Desde la distancia que implica estar a dos mil kilómetros de casa seguramente se puede interpretar con más claridad si verdaderamente en España vivimos en un estado de derecho (hoy con minúsculas), con unos jueces que aplican las leyes razonablemente. Pero, a tenor lo visto, se evidencia que no, que la justicia va por un lado y la ley por otro.

Y no me voy a referir ni a Urdangarín ni a la mitad de los políticos de este país que, con razones o sin ellas, se pretende meter en la cárcel o cargarse, al menos, su prestigio para que no puedan presentarse a unas elecciones.Eso lo dejaremos para otro día porque lo que hoy me hace teclear con indignación y con absoluta frustración es que ya estén en la calle los cinco miembros de la “manada”, esa panda de canallas (quien quiera puede leer violadores de mujeres indefensas) que han salido bajo fianza de 6000 euros de la cárcel a pesar de que hay razones para dejarlos disfrutando de nuestro sistema penitenciario al menos hasta cumplir del tirón los nueve años a los que han sido sentenciados. Y siendo absolutamente benévolos, conste, porque lo que pedía para ellos la Fiscalía y acusación particular oscilaba entre 23 y 25 años de cárcel.

Porque los hechos probados son que estos cinco individuos se acercaron a una chica que estaba sola y había bebido más de la cuenta (eso, conste, no es un delito aunque hayan intentado manipularlo algunos leguleyos y arrimados mediáticos), la metieron en un portal, abusaronn sexualmente de ella y, en un alarde de valentía, mandaron los detalles a sus colegas del wasap, seguramente tan biennacidos como ellos. A continuación, le robaron el móvil y se fueron tan tranquilos. La chica, aturdida y destrozada emocionalmente, pidió ayuda a unos viandantes que son quienes llamaron al 112. A continuación y en menos de doce horas la policía los encontró y los detuvo. El resto es historia, una historia repugnante, asquerosa, machista e injustificable. Se pongan como se pongan en la judicatura. A estas alturas y con lo que sabemos de los hechos, estos seres inmundos son culpables de abuso sexual con prevalimiento, mientras no se aclare si se puede considerar una violación como pide la acusación. Punto. Sin entrar en lo ocurrido en Pozoblanco. Por eso debería dar igual que no exista riesgo de fuga en este periodo previo a la sentencia firme definitiva, lo cual es un decir, ni que no vaya a existir reiteración delictiva. Un abusador sexual, máxime si actúa como éstos prendas repulsivos, no es reinsertable en la sociedad. También es un modelo pernicioso para todos aquellos descerebrados que crean que pueden hacer lo que les dé la gana impunemente según sus instintos al margen del respeto a los demás y a su voluntad. Por eso, para este perfil de chusma no deben caber resquicios legales. No sé qué demonios están haciendo los políticos para no estar ya reformulando un código penal patriarcal y arbitrario que permite estas infamias e insulta a todas las mujeres. Porque no estamos hablado de que estos tipos se hayan saltado un semáforo en rojo con un patinete. Han abusado de una mujer, de una víctima que ahora, más vencida y herida aún, siente que las leyes están hechas para trampearlas. Y a eso sí que no hay derecho.

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