El fracaso de la meritocracia: un profesor se encuentra a su alumno más brillante hurgando en la basura junto a su mujer y su hijo

Pedro Cifuentes, profesor de Sociales en un Instituto de Secundaria, se encontró con un exalumno suyo hurgando en la basura junto a su mujer y un niño pequeño

Estar 73 años esperando para reinar para que, cuando al fin te toca, todo te ponga de mal humor: las mesas estrechas, los tinteros, las estilográficas que gotean. Carlos III nació, indiscutiblemente, con todo a favor: dinero, protección, herencia, corona… Los mejores colegios, las mejores posibilidades, veranos en Balmoral, carreras en Ascot, tardes jugando al polo, unos huevos revueltos por aquí, una taza de té humeante por allá, majestad esto, majestad lo otro. Lo que en castellano llamamos vivir a cuerpo de rey.

Que te puedas coger un día libre cuando no ha pasado ni una semana desde que comenzaste a «trabajar» es un privilegio que solo una figura como la del monarca puede disfrutar. Pero la cosa cambia radicalmente si miramos al polo opuesto, a la vida de aquellos que lo tienen muy difícil desde su nacimiento. Muchos de ellos, aunque se esfuercen por cambiar su situación, no son capaces de ascender socialmente.

Pedro Cifuentes es profesor de Sociales en un Instituto de Secundaria de Borriana, en Castellón. Según contó en un hilo de Twitter, ayer se encontró, nueve años después, con un exalumno suyo hurgando en la basura junto a su mujer y un niño pequeño. Cifuentes quedó muy sorprendido con este encuentro. Ese alumno era «una cabeza brillante» que «había luchado como un jabato, a pesar de las cartas que le tocaron en la vida» y que quería hacer algo relacionado con la ciencia al término de sus estudios secundarios. Uno de esos alumnos «que poco a poco se queda por el camino hasta que desaparece».

Ese encuentro hizo a Cifuentes reflexionar sobre el fracaso de la meritocracia y le llevó a exigir en redes sociales «que alguien arregle de una puñetera vez el ascensor social que debe ser la escuela pública». En el hilo, pide menos debates estériles y menos «chorradas» y reclama medidas eficaces para que estas personas que lo han tenido tan difícil en la vida puedan salir adelante. El profesor aseguraba en Twitter que este encuentro le provocó una profunda sensación de fracaso profesional y personal a pesar de que su antiguo alumno le saludase «con alegría y algo de luz».

Pedro Cifuentes se ha pasado hoy por La Ventana para hablarnos sobre este suceso y sobre la meritocracia. «Siempre tiendes a ser un poquito idealista pero después la realidad te golpea duro», lamenta Cifuentes. El profesor asegura que el sesgo económico es fundamental para determinar el futuro de los adolescentes. Algunos de los que tienen una situación económica compleja en casa buscan «liarla en clase como válvula de escape». Un método que, según Cifuentes, les sirve para descargar la ira que acumulan contra el sistema.

Pedro Cifuentes opina que el sistema de becas puede ser suficiente y cumplir su función en algunos casos, pero que habría que plantear estas ayudas «de otra manera» para que consigan dar asistencia en todas las coyunturas socio-económicas.

A menudo se nos llena la boca hablando de conceptos como meritocracia, ascensor social e igualdad de oportunidades, pero los datos son claros, como comentamos el pasado miércoles con Javier Ruiz a partir de la publicación de su libro ‘Edificio España’: un hijo nacido en una familia de la élite económica de nuestro país tiene 24 veces más posibilidades de seguir en esa clase social que los hijos de familias pobres.

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