«La negociación imposible» por Iñaki Gabilondo

A día de hoy no hay acuerdo posible, ni siquiera pondrían en común la materia a discutir

Pedro Sánchez pide a Rajoy que negocie de inmediato con Puigdemont. Por su parte, Puigdemont pide una mediación internacional para normalizar las relaciones institucionales entre los gobiernos de Cataluña y España.

Reconozco que no acierto a imaginar qué clase de negociación cabe a estas alturas.

Para empezar, suspendiendo la Declaración de Independencia o no suspendiéndola, porque no sé cómo explicaría ahora Puigdemont a los suyos que la suspende. Y si no la suspende, lo previsto en la llamada ley de transitoriedad, es que Cataluña negocie con España y con las instituciones europeas la forma de vehicular -este es el verbo que se emplea- la transición al nuevo Estado. No para otra cosa, desde luego no su encaje en España.

O sea que a día de hoy no hay acuerdo posible, ni siquiera pondrían en común la materia a discutir.

 ¿Y si la declaración unilateral de independencia se proclama con aplicación aplazada? Pues se ganaría tiempo pero difícilmente se alteraría el fondo del asunto. Rajoy, o quien fuera presidente del Gobierno, solo podría negociar fórmulas de integración de Cataluña en España, y Puigdemont, o quien fuera president, solo podría negociar la normalización de relaciones entre la monarquía española y la República catalana.

Un diálogo sin ningún porvenir. Ni aunque el mediador fuera el Papa Francisco, que ha intervenido en litigios complicados; se necesitaría Santa Rita, patrona de las causas imposibles.

Todos los relojes parados dan la hora exacta en algún momento. Ya ven, Rajoy años y años parado, el reloj parado por antonomasia, que se ha negado a mover un dedo para aproximar posiciones, culpable histórico por ni siquiera intentarlo, en este momento, a estas alturas, tiene coartada para no moverse.

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