La Fundación Pascual Maragall, en Barcelona, participa en un ensayo clínico a nivel europeo para prevenir el Alzheimer. Los voluntarios son personas sanas con riesgo de padecer la enfermedad

l Alzheimer es una efermedad cerebral progresiva e irreversible. Altera la personalidad y la principal consecuencia es la pérdida de memoria de una persona, así como diferentes habilidades para aprender, razonar o comunicarse. Alzheimer y demencia no son lo mismo. La demencia implica una pérdida gradual de la memoria y del pensamiento, pero no es una enfermedad como tal aunque sí engloba diferentes tipos de ellas como por ejemplo el Alzheimer. En la actualidad, no se conoce las causas que lo provocan ni si afecta a más a hombres o a mujeres. En las estadísticas se aprecia que hay más mujeres afectadas, la razón es la esperanza de vida. Ellas suelen vivir más años que ellos.

Se estima que, en España, unas 600.000 personas padecen Alzheimer. A pesar de que el 18,5 por ciento de los pacientes que acuden a una consulta de Neurología lo hacen por alteraciones de memoria o sospecha de deterioro cognitivo, aproximadamente entre un 30 y 40 por ciento de los casos podrían estar sin diagnosticar, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Hay más de 37 millones de afectados a nivel mundial y en España la prevalencia es el 4,2% para personas con 65-74 años, el 12,5% para personas con 75-84 años y el 28% para mayores de 85 años. Las perspectivas son demoledoras: en 30 años podría haber 115 millones de personas afectadas.

El ensayo clínico es una iniciativa del proyecto European Prevention of Alzheimer’s Dementia (EPAD), en la que participa la Fundación Pascual Maragall, cuenta con un presupuesto de 64 millones de euros y que agrupa a 36 centros de investigación, universidades, laboratorios europeos y asociaciones de enfermos con el objetivo de disponer de la infraestructura necesaria para realizar ensayos clínicos para prevenir el inicio de esa enfermedad.

LOS SÍNTOMAS DEL ALZHEIMER

Entre un 30 y un 40 por ciento de los casos podrían estar sin diagnosticar / Getty Images

-Olvidos o dificultad para recordar información reciente

-Repetición en bucle del mismo tema o pregunta

-Dificultad para seguir instrucciones, realizar la contabilidad doméstica, tomar su medicación correctamente, cocinar, ir a comprar o vestirse

-Necesidad de contar con la ayuda de otras personas para hacer cosas que antes hacía sola o necesita mucho más tiempo para hacerlas

-Dificultad para orientarse en lugares conocidos

-Confusión con la identidad de las personas y dificultad para apreciar el paso del tiempo

-Dificultades para seguir una conversación

-Pérdida de objetos personales importantes o dinero

-Alteraciones del juicio que propicien que caiga fácilmente en engaños por parte de otras personas

-Alteraciones del cuidado y la higiene personal y del hogar

-Falta de interés o dificultad para realizar actividades a las que la persona era aficionada

-Pérdida de interés por la interacción social con otras personas

-Cambios de personalidad

-Nerviosismo en ambientes o situaciones nuevas en que la persona tiene dificultades para controlarlas

Trailer de la película de Pascual Maragall, diagnosticado de Alzheimer en 2007

Frenar la enfermedad antes de que comience

Es el objetivo del ensayo clínico que está en la primera fase, es decir en la selección de los voluntarios que van a participar en él. Se trata de probar medicamentos recién descubiertos capaces de frenar la evolución del Alzheimer en etapas en las que la enfermedad es silenciosa, «desgraciadamente sabemos que los enfermos de Alzheimer tienen el cerebro estropeado, pero sí podemos evitar que personas sanas, con riesgo de padecerlo, desarrollen la enfermedad», explica el doctor Jordi Camí, director general de la Fundación Pascual Maragall. Ensayar si se puede frenar la enfermedad antes de que comience, porque según los expertos, podría iniciarse antes 20 ó 30 años antes.

«Algunos fármacos probados en personas enfermas de Alzheimer pueden cambiar algunas estructuras cerebrales, por eso ahora hay que probarlos en personas que no han desarrollado la enfermedad y por tanto sus neuronas pueden ser modificadas», asegura la doctora Karine Fauria, gerente científica de la Fundación Pascual Maragall y responsable de la selección de voluntarios que participarán en el ensayo clínico. Para los científicos e investigadores poder decirle a una persona que está apunto de desarrollar la enfermedad que ese proceso podría retrasarse una década o incluso evitarse supondría un avance de grandes dimensiones.

POR UN FUTURO SIN ALZHEIMER

Cerebro enfermo frente a un cerebro sano / JAVC

La Fundación Pascual Maragall lleva el nombre del ex president de la Generalitat catalana entre 2003 y 2006.

-El 20 de octubre de 2007 Maragall hizo público que le habían diagnosticado la enfermedad de Alzheimer y que estaba decidido a impulsar la investigación para vencer la enfermedad.

-Desde entonces, esta fundación pretende concienciar a la sociedad para que enfermos y cuidadores se sientan apoyados.

-Desde la creación de la Fundación, se impulsa la investigación para derrotar a la enfermedad, porque «en ningún sitio está escrito que Alzheimer no se pueda frenar».

Voluntarios generosos

6.000 personas participan en la cohorte de esta investigación, un seguimiento que se les hace durante un año y que culminará con un ensayo clínico para el que serán seleccionados 1.500 personas. A todos ellos se les harán pruebas científicas para ver cómo está el cerebro, también análisis de sangre para comprobar si hay riesgo genético. Información experimental para ver que hay personas que están apunto de entrar en la enfermedad. «Los voluntarios son personas que no tienen demencia y que tienen los rangos de riesgo, personas de entre 50 y 80 años», explica la doctora Fauria.

«El Alzheimer es una enfermedad que no desearias ni a tu peor enemigo. Son personas generosas que se van a beneficiar de los posibles avances. Lo hacen para que otras generaciones, terceras personas, puedan tener una esperanza», afirma el doctor Camí.

Los resultados del ensayo clínico no se conocerán hasta dentro de 5 ó 10 años. Si el resultado no proporciona valores clínicos fiables, no se informará a los participantes del posible riesgo de padecer la enfermedad. Para Camí no hay cifras de la cantidad de personas que pueden padecer la enfermedad en los próximos años, pero «lo que sí podemos hacer es recomendar buenas prácticas como hacer ejercicio, no tomar sustancias tóxicas, hacer una dieta equilibrada, en definitiva hábitos saludables que pueden llegar a evitar que una persona padezca Alzheimer», recomienda.

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