Hay muchas formas de ganar la candidatura de una alcaldía y pedir el voto a los vecinos.

Muchas y todas puestas en práctica. Carazo ha comenzado desde lo lejano hasta lo próximo. Desde Torres Hurtado a Sevilla, y desde Sevilla hasta Granada, Reyes Magos incluidos. Los sevillanos están diseñando la campaña granadina con promesas sobre papel, proyectos de carreteras, vías, caminos y puertos, que van siendo prometidos desde un gobierno que no es aquí publicitado como PP, sino como Juanma.

Ya deberían estar finalizados los primeros proyectos prometidos, que iban a ejecutarse durante el pasado otoño, como el vial de Armilla al PTS. Nada. Ahora se van presentando carreteras sobre la vega que van uniendo pueblos para aligerar el tráfico de la ciudad, además de todos aquellos que atraigan la atención de los votantes nazaríes. Y de nazaríes va la cosa, porque el hecho de que la Fundación del CB Granada y la consejería de Fomento firmaran un convenio de colaboración (con cuántos más se firmaron convenios de este tipo para que la candidata pasee su sonrisa en esta campaña por los espacios granadinos ofertando adquisiciones desde Sevilla con dineros granadinos. Quizás por eso la mantengan de consejera hasta abril), justifica acudir al hospital con jugadores de baloncesto el día que estos llevan juguetes a los niños ingresados. Todo es justificable, incluso limpiar el camino de la candidata a la alcaldía dando a César Díaz la gerencia metropolitana del transporte, que bien podría haber sido candidato porque se lo lleva currando muchos años, sin ayudas sevillanas. Colocado y callado

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