EL CONCURSO DE CANTE JONDO DE 1922: «SEGUNDA NOCHE»

La segunda noche del Concurso de Cante Jondo de 1922 fue la del chaparrón, la que inmortalizó el dibujante Antonio López Sancho en su célebre caricatura colectiva con cantaores y organizadores cubriéndose la cabeza con las sillas del revés, igual que hizo el público que abarrotó la Plaza de los Aljibes de la Alhambra y que aguantó hasta medianoche el aguacero.

La velada, cuya crónica Galerín solventa de un plumazo, transcurrió “con los mismos estilos y las mismas letras que la noche anterior” aunque un poco más deslucida: “No cantaron tan bien los artistas y los aplaudió menos el público. Ni el viejo ni el joven. Ninguno hizo nada”.

Caricatura dibujada por Antonio López Sancho en la que aparecen 31 personajes ligados al Concurso de Cante Jondo.
Caricatura dibujada por Antonio López Sancho en la que aparecen 31 personajes ligados al Concurso de Cante Jondo. / Foto: Centro Artístico de Granada

Volvió El Tenazas pero más ajado. Sube al escenario, echa a cantar, pero se atranca. La letra empieza: “La enterraron…”, pero El Tenazas o no se acuerda o está atrapado en la pena y repite: “La enterraron, la enterraron, la enterraron…”. Al final vuelve la luz y prosigue: “La enterraron / en el panteón chiquito / del desengaño”. Ramón Gómez de la Serna, en el periódico, le echa un capote: “Hubiera dicho más veces ese `la enterraron´ magnífico si el público no se hubiera cansado levemente iniciando un murmullo. ¡Qué `la enterraron´ más prodigioso! Tenía el tono de las campanas que doblan a muerto y el sonido irreparable de las paletadas de tierra sobre la caja, mucha tierra porque la enterraron muy en lo profundo”.

A Ramón le recordó el interminable ¡ay, ay, ay…! que había leído en un libro de actas de la Inquisición al relatar “los tormentos de un pobre hereje”.

“Ahora puede decirse que el canto profundo de España se ha salvado”, concluye el hispanista francés Maurice Legendre en el Noticiero granadino.

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