéis ayudar a localizar, nos aventuramos a sugerir una relación histórica entre ambos, que vendría a reafirmar la localización de la Batalla de la Higueruela del 1 de julio de 1431, que dejó un gran número de bajas.

En cuanto a topónimos con origen en animales, está en desuso también el topónimo de Campo de las ranas, referido al espacio que ocupa el Colegio Doctor Jiménez Rueda. Es evidente que los niños de mi generación recordarán coger renacuajos que vivían en charcos y criarlos en cautividad y comprobar su metamorfosis. Precisamente fueron los niños de mi generación los que inauguraron dicho colegio, lo que puso fin a estos charcos y a sus curiosos habitantes.

También referidos a animales pero probablemente con un origen inmemorial, podemos citar el Barranco del Lobo. Dicho topónimo se localiza en las estribaciones de Sierra Elvira, cerca de la Hoya del Rey, haciendo de límite, en el cauce bajo del torrente homónimo, entre el término municipal de Atarfe y Pinos Puente, aunque incluido en Atarfe por tener el cauce alto dicho torrente en este término municipal. 


Es curioso como los topónimos se van olvidando y perdiéndose su uso. Precisamente al respecto, un amigo, al dirigirnos a una visita al yacimiento de Medina Elvira, me preguntaba si sabría localizar el “cortijo del lobo”, que no debía estar muy lejos de la zona y en el que había vivido un familiar suyo. Yo no había oído citar nunca dicho cortijo. Investigando un poco logré encontrar el citado barraco y deduzco que por la zona se localizaría este cortijo. 


El tema es inagotable. El mismo topónimo de la Hoya del Rey daría lugar a otra investigación, al igual que el sugerente Barranco del Tesorillo, localizado cerca del Cortijo Marugán. Pero no tenemos que irnos tan lejos en el tiempo para reconocer que, al igual que el paisaje urbano y el paisaje rural de Atarfe van evolucionando, de forma paralela lo hacen los topónimos, muchos de ellos quedando para el olvido o perdiendo el sentido original que dio lugar al mismo. Me reafirmo en esto recordando que los niños de mi generación íbamos a jugar a “las Eras”, espacio que mantenía una leve fisonomía del antiguo espacio agrario que fue, y que hoy día es un espacio totalmente urbano. Hagamos entre todos un esfuerzo para no perder este cúmulo de cultura popular”.

Fotografía aérea fechada en julio de 1995, en donde podemos apreciar algunas de las toponimias a las que alude el artículo. El Parque Ramón Gardón está sin construir y parte de lo que hoy conforma el casco urbano está sin urbanizar. Aún se mantiene en pie la piscina de Pepe Baca y las pistas de tenis del Club Sol y Vega.

Curiosidades elvirenses.

 

FOTO PORTADA : BARRIADA DE SANTA AMALIA DONDE ESTABAN LAS ANTIGUAS ERAS

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