El abuso de pantallas está multiplicando la miopía entre los jóvenes a un ritmo «alarmante», con un 40% de adolescentes que ya necesita gafas, según un informe de Visión y Vida

El uso constante y abusivo de las pantallas ha convertido la miopía en la mayor pandemia detectada en el siglo XXI y el bajísimo nivel de controles y revisiones de la vista que se realizan en España a niños y jóvenes está poniendo en peligro no solo su salud sino también su futuro.

Un dato como ejemplo. Uno de cada tres casos de fracaso escolar tiene detrás un problema de visión no diagnosticado del estudiante. Estas conclusiones son parte del informe ‘La prevalencia de la miopía en España entre los jóvenes’, elaborado por la organización Visión y Vida, que reúne a ópticos y optometristas de todo el país.

España no escapa al crecimiento exponencial de la miopía en los países desarrollados. Más bien al contrario. Esta investigación señala una realidad muy preocupante, en la que la miopía aumenta «a un ritmo alarmante», sobre todo entre los jóvenes, entre los nativos digitales.

El informe destaca que dos de cada cinco adolescentes, el 40%, necesitan ya llevar gafas y que los miopes son más de la mitad de los jóvenes de 18 a 34 años (55%), proporción que llega a dos de cada tres si solo se tienen en cuenta los jóvenes universitarios. Entre los más pequeños las cosas empeoran. El 6% de los niños de 6 a 12 años han comenzado a necesitar gafas.

Los universitarios tienen un 26% más deficiencias visuales que los que no pasaron de la educación básica y quienes trabajan con ordenadores toda la jornada, cuatro veces más

La incidencia de los problemas de visión es muy alta, pero mayor es aún el ritmo al que crece. El estudio indica que, entre los nativos digitales, la falta de agudeza visual en la media y larga distancia tiene tasas de aumento en cortos períodos de tiempo (cinco años) hasta ahora desconocidas. El 10% elevó su miopía durante ese lustro entre 3 y 3,75 dioptrías, un 28% aumentó las dioptrías entre 2 y 2,75 y otro 26% subió entre 1 y 1,75. Estos crecimientos acelerados afectaron a dos de cada tres jóvenes.

Las razones de la epidemia hay buscarla en un abuso de la vida digital y en la mejora del nivel académico de la población. Los factores principales que contribuyen a acelerar la aparición de problemas de visión, especialmente de miopía, son el abuso de horas frente a las pantallas, que además de dañar la visión castiga al ojo con menos horas de luz natural por la falta de actividad al aire libre. Quien usa pantallas durante toda su jornada laboral tiene cuatro veces más posibilidades de que le diagnostiquen miopía que quien no.

Un segundo factor es el nivel de estudios. A más alto más problemas. Los universitarios tienen una incidencia de miopía 26 puntos mayor que los demás porque castigan más su visión con horas de estudio, lectura, de pantallas y de interiores. Un tercer factor negativo es el tabaquismo, cuanto antes se empieza a fumar más posibilidades de problemas de visión.

A la creciente epidemia de jóvenes miopes se suma el problema de que en España el 60% de las familias no chequea ni controla la calidad visual de sus hijos salvo que se quejen

Visión y Vida lleva años realizando campañas publicitarias y de concienciación, con especial incidencia en redes sociales y centros educativos, porque a la epidemia creciente, en España, se le une un déficit alarmante de controles y revisiones preventivas de la visión entre niños y adolescentes. Seis de cada diez familias no somete a chequeos visuales a sus hijos salvo si se quejan, pero se ha podido certificar que uno de cada tres menores no ve bien y puede necesitar correcciones o tratamiento. Con esta falta de diagnóstico precoz entronca el altísimo fracaso escolar por déficit de visión.

Los ópticos y optometristas avisan que, además, la falta de prevención y detección precoz puede convertirse en un grave problema de salud de cara a la vida adulta ante la cada vez mayor precocidad de la aparición de la miopía. Cuanto más joven aparece el problema -hay un 6% de niños miopes- más complicaciones pueden producirse si la patología no se trata adecuadamente o si supera las seis dioptrías.

El 40% de las personas con más de ocho dioptrías corre el riesgo de perder su visión y el 20% de los pacientes con más de 15 dioptrías tendrán baja visión adulta y un 10% terminará con ceguera. Los expertos recuerdan también que el 20% de los casos de cataratas en jóvenes sucede entre los que tienen alta miopía y que entre el 60% y el 70% de los desprendimientos de retina ocurren entre grandes miopes de 40 a 60 años.

ALFONSO TORICES

FOTO: Una niña durante una revisión. / Abc

https://www.ideal.es/sociedad/educacion/tres-fracasos-escolares-20221011114637-ntrc.html

 
 
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