Todos queremos que nuestros hijos se alimenten de forma saludable, pero no siempre es fácil ofrecer un menú equilibrado según las recomendaciones de los expertos.

Previo a explicar los pasos a seguir para diseñar un menú equilibrado hay que tener en cuenta en qué consiste una alimentación equilibrada. Ésta debe contener:

  • Un mínimo de 3 raciones de frutas al día, preferiblemente enteras.
  • 2 raciones de verduras al día, repartidas en comida y cena.
  • 3 – 4 raciones de lácteos diarias.
  • 2 – 4 raciones de legumbres a la semana.
  • 3 – 4 raciones de pescado a la semana, variando entre pescado blanco y azul de pequeño y mediano tamaño.
  • Cereales preferiblemente integrales (pasta, arroz, pan, cereales de desayuno).
  • Alrededor de 4 huevos a la semana. 
  • Ofrecer con mayor frecuencia carnes magras, dejando una vez a la semana carne roja.
  • Agua como bebida principal.
  • Aceite de oliva, si es posible virgen extra, para cocinar y aliñar los platos.
  • Consumo de frutos secos a diario.

Una vez aclarado los aspectos generales de una alimentación saludable es posible ofrecer un menú equilibrado a los más pequeños de la casa: 

1. Sería adecuado planificar las comidas de forma semanal procurando conseguir las frecuencias recomendadas anteriormente de los distintos grupos de alimentos y evitar repeticiones. Es importante potenciar el consumo de alimentos de temporada y proximidad. 

2. En función de la planificación del menú realizado organizar la compra semanal para procurar disponer de  los ingredientes, especialmente frutas y verduras.  

3. Recordar que necesitamos dedicar un tiempo a cocinar las nuevas recetas, y que el implicar a los hijos en la preparación puede ayudar a favorecer la aceptación de alimentos habitualmente rechazados.

4. Las comidas o los menús se pueden organizar en forma de plato único o en 2 platos, respetando las proporciones y cantidades recomendadas de cada grupo de alimentos según la edad del niño. Puede ser útil el “método del plato”, ya comentado en otras publicaciones, según el cual, la mitad de lo que se come debe ser verdura (cruda o cocida) y la otra mitad restante debe repartirse entre farináceos (pasta, patata, arroz, pan, legumbres), principalmente integrales, y proteicos (carne, pescado o huevo). 

5. El postre de elección debe ser la fruta de estación, pero también puedes ofrecer yogur para llegar a las raciones recomendadas de ambos grupos.

6. Recuerda fomentar el agua como bebida en todas las comidas. 

Otros aspectos a tener en cuenta…

Si habitualmente comen en el comedor escolar, ayuda planificar la cena en función de lo que han comido en el colegio.  En ocasiones, las recetas del comedor escolar son una fuente de ideas o de gran ayuda para diversificar el menú de casa. 

Como ya se ha comentado anteriormente, todos los miembros de la familia deben comer lo mismo para favorecer que los más pequeños sigan el ejemplo de los mayores, principalmente los padres.

Así pues, unificar las preparaciones, excepto en caso de intolerancias o alergias, ayudará a aceptar mejor las nuevas recetas y alimentos. 

 
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