En esta época marcada por la pandemia, las restricciones y las limitaciones, nuestra salud mental ha sido una de las grandes perjudicadas. Sin embargo, no se le da la importancia que requiere. Ya pasado el Día de la Salud Mental, recordamos una vez más la importancia de destinar recursos al cuidado de la salud mental ya desde los servicios de atención primaria.

La OMS define salud como un “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud mental es, por tanto,algo más que la ausencia de enfermedades mentales, y también resulta ser un elemento indispensable para poder hablar de personas sanas. A lo largo de este año 2021, según la Organización Mundial de la Salud más de 150 millones de personas en Europa viven con algún problema de salud mental.

Ansiedad, depresión y otros trastornos

A lo largo de la vida todos atravesamos etapas mejores y peores, momentos con mayores dificultades psicoemocionales, en los que puede resentirse nuestra salud mental. Lo más habitual es padecer problemas de ansiedad y del estado de ánimo.

  • El 17,5% de la población española se encontraba en tratamiento psicológico o psiquiátrico ya antes de 2020 (según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas). Durante los primeros meses de la pandemia, el 6,4% de la población había recurrido a uno de estos tratamientos.
  • De ellos, casi un 44% de los casos es por ansiedad,  y el 35%, por depresión.
  • Por otro lado, el número de suicidios en nuestro país ha aumentado, llegando a los 3.671. El suicidio ya es la primera causa de muerte de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años.

Problemas que nos afectan a todos

Los problemas de salud mental tienen consecuencias en todos los ámbitos de la vida:

  • Influyen sobre el bienestar general de la persona así como sobre su salud física, incrementando la probabilidad de desarrollar algunas enfermedades, agravándolas e incluso disminuyendo su esperanza de vida: se calcula que las personas con algún tipo de trastorno mental pueden fallecer hasta 20 años antes que el resto de la población
  • La falta de salud mental también afecta a su autonomía diaria, su pleno desarrollo personal, afectivo o social.
  • Por último, los problemas psicoemocionales afectan mucho al entorno y a la sociedad en su conjunto: aumentan el gasto sociosanitario directo (visitas al médico, consumo de psicofármacos), e indirecto (bajas laborales, por incapacidad temporal o permanente…) y tienen un elevado coste laboral, al aumentar el absentismo, disminuir la productividad, etc. 

Más terapia y menos pastillas

El tratamiento de elección recomendado para los problemas comunes de ansiedad y del estado de ánimo es la terapia psicológica, combinada con los fármacos necesarios si es el caso. La disponibilidad y el acceso a los servicios de salud mental es, por tanto, algo fundamental.

El servicio de Atención Primaria, ya de por sí saturado y sin recursos, es la puerta de entrada al sistema sanitario público y quien atiende la mayor parte de estas demandas, dando habitualmente una respuesta farmacológica.

Las pastillas son capaces de controlar o mantener a raya la sintomatología… pero no siempre (ni en todos los casos) intervienen en las causas del problema, con lo que se aplican soluciones a corto plazo que distan mucho de ser eficaces. 

Urge invertir en salud mental

Incrementar y facilitar el acceso a los servicios de Salud Mental ha demostrado ser una solución eficaz y eficiente.

El proyecto piloto PsicAP, Psicología en Atención Primaria, ha comparado, en 28 centros de salud de 10 comunidades autónomas, el tratamiento psicológico frente al habitual de Atención Primaria para los problemas de salud mental más comunes. Sus resultados muestran que la intervención psicoterapéutica es más eficaz que el tratamiento habitual, reduce las visitas al médico de familia y disminuye el consumo de psicofármacos.

Sin embargo, la inversión en salud mental dista mucho de responder a las necesidades de la sociedad:

  • La lista de espera para acudir a los servicios de Salud Mental oscila entre 4 y 12 semanas para una primera cita, según datos del Defensor del Pueblo.
  • La ratio de psicólogos clínicos en nuestro país es de 6 por cada 100.000 habitantes, mucgo menor que en otros países: la media europea es de 18 por cada 100.000 habitantes.  
  • No hay una Estrategia Nacional de Salud Mental, ni tampoco un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio, pese a los continuos anuncios de su próxima aprobación.

Invertir en salud mental incide directamente sobre el bienestar de las personas y disminuye costes humanos y económicos individuales y colectivos. Desde OCU esperamos que, de una vez, la salud mental reciba la atención que merece en Sistema Nacional de Salud.

OCU

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