Más allá de la calidad y eficacia de los electrodomésticos hay una serie de prácticas básicas que llevadas a cabo diariamente, con constancia, pueden suponer un ahorro de energía que se acaba notando en el recibo a fin de mes. Una de ellas es apagar los aparatos eléctricos cuando no se están usando, pero apagarlos de verdad.

Es decir, nada de lucecitas rojas o verdes. Dejar los electrodomésticos en standby (modo de reposo) supone gastar hasta un 12% menos de electricidad. Según un estudio de la plataforma Mirubee, los hogares españoles podrían ahorrar más de 1.256 millones de euros al año en su factura de la luz desconectando todos aquellos aparatos que están en estado de standby.

  Según el informe, realizado analizando el consumo y comportamiento energético de más de 300 hogares de toda España, los dispositivos en standby representan un 20% del consumo total de energía en la vivienda. En concreto, según los datos obtenidos, estos aparatos en modo esperan suponen a un hogar un consumo medio de 38,1 kWh al mes. Así, teniendo en cuenta que la media del kWh ronda los 0,15 euros, supondría un total de 5,72 mensuales, es decir, un gasto total de 68,64 euros anuales por el consumo generado por estos aparatos.

Según Mirubee, el aire acondicionado, que puede llegar a consumir unos 21,6 kWh, lo que supone un gasto de unos 38,8 euros al año; los discos duros multimedia (unos 19,4 euros), y las impresoras y las televisiones CRT –tubo de rayos catódicos–, con unos 10 y 8 euros, respectivamente, son los dispositivos que más consumen en standby.

De igual manera, hay que tener en cuenta que los cargadores enchufados a la corriente, aunque no estén conectados al aparato, también consumen electricidad, según Fotocasa.