Atarfe es uno de los 28 municipios que presentan parte de su término sobre el acuífero detrítico de la Vega de Granada. En su caso, su jurisdicción también abarca a la  mayor parte de Sierra Elvira, un sistema acuífero kárstico, independiente del anterior, aunque ambos están conectados hidráulicamente.

El resto de la superficie municipal se extiende ya sobre materiales, en general, poco permeables del relleno postorogénico de la depresión de Granada. El acuífero de la Vega de Granada corresponde a un extenso y potente depósito de gravas y arenas de naturaleza aluvial, que se extiende a ambas márgenes del río Genil, aproximadamente entre las poblaciones de Granada, al Este, y de Láchar, al Oeste.

Ocupa este depósito un área sensiblemente llana, de 200 km2 se superficie, siendo sus dimensiones de 22 km de longitud (en sentido Este-Oeste) por unos 8 km de
anchura media, con espesores cercanos a los 300 m en el sector central.

Desde el punto de vista geológico, la Vega de Granada corresponde a una pequeña fosa, ubicada, a su vez, en el interior de la depresión postorogénica de Granada, todo ello en el ámbito delas Cordilleras Béticas. Desde el punto de vista hidrográfico, este sistema acuífero forma parte de la subcuenca del Alto Genil, perteneciente a la cuenca del Guadalquivir.

Los recursos  renovables medios se estiman en unos 180 hm3/año (equivalentes a un caudal cercano a los 5.500 l/s). Las aportaciones proceden, mayoritariamente, de la recarga de escorrentías superficiales y de la provocada a partir de los regadíos; todas las aportaciones superficiales provienen de una cuenca vertiente próxima a los 2.900
km2; por este concepto se calculan unos aportes medios del orden de 140 hm3/año, valor que equivale a las 3/4 partes de las aportaciones totales.

El fuerte aumento de la explotación de las aguas subterráneas en estos últimos años de sequía y, sobre todo, la drástica disminución de la recarga con aguas superficiales, está provocando una sensible bajada de niveles y un progresivo agotamiento de los caudales de aliviadero del sistema. A pesar de todo, la cuantía de las reservas explotables, próximas a los 1000 hm3, permite ser optimista sobre la recuperación futura del sistema, en años pluviométricamente más húmedos.

Las aguas subterráneas son de buena calidad en general. Relativamente locales y moderados son los procesos de enriquecimientos salinos naturales, así como los procesos
de contaminación. Entre estos últimos cabe resaltar, por su extensión, los originados por aportes fertilizantes, responsables del incremento en los contenidos de nitratos de las aguas; los plaguicidas, sin embargo, se mantienen en niveles muy bajos, al ser mayoritariamente retenidos y degradados en la franja no saturada. El riego con aguas residuales urbanas brutas, las fugas en redes de saneamiento, las evacuaciones a pozos negros y demás focos de vertidos orgánicos, constituyen otra fuente sensible de contaminación, que se manifiesta en la existencia de una moderada y desigualmente repartida contaminación microbiológica.

La contaminación industrial está poco extendida y es, salvo excepciones, poco relevante a nivel del acuífero dada la baja cuantía de vertidos tóxicos producidos. No obstante, son de destacar ciertos puntos de vertido, que en el futuro podrían ocasionar afecciones importantes a la calidad de las aguas. Ultimamente se vienen detectando, asimismo,
fugas de depósitos y vertidos de productos tóxicos a redes de saneamiento, lo cual puede llegar a suponer otro importante contratiempo a la calidad de estas aguas
subterráneas de la Vega de Granada.

Acuíferos

Las aguas de este acuífero presentan una salinidad promedio de 1g/l, una dureza total del orden de 58° F y facies bicarbonatadas cálcicas. Como es natural, existen
notables diferencias de calidad de unos sectores a otros. Las aguas de mejor calidad se localizan en la cabecera del acuífero, en el sector suroriental (Cájar, La Zubia,
Descenso a una de las cavidades existentes en Sierra Elvira Armilla, Churriana…), así como bajo el cauce del río Genil hasta llegar a Fuente Vaqueros.

(Foto S.G.E.G.)

Por el contrario, las aguas más mineralizadas se encuentran en sectores afectados por flujos procedentes de terrenos yesíferos del entorno, como son, principalmente, las áreas de Sierra Elvira-Alitaje, Aeropuerto-Romilla-Láchar y Maracena-Pulianillas.

Atarfe presenta parte de su término, como se comentó al principio de este artículo, en el sistema acuífero de la Vega de Granada. En concreto, ocupa parte del borde centroseptentrional; en esta localización existe un bajo espesor del relleno aluvial permeable, que presenta, además, una alta fracción arcillosa. Todo ello resta productividad a las captaciones de aguas, sobre todo en comparación con las obtenidas en otros sectores del acuífero. Los terrenos situados al Sur y Este del núcleo urbano, como Los
Teatinos, La Viñuela y hasta el ventorrillo de La Mosca, presentan condiciones relativamente desfavorables para la obtención de buenos rendimientos. Hacia el Oeste
las condiciones hidrogeológicas son mejores y, sobre todo, hacia el límite Suroeste del término, en dirección al cortijo de Santo Domingo y las madres del Rao, donde
antaño existían unos importantes nacimientos de agua, hoy secos por los descensos de nivel.

En este área, las potencias del relleno aluvial son mayores y los tramos de arenas y gravas están más limpios de arcilla. Las aguas subterráneas del término municipal presentan una calidad algo inferior a la media del acuífero; ello es debido a la concurrencia de varios factores. El de mayor relevancia, posiblemente sea el ligado a la baja tasa de recarga superficial del sector nororiental del acuífero, aguas de excelente calidad en la Vega de Granada, que actúan mejorando la calidad de las del acuífero. Otro
factor condicionante es el moderado aporte de aguas procedentes de terrenos yesíferos del entorno. Por lo que respecta a los procesos de contaminación, el poco espesor de la franja no saturada en toda el área que se comenta resta eficacia a los procesos de autodepuración natural si bien la mayor proporción de arcilla existente puede actuar en sentido opuesto, aumentando la retención y filtración de contaminantes y disminuyendo su velocidad de propagación.

Las aguas de mejor calidad se localizan en el extremo suroccidental del término, donde se dispone de aguas de 0,9 g/l de salinidad, con una dureza total del orden de 50º F y facies bicarbonatada cálcica, aptas para el abastecimiento humano.

Dejamos el comentario a las aguas del acuífero de la Vega de Granada, para entrar en la prolongación hacía el Norte del término municipal de Atarfe, introduciéndonos así en el sector central del acuífero de Sierra Elvira, de la que sólo quedan fuera de su jurisdicción los extremos oriental (Albolote) y occidental (Pinos Puente).

El acuífero de Sierra Elvira es de naturaleza carbonatada (calizas y dolomías) y debe su permeabilidad a la fracturación y disolución de sus rocas (karstificación). Presenta dos afloramientos, conectados entre sí, el oriental, conocido por el de La Ermita de los Tres Juanes, de 2 km2 de superficie, y el occidental, llamado de Los Morrones, con 8 km2 de extensión.

Los recursos renovables medios de este acuífero son muy modestos en relación con los aludidos anteriormente para el de la Vega de Granada, estimándose en unos 6 hm3/año. La mitad de ellos proceden de la recarga pluviométrica sobre el sistema y la otra mitad, aproximadamente, de aportaciones profundas desde sistemas vecinos. Estas aportaciones profundas son las responsables del termalismo y alta mineralización de las aguas, lo que imprime a éstas un alto valor para balneoterapia y como aguas minero-medicina1es. Excelente ejemplo de ello es la explotación de Los Baños de Sierra Elvira, cuyas aguas atesoran virtudes terapéuticas y una temperatura de emergencia estable a lo largo de todo el año de 32º C.
Formaciones calizas del Macizo Elvirense

(Grupo espeleólogos Granadinos)

Este acuífero no presenta salidas visibles, produciéndose la descarga de forma oculta hacia el sistema acuífero de la Vega de Granada. El bombeo de estas aguas calientes
para usos industriales y para su utilización en regadío ha provocado un continuado descenso de niveles, muy acusado desde el año 1991. Entendiendo que la mayor
potencialidad de estas aguas es la minero-medicinal y termal, deberían adecuarse medidas de compatibilización de todos los usos, permitiendo y garantizando un desarrollo sostenible de este tipo de aguas.

Las aguas presentan una moderada calidad general, condicionada por la alta temperatura de emergencia, de 25 a 35° C., y por su elevada salinidad, del orden de 2 g/l. No
obstante, conviene aclarar que se trata de aguas todavía  exentas de contaminación, cuya mineralización es debida exclusivamente a procesos naturales. Las aguas son de
facies sulfatadas cálcicas, si bien presentan también altos contenidos relativos de cloruros, magnesio y sodio.

FOTO:  Formaciones calizas del Macizo Elvirense. (Grupo espeleólogos Granadinos)

Artículo editado por Corporación de Medios de Andalucía y el Ayuntamiento de Atarfe, coordinado por José Enrique Granados y tiene por nombre «Atarfe en el papel»

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