Excelencia es echarle más horas. Excelencia es no poner lavadoras. Excelencia es no hacer tu compra. Excelencia es no pasar tu mocho, no hacer tu baño, no limpiar tus platos. Es ‘ayudar’ en tu casa. Es ‘ayudar’ a criar a tus hijos. Es ‘ayudar’ a cuidar a tus enfermos y a tus ancianos.

Excelencia es no ser cuidador principal de una persona con depresión o con demencia. Excelencia es no tener que hacer noches en el hospital. Excelencia es que no se te pasen los plazos. Excelencia es no tener un mal año. Un mal año está hecho de varias malas semanas.

Excelencia es hacer solo lo que da puntos y, de entre lo que da puntos, solo lo que da más puntos. Excelencia es redactar el artículo, pero no preparar las figuras. Es delegar, para que el trabajo aburrido lo haga otro. Aburrido es lo que no te acerca al siguiente peldaño.

Excelencia es olvidar conquistas sociales y laborales y, ‘por la ciencia’, sacar de la carrera científica a otros trabajadores que, ese año, no han sido capaces de regalar tantas horas extra como tú.

España y Europa se mantienen firmes en su compromiso de avanzar hacia una ciencia de excelencia.

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