Con este titular se iniciaba la información publicada el 5 de septiembre de 1967 en IDEAL, sobre la creación del Colegio Libre Adoptado de Atarfe, el germen del instituto Iliberis.

<< “El hombre no llega a un nivel verdadera y plenamente humano sino por la cultura, es decir, cultivando los bienes y valores naturales”. Con estas palabras comienza el capítulo segundo de la constitución sobre la iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano II.
 
Es muy corriente en nuestros días la expresión “vivir en línea conciliar”. Si vivir en esta línea significa asimilar las enseñanzas de la iglesia y aceptar sin condiciones sus deseos y mandatos, podemos decir que Atarfe, lo mismo que en otras actividades, en el aspecto cultural, está en plena línea conciliar. Cada día trata de superarse en todos los campos, pero mucho más en el de la enseñanza. Dejando al margen la benemérita labor del magisterio local y del colegio de segunda enseñanza femenino de Nuestra Señora del Rosario, se propone estrenar, en el nuevo curso, otro colegio de segunda enseñanza: “el colegio libre adoptado de Santa Ana” que viene a llenar el vacío enorme que se sentía con respecto a los alumnos que terminaban su edad escolar.
 
Obra de enorme trascendencia y yo me atrevería a llamara “la gran obrade este periodo de creaciones locales”. Haciendo un poco de historia, este colegio, que comienza a ser una hermosa realidad, nació por obra de un puñado de valientes, que supieron mirar al futuro con gran ilusión y no regatearon esfuerzos ni sacrificios personales y económicos para llevar a cabo esta empresa.
 
Uno de los problemas más graves que se planteaban era la edad postescolar: ¿Qué hacer con los niños al terminar su periodo escolar? Las familias más pudientes recurrían a colegios y desplazamientos costosos. Las más humildes tenían que renunciar a la formación completa de sus hijos. Con frecuencia la labor abnegada del maestro moría al terminar el periodo escolar. A todas luces se imponía el completar la formación de estos niños y este vacío solo lo podía llenar un colegio de segunda enseñanza.
 
Se constituyó un Patronato de hombres dinámicos, dispuestos a superar cuantas dificultades salieran al paso. Como en toda obra humana, no han sido pocas las dificultades que ha habido que superar y que hay que seguir venciendo. Hoy, gracias a Dios, aquellos lejanos sueños e ilusione se van convirtiendo en hermosa y prometedora realidad. Y tan convencidos están todos los miembros del Patronato de su gran obra que todos ellos se han convertido en los primeros propagandistas del colegio.
 
Hace poco más de un mes se inauguraba el servicio de aguas potables para Atarfe. Como es natural, ha sido una de las obras que más aceptación ha tenido en la localidad, ya que supone una gran mejora en el orden sanitario e higiénico. Un comentario que puede de dejar translucir el interés por nuestro colegio fue el que hacía el doctor Prados: “si bajo el punto de vista médico, el llevar las aguas depuradas a un pueblo, es de las mejoras obras que se pueden hacer en bien de todos, y les digo a ustedes que para Atarfe es de mayor trascendencia e interés la creación de este colegio. Según frase evangélica, las personas y las obras se miden por sus frutos. Todo árbol bueno produce frutos buenos. El árbol del Colegio Libre Adoptado de Atarfe no tardará en fructificar. Atarfe pronto comenzará a recoger lo que estos hombres supieron sembrar con ilusión para el bien de generaciones venideras.>>
 
El texto lo firmaba el párroco, licenciado Francisco Puertas.
En la fotografía, vista parcial del Paseo de Santa Ana que ilustraba la noticia.
 
PD: Sigue sin reponerse la placa que da nombre a la plaza del Dr. Prados Picazo. No me cansaré de reivindicar su colocación.
 
Curiosidades elvirenses
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