La acusación popular, una rareza con luces y sombras

«La acusación popular es un mecanismo de la participación del pueblo en la Justicia que se utiliza muchas veces con fines políticos o en chantajes, como hemos visto recientemente con el caso de Manos Limpias», aseguró el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes. A su juicio, habría que revisar esta figura procesal para mejorar la transparencia.

Muchas veces la personación de la acusación popular pertenece a alguno de los partidos políticos?, señaló. ?En este caso, esa parte solo tiene una intención política y contamina todo el procedimiento», añadió.

La figura de la acusación popular, presente en el ordenamiento español, no existe en los países de su entorno. Una rareza procesal que genera división de opiniones entre los juristas.

«Europa nos debería copiar», apostilló Eduardo Fungairiño, fiscal de Sala del Tribunal Supremo. Fungairiño avala la existencia de la acusación popular, al contrario que Lesmes. «En Europa no lo conocen, pero es un sistema muy bueno», señaló.

El fiscal del Tribunal Supremo alabó las consecuencias positivas que, a su juicio, genera esta figura. «Da grandes resultados y, sobre todo, funciona como un gran contrapeso», manifestó. «No os fiéis siempre del Ministerio Fiscal», concluyó Eduardo Fungairiño.

Aforamiento

Para Lesmes, «los aforamientos tienen mucho que ver con la acusación popular», aseguró. Definió al aforamiento como un mecanismo que busca la defensa de los que tienen responsabilidades públicas.»Muchas veces se utilizan las querellas para perturbar», indicó Lesmes. «A mí me ha pasado. He tenido procedimientos completamente infundados», argumentó.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial rechazó, en este sentido, que sea un privilegio. «Básicamente es un mecanismo defensivo frente al uso y abuso de la acusación popular», añadió. De este modo, Lesmes avaló el uso de los aforamientos mientras exista esta parte procesal.

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