Un tranquilo domingo, hace unas semanas, publiqué en mi cuenta de twitter esta reflexión: La nueva droga se llama Casas de Apuestas OnLine, las anuncian deportistas, periodistas y famosos, y tienen locales cerca de centros de enseñanza. Provocan enfermedades y arruinan vidas, muchas de ellas jóvenes. Hay que actuar de inmediato.

Era una simple opinión sobre un tema que creo preocupante y sin haber previamente profundizado específicamente en él, pero el tuit tuvo muchísima repercusión, con miles de RT y favoritos.   Y también cientos de respuestas, algunas de las cuales se mostraban contrarias a cualquier intervención porque significa coartar la libertad de adultos, y, sin duda alguna si una persona adulta,  consciente y en uso de su libertad quiere jugar como parte de su ocio, debe poder hacerlo a través de las empresas que se dedican a ello, no se trata de que la actividad en sí misma sea, como tal, algo negativo. Pero la mayoría de los comentarios hablaban de ludopatía, de que puede ser una verdadera y tremenda adicción, de familias muy afectadas, de protección de menores, de pasividad y necesidad de reaccionar, de famosos  que les publicitan de manera muy poco responsable, de beneficios enormes para los medios de comunicación por el concepto de publicidad…

Como consecuencia de ese interés, he hecho una labor de recopilación de diversos datos y noticias sobre el tema, que les ofrezco a continuación.

Primero y principal: la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024. Es el anteriormente llamado Plan Nacional sobre Drogas. En la página 27 dice específicamente que uno de los ejes de la estrategia son las adicciones sin sustancia o comportamentales, haciendo especial énfasis en los juegos de apuesta (presencial y online) (…).  En el mismo documento se reconoce que se tienen pocos datos de estas adicciones sin sustancia, pero que están adquiriendo mucha importancia.

Por tanto, el tema del juego no se considera, por los expertos que redactan esta estrategia, como un mero tema de libertad de personas adultas, sino como un verdadero problema de salud pública. Y asimismo lo cree el Defensor del Pueblo en funciones, que recomienda prohibir toda la publicidad de juego y apuestas en medios, salvo la de Loterías y la ONCE.

Ahora mismo es lo contrario: estamos bombardeados por la publicidad acerca del juego. En los descansos de partidos de fútbol o de otros deportes, la mitad de los anuncios son de casas de apuestas. Hay famosos -.actores, presentadores, deportistas, etc- haciendo publicidad. Las radios deportivas están continuamente haciendo publicidad, así como los equipos de fútbol, por ejemplo el Real Madrid con BWin. Jugar, en la publicidad, significa pertenecer a “un club” con socios esparcidos por todo el mundo y que comparten emociones y vivencias intensas.

Y sin embargo…leemos en la página 21 de la Estrategia sobre Adicciones sin sustancia: La amplia oferta de (video) juegos y la publicidad intensa en los medios y espacios deportivos y estrategias de marketing agresivas, principalmente dedicada a los más jóvenes, de las apuestas deportivas y juegos online y de apuesta, han contribuido a un aumento en el número de personas con problemas de adicción al juego y a un cambio del perfiles de los jugadores, especialmente online (más jóvenes, mayor nivel de estudios y, sorprendentemente, mayor número de mujeres jóvenes con problemas de juego de apuesta a través de Internet).

Los anuncios de juego on line se están disparando, los jóvenes se enganchan, y a ello contribuye que personas respetables estén animando a jugar. Leemos en este artículo en El País: La gente que está en tratamiento dice que es difícil pensar que haya consecuencias negativas si lo promociona una persona a la que respetas. Alberto (nombre ficticio) tiene 29 años y hasta hace unos meses nadie de su entorno sabía de su problema con las apuestas. Empezó con 19 años y acumuló 60.000 euros de deuda. “Los anuncios refuerzan la idea de que jugar es normal”, cuenta en la sede de Apal después de salir de terapia. “Soy un apasionado del fútbol desde pequeño y cuando empezaron las apuestas deportivas pensé que había llegado una oportunidad. Ahora me afecta cuando veo anuncios en la tele.

Y los menores pueden verse muy afectados, este otro artículo tiene un título muy expresivo: Cómo arruinarse con el juego a los quince años. 

Todo esto no es nuevo, los que tenemos una edad recordamos los enormes problemas de enganche que produjeron las máquinas tragaperras que estaban primero en los bares y luego en locales especializados. Pues lo de ahora tiene un potencial infinitamente superior, y los locales además suelen situarse mayoritariamente en barrios obreros o de menor nivel económico.

En definitiva, parece que el juego, especialmente el ofertado on line, tiene un peligroso componente adictivo, y, como decía en el huir, hay que actuar de inmediato. En qué dirección la deben determinar los expertos y los políticos,  pero también la propia sociedad.

Una línea sería crear una conciencia ciudadana de que no es bueno que “famosos”, en general, promocionen este tipo de actividades, porque como dice este otro artículo, si actúan así, “tienen potencial de crear una enfermedad” . En definitiva, que no dé buena imagen sino todo lo contrario, y acaben abandonando esta publicidad. Y lo mismo respecto de las radios comerciales. Un ejemplo interesante en este sentido la Real Sociedad, equipo de fútbol de San Sebastián, que ha decidido no llevar publicidad de apuestas, pero según esta noticia sería el único club de Primera que no tendría publicidad de casas de apuestas…

Obviamente los políticos tienen la mayor parte de la responsabilidad en cuanto a las acciones que han de adoptarse. En la anterior legislatura, Podemos presentó en el Congreso esta moción que entre otras cosas limita mucho la publicidad, y que con algún cambio fue votada favorablemente por PP, PSOE y Ciudadanos. En ella se calificó la actividad del juego como una actividad económica de especial riesgo para la salud.

Hay que retomar la cuestión, como también aprobar de manera urgente el reglamento de desarrollo de la ley de 2011, cuyo último proyecto de 2017 se quedó en un cajón.

Hay ya iniciativas públicas de las que podemos tomar nota, por ejemplo en Italia se prohibieron en 2018 la publicidad de los juegos de azar , y, muy recientemente,  en el País Vasco,  la televisión y radio públicas han decidido no emitir publicidad de este tipo. En otro sentido, en Extremadura una propuesta de Podemos en la Asamblea instaba a que las casas de apuestas físicas no estuvieran a menos de 200 metros de colegios e institutos, aunque aún no se ha materializado en una norma. Por su parte, la Comunidad de Madrid hablaba de una distancia de 100 metros,  que algunos partidos elevaban a 500 metros.

De cualquier modo, no debemos caer en la ingenuidad. Las apuestas son, sobre todo, un negocio extraordinario, que mueve miles de millones al año, y que financia generosamente su publicidad. Los destinatarios, famosos, medios de comunicación, etc., reciben unas buenas sumas de dinero. Se calcula que solamente en España mueve cada año más de 13.000 millones de euros y que las cifras están subiendo exponencialmente.

Y eso si hablamos de apuestas legales, claro, porque hay un pavoroso y gigantesco mercado de apuestas ilegales que lo infecta todo,  corrompe el deporte y la sociedad en general, como como pequeña prueba está el caso Oikos.

La conclusión es que tenemos delante un problema muy importante, que se va agigantando. Un problema de salud, económico, social, ético y penal.  Según Hacienda, hay ya más de tres millones de cuentas activas, y casi un millón y medio de jugadores activos.

Repito lo que dije en el tuit: tenemos que actuar de inmediato.

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