El cementerio de Puerta Elvira, la ‘ciudad de los muertos’ de Granada

Tenía una extensión de 19 hectáreas, todas las tumbas están orientadas a la Meca y quedan miles de cuerpos sepultados

En otra ocasión, al hablar de los rituales de inhumación de la Granada romana ya apuntamos la importancia que tienen para los arqueólogos los gestos y ritos funerarios como reflejo de la sociedad de los vivos, de sus creencias y su cultura. De hecho, por la forma de enterrarse podemos saber en muchos casos su religión, que comportaba una manera de vivir distinta a otras. Así por ejemplo, cuando encontramos una tumba en cuyo interior hay un esqueleto recostado sobre su lado derecho, con las piernas levemente flexionadas, las manos en el pubis y orientado hacia el Sureste sabemos que se trata de un enterramiento islámico. Esta forma de disponer el cuerpo es inmutable a lo largo de toda la Edad Media; es un distintivo sobre el ámbito cultural y las creencias con las que vivió esa persona.

El pasado islámico de Granada es tremendamente dilatado en el tiempo y ha marcado la forma y los espacios de nuestra ciudad. La ciudad de los vivos tenía también su reverso en la ciudad de los muertos. Normalmente utilizamos el término de necrópolis, que significa exactamente eso, pero es una expresión clásica y para la Granada medieval es más apropiado utilizar el de ‘macaber’, que deriva a su vez de maqbara (cementerio en árabe). Había varios espacios destinados para este fin –en el Albaicín, junto a la Cruz de la Rauda, o en el Campo del Príncipe en el Realejo, entre otros menores– pero el más importante de todos ellos era el de la Puerta de Elvira. Recibía este nombre porque se extendía a las afueras de la puerta y ocupó una superficie aproximada de diecinueve hectáreas: desde la Puerta de Elvira, ascendía por la calle Real de Cartuja, hasta la carretera de Murcia, para descender por la Avenida de Murcia, la calle Ancha de Capuchinos, la Plaza del Triunfo y ocupaba toda la parte derecha de la calle San Juan de Dios, alcanzando la calle Triana Baja y el espacio que hoy ocupa el Hospital de San Juan de Dios.

En 1494, dos años después de las capitulaciones, el viajero alemán Jerónimo Münzer visitó la ciudad y se quedó muy sorprendido por la extensión de este cementerio: «EI día 24 por la mañana, saliendo por la Puerta de Elvira, próxima a nuestra posada, fuimos al cementerio moro, que está en aquellas inmediaciones, y el cual es tan grande y tan bien dispuesto que causa maravilla. Su parte más antigua está plantada de olivos, y la más moderna sin ningún árbol. Las sepulturas de los ricos son cuadradas y a modo de jardines, cerradas con muro de piedra. La superficie de este cementerio es, sin duda alguna, doble que la de Nuremberg y nada he de decir de otros, como el de la parte baja de la Alhambra, que es mayor que la ciudad de Nordlingen». Una auténtica ciudad para los muertos.

Sepultura en la Avenida de la Constitución.

Según Gómez Moreno, el cementerio estaba acotado por una cerca con torres que en parte era reconocible en el siglo XIX, y debía de extenderse a ambos lados del acceso a Granada desde el Poniente. También era conocido como la maqbara de Sahl ibn Malik porque se cuenta que este ilustre personaje, poeta, y afamado alfaquí de la Granada almohade, fallecido a principios del siglo XIII, se enterró en este lugar, siendo su tumba una de las más veneradas, objeto de peregrinación por lo que terminó dando su nombre al basto cementerio.

 

Sepultura en la Avenida de la Constitución. / IDEAL

Desde finales de los 80 del siglo XX hasta la actualidad se han excavado miles de tumbas que formaron parte del mismo, siendo las más importantes las que se hicieron al construir el aparcamiento del Triunfo y su posterior ampliación y la del Hospital Real, a las que se suman las decenas de intervenciones realizadas en el espacio del antiguo cementerio.

Todos los enterramientos mantienen la misma disposición, orientados hacia la Meca, y suelen estar construidos con muretes de ladrillo y piedra, con cubiertas de lajas de piedra arenisca o esquistos, en algunos casos también con losas de barro. Se ha detectado la existencia de panteones, unos debieron pertenecer a personajes ilustres, como el citado Sahl ibn Malik, generando una acumulación de enterramientos a su alrededor, y otros son de tipo familiar. Suelen ser de planta cuadrada, acotando el espacio y no es extraño la existencia de inhumaciones múltiples dentro del mismo. En su interior debió de existir una segregación espacial. De hecho, en las excavaciones del parquin de la Avenida de la Constitución de 2005 excavamos lo que parecía ser un sector marginal donde se sepultaron individuos reos de la justicia.

Detalle de enterramiento, de época nazarí.
Detalle de enterramiento, de época nazarí. / IDEAL

Pero nos encontramos con una grave problema: ninguna de las tumbas se ha podido excavar con todos sus elementos, ya que sabemos que cada una de ellas se encontraba acotada con bordillos laterales, normalmente tallados con decoración de lazo, geométrica o epigráfica. Podían tener estelas en la cabecera y pies, y en el medio se disponía una pieza piramidal alargada, siguiendo el sentido del cuerpo, conocida como macabrilla. Estos elementos eran de piedra y a partir de 1500 los cementerios islámicos fueron clausurados, se permitió extraer el ladrillo y la piedra para utilizarlas como material de construcción para levantar el monasterio de San Jerónimo, algo que se hizo extensible a otros edificios religiosos.

Si observamos atentamente los muros de la mayor parte de iglesias o conventos del siglo XVI no es raro encontrarlos, en algún caso como en la iglesia de San Gregorio utilizados de forma masiva. El cementerio de la Puerta de Elvira, una vez arrasado, se convirtió en ejido y luego paradójicamente en el Campo del Triunfo de la Inmaculada Concepción. En el subsuelo aún quedan miles de enterramientos.

Ficha técnica

Lugar. Maqbara de la Puerta de Elvira. Plaza del Triunfo, barrio de la calle Real de Cartuja y San Juan de Dios.

Descripción. Cementerio árabe de Granada, con una extensión de más de 19 hectáreas

Cronología. Se fundó en el siglo XI y se mantuvo en uso hasta 1499.

Tipo de protección.No tiene una protección específica. Solamente el subsuelo de los barrios que ocupan su antiguo solar están sujetos a una cautela arqueológica cuando se hacen movimientos de tierras.

Acceso. Hasta la fecha no se ha conservado ningún resto del cementerio, ni tumbas individuales ni panteones familiares. Solo podemos reconocerlo a través de las publicaciones de los arqueólogos y antropólogos.

 

FOTO: Excavación de una tumba en el cementerio de la puerta de Elvira, en la c/ Triana Baja. / IDEAL

https://www.ideal.es/culturas/granada-arquelogica-cementerio-puerta-elvira-20200614161656-nt.html#vca=modulos&vso=ideal&vmc=lo-mas-leido&vli=culturas

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