Contagio por aerosoles: «El cierre perimetral sirve poco si nos vamos todos a un restaurante sin mascarilla»

Antonio Alcamí, virólogo del CSIC y uno de los cien expertos que han escrito una carta al Gobierno pidiendo medidas para frenar los contagios en interiores

«Un espacio mal ventilado y donde nos quitamos la mascarilla es un lugar de riesgo y me temo que los bares y restaurantes lo son. Hay que restringir no solo la movilidad sino las situaciones de riesgo. Instalar medidores de C02 y regular un sistema eficaz y homologado de filtros pueden ser medidas eficaces»

Coincidiendo con una posible cuarta ola que muchos ven inevitable, un centenar de expertos de distintas disciplinas han publicado hoy una carta en la que reclaman una estrategia coordinada y urgente para combatir los contagios por aerosoles: las partículas que exhalamos al hablar y que quedan suspendidas en el aire. «Creemos que es la vía fundamental de contagio y resulta especialmente preocupante en interiores mal ventilados», nos ha contado en ‘La Ventana’ uno de los firmantes de esa carta: Antonio Alcamí, virólogo e investigador del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. 

«La realidad, nos guste o no, es que los aerosoles están ahí y que si nos quitamos la mascarilla en un espacio interior estamos en una situación de riesgo. Si llevamos la mascarilla bien ajustada y el espacio en cuestión está bien ventilado obviamente la seguridad se incrementa. Todas las medidas suman y por eso son importantes». Por eso y de cara a Semana Santa, este experto considera insuficiente el cierre perimetral sin más medidas. «Claro que restringir la movilidad tiene un efecto beneficioso para limitar los contagios pero si entonces nos quedamos todos en Madrid y nos metemos en restaurantes sin mascarilla, está claro que ese efecto positivo disminuye mucho», algo que recuerda Alcamí, ya pasó en Navidad. 

La cuestión es que hay lugares donde, por motivos obvios como comer o beber, nos acabamos quitando la mascarilla más o menos tiempo y «eso es lo que me temo que convierte a los bares y restaurantes en lugares de riesgo, por el tipo de actividades que realizamos allí». Alcamí reconoce que es un asunto complejo: «Los hosteleros se ven culpabilizados y yo los entiendo porque en realidad ellos han puesto en marcha todo lo que se les ha pedido: restringir aforos, poner mamparas, sacar las mesas a la calle, instalar gel hidroalcohólico etc. Lo que sugerimos es que hay que poner en marcha otras medidas y recomendaciones para reducir ese riesgo porque aún queda mucha transmisión dentro de bares y restaurantes. Es sentido común, cuantas más medidas pongamos más reduciremos los contagios»: 

 Entre esas recomendaciones los firmantes de la carta plantean la instalación de medidores de C02. «Son elementos de relativo bajo coste y fácil disponibilidad que nos permitirían tener una información valiosa sobre las concentraciones que hay en cada espacio, teniendo en cuenta que sabemos que el virus es capaz de viajar en a través de esos aerosoles». Y hacerlo más lejos de lo que podíamos pensar. «Hay dos tipos: las gotículas más grandes que emitimos normalmente se disipan rápido y caen al suelo a menos de dos metros, pero también hay producimos otras emisiones más pequeñas, de menos de cien micras, que permanecen en el aire mucho tiempo. Sabemos que el virus puede viajar en ellos y esos aerosoles sí que pueden desplazarse a más metros de distancia». 

Por eso, señala Alcamí, «pensamos que disponer de esos medidores podría resultar útil para conocer si un espacio está bien ventilado o no, y en función de los niveles adoptar otras medidas para evitar riesgos». 

Si no cabe la ventilación natural entonces hay que considerar otras medidas de filtrado artificial del aire. «Están los filtros HEPA pero es cierto que no son baratos y en ocasiones no son compatibles de instalar con la potencia e los sistemas del aire acondicionado. También hay otros sistemas de purificación de aire. Aquí lo importante es que haya una evaluación muy precisa sobre si tienen realmente efecto antiviral y no provocan efectos nocivos añadidos. Y eso es lo que pedimos a las autoridades: una estrategia global y una regulación clara y precisa sobre todo de cara a las actividades comerciales en locales cerrados».

Y aunque parezca mentira a estas alturas de la pandemia, la carta de estos cien científicos sigue alertando de algo que continuamos haciendo mal. «Estimamos que la eficacia real de las mascarillas baja a menos de la mitad por el simple hecho de que no nos la ponemos adecuadamente». Esas narices al aire, esas mascarillas caídas sobre el cuello, o las mal ajustadas con huecos evidentes por los que se puede colar el virus. «Un ajuste y colocación adecuados son fundamentales porque hay gente que se puede considerar segura por llevar mascarilla y realmente no lo está». 

Mar Ruiz

FOTO: Contagio por aerosoles: «El cierre perimetral sirve poco si nos vamos todos a un restaurante sin mascarilla»

https://cadenaser.com/programa/2021/03/25/la_ventana/1616685238_902677.html

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