El Niño y el cambio climático, responsables del caótico clima que viviremos este año

«Sabemos que el clima está forzado por el hombre y el año pasado, anormalmente cálido a escala global, confirma la realidad del cambio climático», explica a eldiario.es Manola Brunet.  «Entre finales de invierno y primavera puede haber mucha precipitación en regiones como Alemania o las islas británicas, y una gran sequía en el mediterráneo», cuenta eldiario.es Belén Rodríguez.

Un estudio publicado en ‘Nature’ asegura que los eventos extremos asociados a El Niño aumentarán en frecuencia debido al calentamiento global.

El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico —Arthur Strahler habla de ciclos de entre tres y ocho años—,que consiste en realidad en la fase cálida del patrón climático del Pacífico ecuatorial denominado El Niño-Oscilación del Sur (El Niño-Southern Oscillation, ENSO por sus siglas en inglés), donde la fase de enfriamiento recibe el nombre de La Niña. Este fenómeno, en sus manifestaciones más intensas, provoca estragos en la zona intertropical y ecuatorial debido a las intensas lluvias, afectando principalmente a la región costera del Pacífico de América del Sur.

El año 2015 ha sido especialmente anormal con respecto al clima. Temperaturas sobre cero en el polo norte en pleno diciembre, la floración del desierto de Atacama o el huracán más fuerte jamás registrado son solo algunas de las anomalías de un año que, a falta de que se confirmen los datos, se convertirá además en el más caluroso desde que se tienen registros. Pero parece que esto no terminará aquí y que, en parte debido al fenómeno de El Niño, 2016 también será un año que marcará récords históricos.

«Ha sido un año tremendamente extraño», afirma Manola Brunet, directora del Centro en Cambio Climático de la Universitat Rovira i Virgilli. Ahora bien, habría que puntualizar que solo se debería considerar extraño si nos olvidamos de la presencia del ser humano, ya que «sabemos que el clima está forzado por el hombre y este año, anormalmente cálido a escala global, confirma la realidad del cambio climático, ya que ha excedido los récords de El Niño de años anteriores», explica Brunet.

Algunos estudios asocian El Niño con sequías en el Mediterráneo

Algunos estudios asocian El Niño con sequías en el Mediterráneo EFE

El Niño es uno de fenómenos climáticos más importante del planeta y se produce de forma natural en periodos de entre 3 y 7 años. Se origina en los trópicos y se caracteriza por el cambio de sentido de las corrientes de aguas cálidas que viajan del sur hacia el ecuador. «Es un fenómeno por el que tanto la atmósfera como el océano dejan de funcionar de la manera que lo hacen habitualmente», explica Brunet.

Pese a que el impacto más evidente se produce en los países de la costa pacífica, especialmente en América y en ciertas regiones de Asia, El Niño extiende su influencia a la mayoría de los continentes y los océanos del mundo. «En nuestras latitudes la relación no es tan directa, pero sí que se ha demostrado que hay relación», explica Belén Rodríguez, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del grupo TROPA, especializado en variabilidad del clima.

Posibles sequías en el Mediterráneo

Según esta investigadora, algunos estudios muestran la influencia en Europa de este fenómeno, haciendo que «entre finales de invierno y primavera haya mucha precipitación en regiones como Alemania o las islas británicas, y una gran sequía en el mediterráneo», algo que es posible que suceda en este 2016.

Sin duda, El Niño es el principal factor que ha influido en el clima de 2015 y que lo hará en este 2016, máxime cuando los datos más recientes indican que éste está siendo uno de los más intensos desde que se tienen registros. Según Ileana Blade, profesora de la Universidad de Barcelona, «lo más destacado del año es que finalmente se ha producido un niño y que éste es, en muchos aspectos, el más pronunciado que se ha registrado». Sin embargo, el cambio climático también influye de forma importante en el clima a nivel global.

¿Cómo afecta el cambio climático a El Niño?

Aunque los mecanismos y los efectos de El Niño en el clima son relativamente bien conocidos por los científicos, no está tan claro cómo se ve influido por el calentamiento global. «Hay que tener en cuenta que El Niño es un fenómeno natural», explica Brunet. «Si la presencia de gases de efecto invernadero puede alterar, modificar o modular la frecuencia, la intensidad o las características de este fenómeno, es un tema que está abierto a debate y sobre el que no se puede realizar ninguna afirmación rotunda».

Sin embargo, el pasado año un estudio publicado en la revista Nature aseguraba que los eventos extremos asociados a El Niño aumentarán en frecuencia debido al calentamiento global. Según Rodríguez, es probable que los eventos climáticos anómalos de este año hayan sido debidos tanto a El Niño como al cambio climático y ha asegurado que «hay modelos que muestran que El Niño aumentará su amplitud y su frecuencia en presencia de gases de efecto invernadero».

Unicef teme que 11 millones de menores se vean afectados por El Niño

Unicef teme que 11 millones de menores se vean afectados por El Niño EFE

Para Blade, el principal problema es que no disponemos de suficientes datos para realizar afirmaciones rotundas sobre ciertos aspectos del clima. Sobre la existencia de modelos que indican una relación entre la El Niño y el cambio climático, esta investigadora asegura que «cuando no tenemos datos suficientes, hacemos modelos, pero si los modelos no están de acuerdo unos con otros, como sucede en este caso, la incertidumbre es muy grande».

Alterado o no por el cambio climático, El Niño es un fenómeno que tiene un enorme impacto en muchas regiones del planeta, que ya se están viendo afectadas por el calentamiento global, un efecto latente que, según las investigadoras, hay que sumar a cualquier otra condición climática. La intensidad de El Niño actual ha puesto sobre aviso a gran parte de la comunidad internacional y algunas organizaciones internacionales, como Oxfam o Unicef, alertan de las terribles consecuencias que podría tener este fenómeno, en términos de hambre, escasez de agua y propagación de enfermedades.

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