El profesor de Ecología de la UGR Manuel Villar Argaiz alerta del degradado estado ecológico del río Genil a su paso por la capital y la Vega, como ha quedado demostrado tras el proyecto ‘Ríos de Vida’, que ha analizado sus aguas en varios tramos.

El titular de este artículo alude a la rotunda conclusión a la que han llegado los escolares de cuatro institutos de Educación Secundaria de Granada (Albayzín, Mariana Pineda, Zaidín Vergeles y Fernando de los Ríos) después de analizar el estado ecológico de cuatro tramos del río Genil desde las zonas de cabecera a tramos intermedios y de la Vega baja de Granada. Y todo ello en el marco de `Ríos de Vida´, una iniciativa promovida por la Universidad de Granada y financiada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología que pretende dar a conocer el estado de salud de nuestros ríos y fomentar las vocaciones científicas entre los más jóvenes.

Y es que, metafóricamente hablando, el agua es “la sangre de la Biosfera”. De la misma forma que un análisis de sangre advierte al médico el estado de salud de un paciente, los alumnos han diagnosticado el estado de salud del río y del territorio que atraviesa analizando el agua y los organismos que en ella viven. En este proyecto los estudiantes, guiados por profesionales e investigadores de la Universidad de Granada, se han convertido en técnicos de medioambiente para diagnosticar los indicadores físico-químicos, biológicos e hidromorfológicos imprescindibles para establecer el estado ecológico de un río.

El estado ecológico del río Genil se degrada progresivamente desde “Muy bueno” en su tramo alto de Güejar Sierra, a “Bueno” a la altura de Lancha de Cenes, “Deficiente” a su paso por Granada, y finalmente a “Malo” en la Vega baja de Fuente Vaqueros

Las conclusiones del proyecto, no por inesperadas son menos impactantes: el estado ecológico del río Genil se degrada progresivamente desde “Muy bueno” en su tramo alto de Güejar Sierra, a “Bueno” a la altura de Lancha de Cenes, “Deficiente” a su paso por Granada, y finalmente a “Malo” en la Vega baja de Fuente Vaqueros. No fue fácil explicar a los alumnos que el estado deplorable del agua en los tramos inferiores del río no es más que la falta de aplicación de las leyes vigentes establecidas por la Directiva Marco del Agua que deberían garantizar el buen estado de todas las masas de agua para el año 2015.

La eliminación de la vegetación de ribera, aguas residuales deficientemente depuradas, basuras, azudes obsoletos, canalizaciones y encauzamientos, vertidos agrícolas y ganaderos, son sólo algunas de las agresiones que convierten al río más importante de nuestra provincia en un canal artificial, una cloaca a la que impunemente arrojamos todos nuestros desechos e inmundicias

Y es que desde su nacimiento en la cabecera de los valles glaciares de Sierra Nevada, el agua de los ríos es maltratada y degradada por el hombre, que acapara un recurso del que depende su supervivencia, pero también la salud del resto de los ecosistemas. La eliminación de la vegetación de ribera, aguas residuales deficientemente depuradas, basuras, azudes obsoletos, canalizaciones y encauzamientos, vertidos agrícolas y ganaderos, son sólo algunas de las agresiones que convierten al río más importante de nuestra provincia en un canal artificial, una cloaca a la que impunemente arrojamos todos nuestros desechos e inmundicias.

Sin duda, el agua es uno de los recursos naturales más escasos e importantes para Andalucía y todas las previsiones sugieren que esta escasez se va a agudizar en los próximos años con el cambio climático. Quizás no seamos conscientes de que la huella hídrica en España es de 6.700 litros por habitante y día, según un informe de Naciones Unidas. ¡Y no es que necesitemos toda esa cantidad de agua para beber!, se trata de que el agua es imprescindible para elaborar todos los productos que usamos y consumimos hasta el punto de que se necesitan 4.000 litros de agua para producir un kilogramo de pollo.

Decía San Agustín que “no se puede amar lo que no se conoce ni defender lo que no se ama”. `Ríos de Vida´ es un proyecto para que los más jóvenes aprendan a conocer, amar y cuidar nuestros ríos, pero también para denunciar cuando las Confederaciones Hidrográficas encargadas de velar por la calidad del agua de nuestros maltrechos ríos miran hacia otro lado.

Manuel Villar Argaiz es profesor de Ecología de la Universidad de Granada
 
 
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