Los Baños de Comares conservan las técnicas originales del siglo XIV

Una intervención en el hamán real de la Alhambra saca a la luz el recubrimiento original de las bóvedas que se creía perdido tras siglos de restauraciones

Los Baños de Comares de la Alhambra, que mandó construir el sultán Ismail I a principios del siglo XIV, es el único de estos espacios hispano-musulmán vinculado a un palacio que se ha conservado íntegro en Occidente. Durante la rehabilitación, que ha comenzado por la impermeabilización de las cubiertas, se ha hallado el recubrimiento original de las bóvedas con sus detalles decorativos y técnicas artesanales.

«Los Baños Reales han tenido siempre, desde su construcción, problemas de filtración de agua de lluvia; por eso pensábamos que las bóvedas se habrían rehecho durante las sucesivas restauraciones realizadas a lo largo de los siglos. Nuestra sorpresa ha sido que trabajando en la restauración de una de las tres bóvedas del caldarium hemos encontrado, debajo de varias capas de mortero de cal, el recubrimiento exterior original decorado con un trazado, algo irregular, de una trama romboidal», comentó este jueves el arquitecto Pedro Salmerón, director de la restauración que comenzó a finales de octubre del pasado año y finalizará a mediados de 2016.

«Este descubrimiento es muy interesante por la maestría con la que se hizo el acabado de las cubiertas, con detalles decorativos originales, que demuestran el gran oficio con el que los artesanos nazaríes trabajaron en estas piezas. Este hallazgo nos va a permitir seguir investigando sobre las técnicas de construcción que se utilizaron en este periodo”, aseguró este jueves María del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra y Generalife.

Una restauradora trabaja en una lucerna del Baño de Comares.

Los Reales Baños de Comares, uno de los espacios más antiguos del conjunto monumental granadino, tienen una superficie de 320 metros cuadrados y cuatro zonas distintas —salas de vestuario, templada (tepidarium), de calor (caldarium) y de calderas— sobre las que se alzan 11 bóvedas con sus correspondientes lucernas cerámicas, uno de los elementos más característicos del hamán, en las que también están trabajando los expertos para recuperar su cromatismo y funciones originales.

«Creemos que el recubrimiento, que no tiene pretensiones decorativas de alto nivel, podría ser el exterior y lo hemos encontrado en una de las bóvedas del caldarium. Las otras dos bóvedas del mismo espacio también tienen revestimientos originales; aunque no tan excepcionales. También hemos trabajado ya en la bóveda de la sala de calderas, pero esta pensamos que ha sido rehecha», apunta Salmerón.

«Hasta el momento hemos trabajado en la limpieza de las capas de mortero que contenían cemento, fruto de intervenciones anteriores, y las de mortero de cal que están en malas condiciones. Además de hacer un análisis estratigráfico de todos los materiales», añade el director de la obra.

Los trabajos, en los que intervienen una veintena de profesionales entre arquitectos, arqueólogos, restauradores, historiadores del Arte los está ejecutando el Servicio de Conservación y Restauración de la Alhambra y cuenta con un presupuesto de más de 1,2 millones de euros.

Los Baños de Comares, a los que se accedía a través del patio de los Arrayanes, fueron mandados a construir por Ismail I (1314-1325) y el sultán Yusuf I (1333-1354) los amplió añadiendo la sala de reposo. El hamán era de uso exclusivo de la familia real y estaba diseñado para el uso de hasta 12 personas. «Parece ser que nunca se consiguió impermeabilizar las bóvedas, ni siquiera cuando estaba en uso, pero ellos mantenían una constante vigilancia y ante cualquier fisura aplicaban una nueva capa de mortero, mezcla de cal y arena limpia. La primera restauración de la que tenemos noticias se realizó ya en el siglo XVI, porque aunque los cristianos no los usaron como baños de vapor, sí decidieron conservarlos», añade Salmerón.

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