¿Son más educativos estos relatos de hoy que los de ayer?

Hay quienes piensan que los personajes de los cuentos clásicos, tales como Blancanieves, Cenicienta, La Bella Durmiente o El Gato con Botas han dejado de interesar porque consolidan un modelo de hombre machista y posesivo y de mujer pacata, sumisa y dependiente. Cada cuál puede tener el pensamiento que quiera, siempre que no pretenda imponerlo a los demás. Y la censura es una imposición. Nadie tiene que decidir por mí qué libros tengo que leer y cuáles no. Y los modernos censores, siempre en nombre de causas teóricamente justas, es lo que quieren. Pero no podemos impedir a los niños que lean cuentos que son obras cumbre de la literatura universal.

Por lo que respecta a mí, me he leído de niño todos esos cuentos y puedo decir que no solo han alimentado mi imaginación, sino que he aprendido a leer y escribir con ellos y, junto a lecturas de otros tebeos, han moldeado mis emociones y sentimientos. Y les puedo asegurar que no soy un machista redomado. Debemos luchar por la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Eso es lo que defiende el feminismo. El moderado, no el radical, activista e ideologizado. El que culpabiliza a todos los hombres por su sexo y exonera a todas las mujeres por el suyo. Y en este apartado hemos de clasificar al movimiento Woke.

No entiendo la razón por la cual vuelven a aparecer los índices de libros prohibidos. Una auténtica barbaridad. Pero ¿es que no entienden estos iluminados que aquellos cuentos fueron escritos con los criterios existentes en su época y que no podemos juzgarlos con los actuales? Eso es lo que hay que explicar a los infantes y no privarles de su lectura. Les aseguro que yo voy a seguir leyéndoselos a mis nietos y nietas. Y van a seguir disfrutando vistiendo los disfraces de príncipes, princesas, hadas y caballeros. Nadie me va a imponer lo que tengo que pensar, leer, sentir o escribir.

Me pregunto, además, por el prototipo de hombre y mujer que proponen los relatos, películas y vídeo- juegos dedicados a los super héroes y heroínas de hoy, muchos de ellos saturados de violencia y sexo. ¿Y qué prototipo propone la pornografía que circula libremente por Internet, accesible a niños que están formándose? ¿Son más educativos estos relatos de hoy que los de ayer? Piensen y respondan.

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