Los tesoros ‘ocultos’ del Ayuntamiento de Granada

El consistorio atesora y conserva una increíble colección de 5.000 obras de autores como Goya o Dalí que no están expuestas directamente a los ciudadanos

Corría el año 1779. Don Francisco de Goya y Lucientes, uno de los pintores más importantes de la Historia de España, se afanaba en terminar ‘Caprichos’, ochenta grabados que, a modo de sátira, narraban cómo era la nobleza y el clero del siglo XVIII. La primera parte es la más realista. Tan realista que la numerada con el uno, la primera, es un autorretrato. La segunda es fantástica. Muestra visiones delirantes de seres extraños. Empleó una técnica mixta de aguafuerte, aguatinta y retoques de punta seca. Deformó exageradamente las fisonomías y los cuerpos. Pues bien, estos ‘Caprichos’ (ochenta láminas), la estampa ‘Y no hai remedio’ de la serie ‘Desastres’ y dieciocho reproducciones de ‘Disparates’, correspondientes a diferentes ediciones realizadas por la Calcografía Nacional en la segunda mitad del siglo XIX, forman parte de la impresionante colección de 5.000 piezas de interés histórico y artístico del Ayuntamiento de Granada. Tesoros distribuidos por todos los inmuebles municipales que, en la mayor parte de los casos, no se muestran en espacios que permiten una visión directa por parte de los ciudadanos por múltiples motivos. Entre ellos, los que más pesan, la conservación y la seguridad.

Retratos de Isabel II y Alfonso XII de Federico Madrazo, el primero copia de Contreras, en la Sala de la Mariana.
Retratos de Isabel II y Alfonso XII de Federico Madrazo, el primero copia de Contreras, en la Sala de la Mariana. / PEPE MARÍN

El Ayuntamiento, más allá de los colores políticos, ha venido realizando exposiciones en los últimos años para que los granadinos puedan conocer este patrimonio ‘oculto’ que algún día, no se sabe ni cuándo ni dónde, formará parte de ese museo de la ciudad que nunca llega y que los partidos prometen en sus programas electorales. Una de las más interesantes fue en septiembre de 2014 en el Centro Cultural Gran Capitán. Se pudo ver un centenar de obras de autores de relevancia internacional. Además de Goya, allí había dibujos del mismísimo Federico García Lorca, los titulados ‘Leonarda’, ‘Estudiante’, ‘Pancracio’ y ‘Barbero’; de Salvador Dalí, ‘Mujer marinera que fuma pipa’; y de Manuel Ángeles Ortiz, ‘El jardín de Melisendra’. Todo eso, y mucho más, está ahí, en el Ayuntamiento de Granada.

Por este motivo, una de sus grandes apuestas para esta legislatura es la recuperación del centro de exposiciones de Puerta Real, gestionado por la Fundación CajaGranada durante treinta años, para mostrar esos fondos ‘desconocidos’ para la inmensa mayoría de los ciudadanos de Granada. Todavía no hay fecha para la reapertura de estas instalaciones.

Los fondos artísticos municipales no sólo están alojados en la plaza del Carmen, sino que se distribuyen por una serie de edificios que, en la mayor parte de los casos, están catalogados como Bienes de Interés Cultural (BIC) y que, en consecuencia, cuentan con una protección especial. Hablamos del Cuarto Real de Santo Domingo o de la Casa de Zafra. Pero también hablamos de la Huerta de San Vicente –la residencia de verano de la familia García Lorca entre 1926 y 1936–, del Palacio de los Córdova –donde se ubica el archivo–, del Carmen de los Mártires, de la Casa de Manuel de Falla, de la preciosa Biblioteca del Salón, del Carmen de Max Moreau o de la Casa de Mariana Pineda.

Lámina de Maura y Montaner de una obra de Eduardo Rosales en la sala que distribuye las estancias nobles del Ayuntamiento.
Lámina de Maura y Montaner de una obra de Eduardo Rosales en la sala que distribuye las estancias nobles del Ayuntamiento. / PEPE MARÍN

¿Cómo se ha ido conformando este inventario? Hay tres fuentes principales. La primera, el germen, es la propia naturaleza y funciones del Ayuntamiento. Los elementos más antiguos, guardados en las vitrinas del salón de comisiones, están vinculados con la historia de Granada. Destacan las dos mazas de plata labrada del último tercio del siglo XVI, las Jarras de los Caballeros Veinticuatro fechadas en 1797 para la asignación de las concejalías o las dos bandejas y los dos escudos conmemorativos de la visita de Isabel II fabricados por los Talleres Reales de Platería. También están las capitulaciones firmadas entre los Reyes Católicos y Boabdil. Pero hay otras ‘procedencias’ de esos 5.000 bienes patrimoniales del Ayuntamiento. El grueso proviene de legados y donaciones de instituciones como el Centro Artístico o particulares como Max Moreau, Carlos Villareal, Antonio Carvajal, Isabel Morillo o Brazam, entre otros. Y por último, las adquisiciones. Entre ellas, importantes lotes para la Casa de Manuel de Falla o la Huerta de San Vicente –más recientemente también para el Centro Lorca de la plaza de la Romanilla–.

Obras de arte distribuidas por el Ayuntamiento. / PEPE MARÍN

Por centrar un poco el tiro, valga la expresión, demos un pequeño paseo artístico por el Ayuntamiento, ahora con las puertas cerradas por la Covid-19. Antes de entrar, si usted mira hacia el cielo, verá la imponente escultura ecuestre ‘Instante preciso’ de Pérez Villalta y ejecutada por Ramiro Megías. Se puso en 2002 para conmemorar el quinto centenario de la constitución del Ayuntamiento. Su colocación fue polémica, pero el paso del tiempo ha normalizado su visión. Entrando al patio, bajo la escalinata que conecta las dos alturas, hallamos un busto de bronce del traductor judío, médico, filósofo y poeta de Granada Yehuda Ibn Tibon (1120-1190) realizado por Miguel Moreno, que también hizo otro del susodicho, éste de cuerpo completo, en la calle Pavaneras.

Manipulado de los grabados de Goya.
Manipulado de los grabados de Goya. / JORGE PASTOR

Subamos ahora por las escaleras. A la derecha se halla un enorme lienzo de Silvio Fernández que se llama ‘A las fieras’ (1887) y que escenifica el cautiverio de los mártires cristianos en una prisión de Roma. Lo de ‘enorme’ tiene su relevancia porque es el motivo de que nunca se haya movido del Ayuntamiento, donde llegó tras la época de las desamortizaciones. Situados ya en la primera planta, lo primero que nos encontramos, en la sala que distribuye las diferentes estancias institucionales, es cuatro grabados de Maura y Montaner del XIX de otros tantos cuadros archiconocidos. Concretamente de ‘La rendición de Breda’ de Diego Velázquez, ‘Juana la Loca’ de Francisco Pradilla, y ‘Presentación de Don Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste’ y ‘Doña Isabel la Católica dictando su testamento’, ambos de Eduardo Rosales. En ese momento de la historia se consideró que la técnica del grabado permitía que el arte llegara a mucha gente.

Cisneros, Isabel y Fernando

Entremos un momento a la antesala del salón de plenos. Si giramos 360 grados, destacando entre el revestimiento de terciopelo, observaremos tres retratos del Museo de Bellas Artes. Uno del Cardenal Cisneros, otro de Isabel la Católica y un tercero de su esposo Fernando. Los tres anónimos. Hay un cuarto cuadro, una Inmaculada Concepción que siempre se había atribuido al círculo de Alonso Cano y recientemente se ha confirmado la autoría de Juan de Sevilla. Retrocedamos unos pasos y entremos ahora en el denominado ‘Pasillo de los Alcaldes’. Lo que más impresiona es la primera copia de ‘La rendición de Granada’, de Francisco Pradilla, a cargo de Diego Marín. Muy recomendable detenerse unos minutos para contemplarla. Ha habido que restaurarla en varias ocasiones porque las telas no eran de mucha calidad. Si damos la vuelta, nos toparemos con ‘Caballero anudándose la corbata’ de Fortuny.

Detalle de una 'raqueta de caudales' del siglo XVI.
Detalle de una ‘raqueta de caudales’ del siglo XVI. / PEPE MARÍN

Nos encaminamos ahora hacia la Sala Amarilla, que está unos metros adelante. A la izquierda cuelga ‘Pentecostés’ (1639) de Leandro de la Fuente. Impresionante. Como impresionantes son los dos barros devocionales, únicos, de unos quince centímetros de altura, metidos en unas hornacinas de cristal, de los hermanos García, siglo XVII. El techo no tiene desperdicio. Verá lienzos de querubines. Y en el friso superior, escenas de Granada.

Y para finalizar el recorrido, accedemos a la Sala de la Mariana, donde los regidores reciben a autoridades y representantes. Preside la habitación el lienzo ‘Mariana Pineda despidiéndose de las monjas del beaterio de Santa María Egipciaca’ (1862) de Isidoro Lozano y cuya titularidad corresponde al Museo del Prado. ¿Cómo entró si sus dimensiones superan los diez metros cuadrados? Pues entró enrollado. En la Sala de la Mariana también podemos disfrutar de un retrato de Isabel II, copia realizada por Contreras del original de Federico Madrazo, y otro retrato de Alfonso XII, éste sí ejecutado por Madrazo. Aunque la verdadera joya de esta estancia, que muchas veces pasa desapercibida por su pequeño tamaño, es un boceto de ‘La toma de Granada’ de Carlos Luis de Ribera donde resalta la exquisitez de los detalles.

La concejala de Patrimonio, Eva Martín, comenta que una de las líneas de actuación del Ayuntamiento es la divulgación de su patrimonio. Y en este contexto destaca iniciativas como ‘Espacios de arte’, que supone la habilitación de lugares para que artistas noveles y consagrados puedan mostrar su obra. Es el caso del Carmen de Max Moreau, en pleno Albaicín, para el que se sacaron unas bases con requisitos para los interesados en su sala de exposiciones.

En esta misma línea, subraya, va la recuperación del Centro de Exposiciones de Puerta Real, gestionado por la Fundación CajaGranada durante tres décadas. «Han realizado un trabajo excepcional, pero queremos aprovechar estas instalaciones como un prólogo del gran museo de la ciudad y mostrar el patrimonio oculto».

La Concejalía de Patrimonio trabaja en otras dos direcciones. Una de ellas es el perfecto mantenimiento de todos los bienes de relevancia artística a través del Centro de Conservación del Patrimonio Municipal, que ya está llevando a cabo actuaciones tanto en piezas situadas en interiores como en exteriores. Y la otra, el enriquecimiento de la colección aceptando donaciones y depósitos.

El Ayuntamiento de Granada posee una impresionante colección de grabados de Goya con acceso restringido. / JORGE PASTOR
 
 
 
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