CRISIS DEL CORONAVIRUS. CÓMO SOCIEDAD, COMO PERSONAS ¿QUÉ HEMOS APRENDIDO? ¿QUÉ PODEMOS APRENDER? por Juan de Dios Fernández

Hace unos meses que nos empezaron a llegar las primeras noticias del Coronavirus desde China. Pero nos parecía muy lejano. “¿Otro Ébola?” Después al seguir las noticias, al ver la gravedad, al pasar a otros países vecinos… empezamos a preocuparnos “¡uff! una epidemia que se extiende… por allí! “Después llegó a Italia, la epidemia estaba cada vez más cerca, aunque pensábamos que no nos llegaría, pues llegó. Entonces nos conformábamos pensando “¡bueno a pasarla!, otra gripe A, que parecía mucho y se quedó en casi nada”. Incluso, cuando el gobierno iba informando y crecía nuestro conocimiento del problema, pero no crecía tanto nuestra preocupación y, por tanto, casi nada de responsabilidad y medidas personales.Al decretarse el “estado de alarma” ya empezamos a tomar conciencia, pero en mi caso, es el paso de la primera semana lo que determinó ser consciente, ver la gravedad, ver que nos ha cogido a todos desprevenidos, tanto a nivel personal, como estatal y autonómico.
Ahora la inmensa mayoría de ciudadanas y ciudadanos hemos tomado conciencia de la gravedad de lo que está pasando, de su extensión a nivel planetario, de lo que se está haciendo con la población y de cómo se puede controlar.Durante la segunda semana de confinamiento nos concienciamos de quienes están venciendo al virus, de quienes son nuestras heroínas y nuestros héroes (personal sanitario, limpiadores, agricultoras y ganaderas, empleados de supermercados, conductoras de camiones, ambulancias, autobuses…, fuerzas de seguridad…, y todos nosotros y nosotras con nuestra autodisciplina).Ahora es el momento de empezar a cuestionarnos muchas cosas. Cuestiones que se han de analizar para aprender y aprender para revisar nuestra escala de valores y creencias. Las creencias sociales que tenemos como si fuesen verdades absolutas, y que quizás no lo sean tanto. Esta semana y pico de confinamiento que falta, y las que puedan venir en el caso de que se alargue de nuevo, nos están demostrando que muchas de estas verdades no son tan
absolutas, ni siquiera tan verdades. Me da miedo que desaprovechemos la ocasión para aprender y mejorar. Que nuestro sistema vuelva a reiniciarse para volver a como estábamos.Me temo que una vez que entremos en cierta normalidad nos pase lo de siempre, volvamos a las rutinas, a los agobios y que “lo inmediato impida ver lo importante”. Ya nos ha sucedido antes Por ello voy a empezar mi proceso de reflexión, ahora que me queda, al menos, más de una semana, tiempo suficiente para nriquecer mis reflexiones. Os animo a hacer lo mismo, en soledad o, mejor, en compañía, ahora de familiares cercanos, después con nuestros entornos próximos y, si fuésemos una sociedad madura, en debate social. Esta reflexión es necesaria por nuestro futuro.Me atrevo a exponeros cuales van a ser las temáticas de mis reflexiones, así como algunas ideas fuerza para la reflexión, aprendizajes y preguntas que deberíamos hacernos: – Valor de las relaciones familiares. Apreciar las pequeñas cosas

¿Son posibles más allá del tiempo de las comidas, de ver la tele y salidas de compras y a bares? ¿¿Merece la pena el tiempo jugando con hijos, sin tener que estar en un centro comercial o Mc Donald’s?

– Relación con vecinos, su importancia Esta situación nos ha servido para descubrir lo mejor de nuestra vecindad. ¿Bajaremos las fiestas y/o tertulias desde balcones a las calles y plazas? ¿Serán alternativa de ocio igual que
bares y terrazas?
– Quiénes han sido los verdaderos artífices de la victoria ¿Mantenemos el mismo concepto de defensa nacional? ¿Y la inversión en armamento? Nos han defendido otras profesiones, profesiones cercanas, nuestro vecino limpiador en hospital y resto de personal sanitario, el cajero del super, la agricultora/ ganadera… Nuevo papel del
ejército, de su entrenamiento y materiales “de campaña”. Entonces, ¿Misiles o investigación?
–  Valor del sector primario(agricultura, ganadería, …), de la pequeña industria, del pequeño comercio…
Desde hace tiempo tendemos a abandonar lo cercano encantados por las grandes cadenas comerciales, pero hemos comprobado que nuestra vida se garantiza mejor con la tiendecita de cerca, la carnicería de barrio, la agricultura y ganadería de la zona. En caso de necesidad, ¿quién nos salva? ¿las empresas nacionales y productores y comercios cercanos?
Valor de lo público frente a lo privado. Necesidad de pagar impuestos (bien gestionados)
Hemos visto desmantelar el estado del bienestar (salud, educación servicio sociales), hemos protestado, pero con la boca chica. Ahora hemos notado esa falta, junto a otras faltas más. ¿Quién está dando el callo?, desde primera hora hasta el final, ¿Cómo ha afectado los recortes y la privatización de la sanidad a la crisis? Igual sucede con servicios sociales. No olvidemos los aplausos cuando sean reivindicativos.

– La solidaridad frente al individualismo
En los últimos años, desde la política se ha puesto en valor el individualismo, se ha generado una cultura de primero y único yo y nosotros, ¡cada cual que se apañe como pueda! Y ahora nos hemos salvado gracias a la solidaridad, de quedarnos en casa, de apoyar en lo que se ha podido, de pensar también en los demás. Igual ¿habría que abandonar la cultura del individualismo egoísta y potenciar la solidaridad?, como dice el proverbio africano “si quieres ir
rápido ve solo, si quieres ir lejos ve acompañado”. Es esta solidaridad la que nos va a permitir enfrentarnos a futuras crisis que están por venir como la Emergencia Climática.

– Y como soy docente La capacidad de respuesta del profesorado ante una situación nueva
Con la resistencia a la innovación que hay cuando lo manda la normativa y la rapidez para inventarse lo no  aprendido cuando ven que su alumnado va a quedarse solo. ¡Habrá que estudiar este proceso! ¿Más autonomía y confiar en su responsabilidad? ¿Será que el espacio aula, el libro del texto… inducen a rutinas antiguas? ¿Será la incertidumbre, el abandono de la zona de confort de la rutina quien ha sacado el potencial de mejora?

Para finalizar una reflexión: “Ha tenido que venir el coronavirus y tantas muertes para darnos  cuenta que somos capaces de mejorar el estado de salud del planeta y, por ende, nuestro futuro”. Aprendamos. Somos capaces de vivir reduciendo el consumo y la contaminación.

¿Qué vale más en situación de crisis, el “tener” material o el “ser” personal? ¿Seremos capaces de aplicar lo mismo a la crisis medioambiental?

¡TODOS VIAJAMOS EN LA MISMA NAVE!, LA TIERRA

Hagamos nuestra sensata y serena reflexión, porque las redes sociales ya se están adelantando a hacerla por nosotros.
Cuidémonos de mesías y salvadores (tertulianos, tuiteros, etc.) que desde los modernos pulpitos (televisión, WhatsApp, Twitter, Facebook…) predicen la verdad a toro pasado y quieren condicionar nuestras reflexiones de futuro y sacar tajada.

Juan de Dios Fernández Gálvez

A %d blogueros les gusta esto: