El fiscal general puede amparar a los fiscales frente a las maniobras de Moix o mantener las dudas sobre la institución

El Consejo Fiscal se reúne bajo la sombra de una sospecha de connivencia con los dirigentes del PP, en un choque frontal con el que debe ser el objetivo fundamental de los fiscales, que es la persecución de los delitos.

Lejos de aplacar las dudas, Moix suma y sigue y ha apartado a los fiscales que investigan el caso 3% de corrupción en Cataluña, dando además curso a la denuncia de uno de los imputados contra los fiscales por supuesta coacción. Ellos han pedido amparo al Consejo Fiscal, arropados por el apoyo de los fiscales anticorrupción, que han firmado a su favor en abierto conflicto con Moix.

El peso de la mayoría conservadora en el Consejo Fiscal en unas instituciones tan politizadas no permite augurar un movimiento claro que despeje las dudas. Hoy, el fiscal general y el Consejo Fiscal pueden amparar el trabajo de sus fiscales en contra de la corrupción o, por el contrario, dar cobertura a unas prácticas cuestionables que alimentan las dudas sobre el uso de las instituciones como cortafuegos frente a la justicia. La credibilidad de la Fiscalía, y por tanto del Estado, está en juego.

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