Tras una peregrinación por varias ciudades la urna de plata con los restos del S. Juan de Dios vuelven a la ciudad

No es nada macabro .. Son los restos de una persona Santa en la tierra. SAN JUAN DE DIOS. Huesos que soportaron el peso de muchos enfermos y deshauciados de las calles de Granada y a los que CUIDABA con el corazón y todos los medios que tenía mendigando. El dignifica al hombre como tal aunque no muchos corresponden

El 12 de octubre de 1950 miles de personas salieron a la calle para recibir las reliquias de San Juan de Dios, que llegaban a Granada tras peregrinar por España y Portugal.
La ciudad se engalanó, las campanas de las iglesias repicaron y la catedral iluminó sus torres y su fachada. Frente a la estación de Andaluces se instaló una tribuna donde autoridades civiles y religiosas de los dos países esperaron la llegada de los restos que, a continuación, instalaron en una carroza antigua para desfilar por las calles de la ciudad.
El cortejo recorrió Calvo Sotelo, Gran Vía de Colón y calle de la Cárcel hasta llegar a la Catedral.
Fue emocionante ver a los niños de los enfermos de la clínica de San Rafael que acompañaron a las reliquias desde Santa Fe, acostados en las camitas que habían colocado en camiones para seguir el desfile.
En noviembre de ese mismo año, el arzobispo Balbino Santos, abrió la pequeña arqueta que contenía las reliquias del santo para comprobar su estado tras el viaje.
Dentro había una pequeña urna de plata que no se había abierto desde 1923 y tres actas: las dos primeras, del 13 de octubre de 1862, en la que constaba la entrega de dos reliquias a San Antonio María Claret para la reina Isabel II y el Papa Pío IX, y una más en la que figuraba la apertura de la urna en el año 23.
Antes de encerrar de nuevo los restos, se cortó un trozo de hueso para colocarlo en el sepulcro del altar mayor de la catedral y otro trocito para hacer relicarios para las diversas casas de la Orden Hospitalaria.
Artículo de Amanda Martinez
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