La aparición de la depresión puede confundirse con malestar por la pérdida de la propia salud o por la pérdida del cónyuge, familiares, amigos…

En la revisión de la literatura médica en torno a la depresión en séniors de los últimos tres años destaca una posición: la depresión no tiene porqué ser vista como algo normal en los mayores de 60 años. La investigación y publicación de artículos se ha multiplicado considerablemente en los últimos diez años. Es un área en revisión para reorientarse hacia la prevención y el tratamiento temprano antes de que los estados depresivos se conviertan en precursores de la demencia.

Contar con recursos y estrategias de afrontamiento

Tal como ha recogido una revisión científica de cerca de 100 artículos y realizada por un grupo de investigadores suecos para la revista de la asociación médica sueca que ha cotejado los diferentes análisis y metodologías aplicadas en todo el mundo en el diagnóstico de la depresión en mayores, a medida que pasa el tiempo, las personas mayores pueden aceptar que su salud no es la misma que en su juventud. Pueden entender y aceptar los cambios que se producen en su organismo y también su posición psicosocial -ya no son los motores económicos de la familia, pueden necesitar ayuda o cuidados, etcétera- por lo general reducen sus expectativas y autonivelan la discrepancia entre lo ideal y lo real. De esta forma también perciben mejor su calidad de vida. 

Sin embargo, este ajuste puede ser muy complejo para quienes ya padecen depresión grave o mayor -diagnosticada o no- antes de alcanzar una edad avanzada. No contar con recursos y estrategias de afrontamiento -resiliencia- se asocian con el trastorno depresivo o la gravedad de los síntomas depresivos en las personas mayores. También se destaca que la aparición de la depresión puede confundirse con malestar por la pérdida de la propia salud o por la pérdida del cónyuge, familiares, amigos…

Riesgo de demencia

Una de las conclusiones a tener en cuenta es que parece existir una relación entre la depresión grave en edades avanzadas y el desarrollo de algún tipo de demencia en torno a los tres años aproximadamente de la aparición de la sintomatología depresiva. Sin embargo, los propios investigadores reconocen que aún es preciso realizar estudios adicionales que revisen con más concreción la relación entre la depresión y la calidad de vida en personas mayores con deterioro cognitivo.

Más allá de los antidepresivos

En la actualidad la elevada prevalencia de mayores con tratamiento antidepresivo está siendo objeto de reflexión por parte de la comunidad médica tanto desde la perspectiva de que la depresión es un trastorno común en la vejez como de los costes de los tratamientos como de los efectos negativos sobre la salud a largo plazo.

Por esta razón se comienza a apuntar hacia la prevención como una nueva estrategia terapéutica. Por el momento se está centrando en estudiar los factores de riesgo asociados con la depresión y solicitar un afrontamiento del cuidado de la salud mental desde todos los estamentos médicos.

Sin interrupciones

Ante un trastorno depresivo -independientemente de la posible fase en la que esté- o un malestar anímico por los motivos que sean las recomendaciones de los especialistas son:

1.- No quitarle importancia pidiéndole a la persona que trate de animarse.

2.- Tener siempre una postura dialogante y flexible.

3.- Dejarle expresarse, escuchar sin interrupciones, sin emitir comentarios que expresen la propia experiencia o que puedan sonar a evaluaciones emitiendo juicios.

Aida Argüelles

https://www.lavanguardia.com/vivo/longevity/20210627/7560237/depresion-porque-normal-mayores.html

 
 
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