Guerra al plástico

De pequeña soñadora a emprendedora social y ambiental. La historia de Melati Wijsen, nacida y criada en Bali, de padre indonesio y madre holandesa, parece un cuento con tintes ecológicos y, sin embargo, está entrelazada con un compromiso y una perseverancia reales. Empezó con sus paseos, cuando era niña, por las playas de Bali y los campos de arroz. Wijsen tenía el cielo delante de ella, pero sus ojos no veían más que bolsas de plástico abandonadas que desfiguraban el paisaje. Así, a los 12 años creó, junto a su hermana menor, Isabel, Bye Bye Plastic Bags. Surgió como una aventura entre compañeros de colegio y hoy, nueve años después, es la principal ONG juvenil de Indonesia, con una red que se extiende a 30 países y con el objetivo de no volver a ver nunca más las odiadas bolsas de plástico. En su Bali, ella ya ha ganado: gracias a la presión de su movimiento, en 2019 el Gobierno local prohibió las bolsas de plástico, las pajitas y el poliestireno. Fue la primera provincia de Indonesia en poner en práctica este avance.

Los proyectos de Melati e Isabel pronto se expandieron: en 2020 fundaron Youthtopia, un círculo de apoyo y motivación en internet para jóvenes activistas de todo el mundo que tienen una buena causa por la que luchar, pero no saben por dónde empezar. En 2017 ya habían puesto en marcha la empresa social Mountain Mamas, para ayudar a mujeres pobres de las montañas a confeccionar y vender bolsas ecosostenibles.

Los premios no han tardado en llegar. Time ha incluido a Wijsen entre los adolescentes más influyentes del mundo, CNN entre los Heroes Young Wonders, y Forbes entre los 30 menores de 30 años más importantes del planeta. Luego conferencias TED, discursos ante el Parlamento Europeo, la ONU y el Foro Económico Mundial. “Pero parece que con la pandemia que vamos a tener que empezar de nuevo”, se queja. “En Bali, la gente piensa que las bolsas de plástico son más higiénicas, aunque la ciencia dice que la covid-19 sobrevive más tiempo en el plástico que en el vidrio y el acero. Los prejuicios son poderosos, y esto está devolviendo la contaminación a Bali”. Melati Wijsen lo sabe: el camino sigue siendo largo. Pero ella tiene intención de recorrerlo hasta el final.

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Emanuela Zuccalà

FOTO: Melati Wijsen, Indonesia.Marieke van der Heijden

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