Queridos lectores: ¿Estará llegando el día en que la tecnología, nacida para hacernos la vida más fácil, se vuelva en nuestra contra y nos convierta en sus cautivos? Pues bien, considero que ese día ya está aquí.

La dependencia que tenemos con los móviles o el uso que hacemos de las redes sociales lo certifica. El ser humano contemporáneo dedica a los dispositivos tecnológicos casi la mitad de las horas en las que está despierto y, además, a algunos les roban horas de sueño. Estos aparatos están modificando la conducta de muchas personas que ya no pueden vivir desconectadas. Aisladas total o parcialmente de la realidad, vagan por redes sociales, servicios de mensajería o foros. Algunas de ellas sienten un miedo irracional a salir de casa sin un Smartphone. Se pasan el día intercambiando mensajes, fotos o vídeos por WhatsApp o navegan sin control por Internet. No hablan con los amigos y, cuando se reúnen, apenas hay palabras entre ellos. Sólo comentarios de las imágenes de sus móviles.

Lo peor de todo esto es la pérdida de las buenas costumbres que nos han acompañado desde siempre. Por ejemplo, ya no nos llaman por teléfono, sino que nos envían un WhatsApp esperando que lo veamos y respondamos con urgencia, no quedan con nosotros para tomar un café y charlar, sino que nos invitan a participar en un chat. El tiempo que dedicamos a las redes sociales, lo detraemos del que podríamos usar en las conversaciones con las personas que nos importan.

Estamos creando un mundo impersonal en el que la tecnología nos está ganando la batalla. Nos estamos convirtiendo en idiotas a su servicio. Cuando leemos noticias que nos informan que, tras un estudio estadístico, uno de cada ocho jóvenes prefiere tener un Smartphone de Apple a una novia, observamos el daño causado por las nuevas tecnologías en las relaciones sociales. ¿Habremos hecho realidad la profecía de Albert Einstein? El genio alemán vaticinó: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”. ¿No piensan Uds. que ya hemos llegado a ese estadio?

José Vaquero Sánchez 

Foto: medium.com

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