«EN GRANADA NO SE HABLA GALLEGO» por Remedios Sánchez

Si es que era tan evidente su triunfo que, por no afrentarnos más, no quieren mostrarnos las puntuaciones.

Mira que están pesados los prebostes granadinos con que nos hayan afanado (por aquello de que robar queda vulgar) la  Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial por la que competíamos con rivales tan fuertes como La Coruña y Alicante.  Siguen todavía unos cuantos, a pocas semanas de iniciar las elecciones municipales, erre que erre, pidiendo los datos, las razones de la designación digital de la ciudad gallega. Una explicación nos deben y que nadie dude que con una explicación nos van a pagar, pero aplicando el mismo estilo que en aquella que dio a sus vecinos  don Pablo, el alcalde de Villar del Río, en la berlanguiana ‘Bienvenido míster Marshall’. Por esto es intrascendente que, primero, la vicepresidenta Nadia Calviño designara digitalmente a su patria chica (5 de diciembre) y que esperara mes y medio para que se escribiera el informe justificativo (26 de enero) de su decisión. Eso son minucias, detalles baladíes porque hay razones de peso que evidencian que los requisitos de doña Nadia, coruñesa de pro, los cumplía mejor la ciudad de la Torre de Hércules.

Basta irse al Boletín Oficial del Estado donde se recogen sus sensaciones (porque eso son: percepciones, sensaciones, opiniones sin argumentar) para comprenderlo, a pesar de nuestras cortas entendederas de andaluces resabiados. A saber: que a los científicos que pudieran venir Granada no les ofreció mecanismos para ‘falar galego’ (ni andaluz, a pesar de la dificultad de las hablas andaluzas), ni tertulias literarias para integrarlos en nuestra ciudad. Un error gravísimo el de la comisión granadí coordinadora de la candidatura, casi tan colosal como no apreciar la trascendencia del “ecosistema universitario coruñés” o de sus espectaculares comunicaciones aeroportuarias, que por lo visto son infinitamente mejores que las nuestras. Y, por si no resultase suficientemente preocupante que nos sonrojen con esta posición de debilidad perpetua nuestra, tampoco tenemos lacón con grelos, tortilla de Betanzos, los poemas de Rosalía retratando la morriña, ni el agua del Cantábrico bañando nuestras costas. Además, los edificios destinados a la AESIA aquí sí estaban planeados frente a los de nuestra rival, que están cedidos hasta 2034. Lo que pasa es que esa presión, ese no saber si llegaremos, ese “uy, por los pelos”, nos da vidilla. Si es que era tan evidente su triunfo que, por no afrentarnos más, no quieren mostrarnos las puntuaciones.

Porque nunca se juzgó seriamente que encabezara el proyecto nuestra universidad, la tercera del mundo por prestigio en la materia según todos los rankings; ni que existiese una colaboración institucional inédita entre instituciones de diverso signo político y empresariado, o el esfuerzo para la ampliación de las conexiones del aeropuerto. Tampoco que vaya a construirse el acelerador IFMIF-DONES en Escúzar o que sí seamos el hábitat idóneo para el ADIA-Lab, el proyecto saudí que acaban de firmarse en el Carmen de los Mártires, pensando en las elecciones y en que el PSOE municipal, principal damnificado por este gesto de chulería de los mandamases de Moncloa, no reciba, por extensión, la bofetada que se merece el gobierno central por la componenda. Un gobierno que se obceca en no enterarse de que el personal, em Granada, posee una inteligencia natural para sobrevivir a los constantes agravios, a las cacicadas. Y que hasta aquí ha llegado nuestra capacidad de aguante porque nuestra dignidad no está en venta.

FOTO: LA VOZ DE GRANADA

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