Ya ha pasado unos días desde el maldito momento que vimos fuego en los Morrones.

 
Era uno de esos días bonitos del año, en el que disfrutábamos de nuestras fiestas en compañía de nuestros amigos, cuando algunos malnacidos, por tercera vez en lo que va de año, metieron fuego por la parte de atrás del Piorno, donde lo hacen siempre. Quizás hayan conseguido sus fines, a nosotros nos han quemado nuestra montaña, nuestra casa, nuestro lugar de entrenamiento, entretenimiento y reflexión. Con este fuego se han llevado un trozo de nosotros.
 
El martes 25 de julio, día de Santiago, nos partisteis el alma. Atónitos asistíamos desde la distancia que la prudencia aconsejaba a la destrucción de nuestros Morrones. Veíamos con lágrimas en nuestros ojos, como los helicópteros intentaban apagar el fuego y parecían moscas frente a la magnitud de las llamas. La parte de atrás, la conocida como la finca, está completamente calcinada. Hay sitios en los que no ha quedado ni un simple palo. 
 
Nosotros seguimos saliendo a correr, pero no es lo mismo, a veces nos paramos a ver la magnitud de la tragedia mientras dos gotas recorren nuestras mejillas. Ya lo han hecho más veces y nos preguntamos cuando volverán a hacerlo. 
 
No quiero acabar estás líneas sin darles las gracias a los bomberos forestales, sin ellos puede que no quedase ni un pino vivo.
 
Ya solo nos queda pensar en una rápida reforestación y recuperación. Para lo que haga falta, aquí nos tenéis.
 
Club de Atletismo Atarfe

 
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