Durante bastante tiempo Jose Enrique ha escrito sobre la actual Plaza de España o Plaza del Ayuntamiento como la conoce todo el mundo. RECOPILAMOS aquí algunas de esas entradas en GACETILLA Y CURIOSIDADES ELVIRENSES para que sirva para la historia de nuestro pueblo.

Otra fotografía más de las efectuadas en las primeras décadas del siglo XX por Sebastián Aguayo. A este fotógrafo, con estudio en la calle de Los Cedazos, le debemos bastante ya que con su objetivo fue capaz de captar el Atarfe de aquella época.

Una plaza del Ayuntamiento amplia y abierta. Quizá el elemento urbanístico más llamativo es el pilar, localizado en el lateral de la plaza de la calle Real, el cual fue en años posteriores trasladado a su actual emplazamiento.

Rodeada de árboles desnudos de hojas, varios bancos se intercalan entre ellos. En uno de los escaños podemos ver sentados a varias personas, que por su estatura nos hace pensar que son niños. Otro grupo nutrido de los mismos se arremolina a la entrada de la Casa Consistorial, cuya fachada muestra una cuidada simetría de balcones y ventanas.

Hoy, cien años más tarde, tanto la plaza como el pilar o la propia fachada del ayuntamiento muestran un aspecto descuidado y dejado, casi abandonado. Recuperar espacios urbanos es prioritario para crear conciencia de pertenencia. Al menos, así lo pienso.

Y si el pasado 19 de septiembre ilustrábamos esta Gacetilla con una fotografía en una perspectiva meridional, de la plaza del Ayuntamiento antes de construir la fuente en 1967, en el día de hoy lo hacemos con una imagen del mismo lugar pero con una orientación norte. En el fondo de la misma podemos ver la casa de los Sánchez, la cual fue descrita por el arquitecto Eduardo Ortiz en sus Paseos por Atarfe (especial de las fiestas de IDEAL del año 2002) de la siguiente manera:

Digamos ya en ella, lo que desde el sesgo profesional de arquitecto –supongo que inevitable- podamos aportar al porqué de la selección de José Enrique:

– Son edificios resueltos del suelo al cielo. No es una “boutade” pretenciosa. Apelo al sentido común y confío en someterme a él: ¿Cuántas obras, modestas o nobilísimas, se presentan hoy al ciudadano en su modesta, o noble, totalidad?. No bajo comercial; no ático retranqueado; no balcón que luego cierra en “bougüindous”,…
– Son imágenes que permanecen. Que significan. Ya hemos dicho por qué supuestos materiales se conservan aún. Hay más: En ese escenario no duermen: viven y despiertan los sueños.
– La limitación a la apariencia que nos trae la invitación de no es tal. No hay apariencia en la fachada. No debe haberla. La fachada es expresión –ha de serlo- de un interior rico para la vida íntima y trasdós de ella. La arquitectura no es construcción. Se hace –también- con ella. La arquitectura es espacio hábil y cobijo de la vida. Tanto da que la fachada “defienda” una arquitectura interior, como que sea escenario de una vida exterior. O urbana. En cualquier caso, nos lo dejó dicho A. de la Sota, la mejor arquitectura es, siempre, la que nos permite vivir sin que la notemos. (No parece ser el caso, José Enrique: vayamos entonces a Sáenz de Oiza: la auténtica arquitectura ha de impresionar…)

La casa de Dª. Angustias tiene cuatro alturas: bajo con zócalo; primera con balcones volados y rejería significada; una segunda de balcones remetidos y rejas en consonancia; y arriba, algorfa o sobrao. Es decir, programa con bajo de convivencia – es posible que con acceso posterior, de labor o servicio- en una ciudad aún entonces no inhóspita en cota cero; principal de aparato; segundo de residentes y terrao para secado de frutos propios y demás.

Otra fotografía más de la serie realizada por Antonio Sánchez para documentar las obras realizadas en la plaza del Ayuntamiento, en la segunda mitad de la década de los años sesenta del siglo pasado.

Los albañiles están construyendo los cimientos de lo que sería la fuente, principal elemento de los arreglos de la plaza. Se ven en la misma las esbeltas farolas metálicas con enormes luminarias blancas que se levantaban airosas en cada una de las cuatro esquinas de la plaza. Si recordáis, en la base de las farolas había unos singulares bancos, parte del mobiliario urbano de aquella plaza, centro neurálgico del vetusto y añorado Atarfe.

Otra joya para incluir en el portfolio atarfeño de los años sesenta del siglo XX es esta preciosa fotografía. En ella podemos ver las obras que se realizaron en la plaza del Ayuntamiento tras el terremoto y ante la celebración del Día de la Provincia en 1967. Por suerte tenemos varias instantáneas de la remodelación de la plaza, gracias a la labor encomiable de un personaje que podemos contemplar en el cliché, me refiero a Antonio Sánchez.

Este se encuentra junto a un operario, este último subido de una forma extraña a un jumento. La farola central aún no ha sido sustituida y como casi en todas las obras públicas urbanas, se nota bastante expectación entre los vecinos, los cuales contemplan el desarrollo de los trabajos.

Ya hemos referido en otras ocasiones las obras realizadas en la plaza del Ayuntamiento con motivo de la celebración del día de la provincia. En esta otra fotografía, cortesía de “Antoñito el de la Tienda la Esquina” vemos en detalle algunas de aquellas obras.

Es perceptible aún en el centro de la plaza la farola de tres brazos que iluminaba el espacio, antes de ser derribada para instalar en su lugar la fuente que hasta hace unos años nos ha acompañado. Los olmos, sacados de raíz, yacen en el suelo.

Y frente, luce en su esplendor la fachada de la casa consistorial, aquella que en respuesta del ocurrente Cherra a la pregunta del forastero, no había en nuestro pueblo. Una placa junto a la puerta de entrada del ayuntamiento, recordaba que aquel edifico había sido reconstruido por la Dirección General de la Vivienda tras el terremoto del 19 de abril de 1956.

En la esquina inferior, Correos. En la esquina superior, algo más que una estancia.

La celebración del día de la provincia en noviembre de 1967, del que ya hemos hablado varias veces en este foro, supuso la realización de una serie de cambios en calles y plazas de nuestro pueblo, adecentando aquellos lugares, según los cánones de aquella época.

Uno de los espacios públicos que sufrió una gran transformación fue la plaza del Ayuntamiento, en donde se eliminaron los grandes olmos que ocupaban los laterales de la explanada y se instaló una gran fuente central, desaparecida en la actualidad.

En la fotografía, cortesía de “Antoñito el de la Tienda la Esquina” detalle de dichas reformas

La celebración del Día de la Provincia hace ahora cincuenta años fue el motivo para acometer una serie de obras, muchas de las cuales se proyectaron tras los terremotos de abril de 1956. En la fotografía, cortesía de Antonio Sánchez, reformas acometidas en la plaza del Ayuntamiento, en donde además de obreros trabajando se pueden ver otro ingente número de personas, pendientes de los trabajos.

Hay cosas que parece que no cambian……

Mi corazón reposa junto a la fuente fría.
(Llénalo con tus hilos, araña del olvido.)
El agua de la fuente su canción le decía.
(Llénala con tus hilos, araña del olvido.)
Mi corazón despierto sus amores decía.
(Araña del silencio, téjele tu misterio.)
El agua de la fuente lo escuchaba sombría.
(Araña del silencio, téjele tu misterio.)
Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.
(Manos blancas, lejanas, detened a las aguas.)
Y el agua se lo lleva cantando de alegría.
(¡Manos blancas, lejanas, nada queda en el agua!)
Federico García Lorca

Imagen, cortesía de Antonio Sánchez, de una plaza de pueblo con una fuente cantarina, que nos llena de nostalgia …………

Por desgracia el original de esta fotografía se ha extraviado y solo disponemos de una fotocopia de mala calidad de la misma. Sin embargo ocupa la entra de nuestro blog en el día de hoy por la frescura que transmite la fuente a pleno funcionamiento.
El sosiego que goza el conserje municipal, sentado en la puerta, tranquilo, leyendo el periódico, contrastan con los modos actuales de vida…….

La puerta superior de la fotografía daba acceso a la vivienda de mi familia paterna.

Serenísima la imagen de la Gacetilla de hoy. Una plaza del Ayuntamiento con su fuente y jardines, rezuma tranquilidad y transmite otros ritmos de vida más pausados que los que sufrimos en la actualidad. Abierta, diáfana, límpida………….

Ese niño que se ve en la fotografía es el que escribe casi medio siglo después, esta página de la Gacetilla. Y es que, parte de mi infancia la viví en esa plaza, en la vivienda familiar de la esquina de la casa consistorial. Parafraseando a Serrat, “será porque mi niñez sigue jugando en la plaza……”, es por lo que me siento tan vinculado a este terruño, a su historia y a sus gentes. Son mis raíces y esta Gacetilla, parte de mis frutos.

Otra de las fotografías reproducidas en la revista Policía Local en uno de los números publicados en 1969 es esta imagen de la plaza del Ayuntamiento. La plaza luce en todo su esplendor, con una fuente central que ocupa gran parte de la misma. Un par de vehículos, parecen SEAT 600 y otro par de chiquillos jugando en la plaza transmiten serenidad.

La fachada, aunque no luce en su totalidad, muestra una armonía que se ha perdido en la actualidad. Podemos ver la casa que había en el comienzo de la calle de la Cárcel y que fue derribada para construir un bloque de pisos.

Al menos, nos quedan las fotografías para recodar ese pueblo que añoramos.

 

Curiosidades elvirenses.

Se acerca el invierno y con él las navidades. La fotografía, años setenta del siglo pasado, nos muestra una plaza del Ayuntamiento cubierta por la nieve, siendo perceptibles infinidad de pisadas que dibujan itinerarios múltiples realizados aun cuando la cellisca es perceptible. Horas más tarde estas huellas desparecerían con el pisoteo continuo de niños alborotados tratando de construir muñecos de nieve.

Esta estampa invernal entraña un ambiente navideño bastante más conseguido que las luminarias instaladas este año en la calle Real. Y es que hay que manifestar, a mí parecer, el escaso gusto estético de quien haya elegido las guirnaldas luminosas que nos invitan a “consumir” durante la Navidad.

Disfrutando de la fotografía, cortesía de Antonio Sánchez, me pregunto: ¿acabarán algún día los privilegios?

 

Y como no me acostumbro, a ver la plaza de mi pueblo convertida en un laberinto llena de obstáculos, como prueba de una yinkana urbana, ni una fuente reconvertida en jardinera de una solitario pino, de nuevo y gracias a la generosidad de Silvia de la Higuera, traemos a esta gacetilla en el día de hoy, otra imagen de aquella plaza de los sesenta y setenta de siglo pasado, en donde para describirla podíamos emplear calificativos como amplia, abierta, espaciosa, holgada, vasta………

El 24 de noviembre de 1975 entró en funcionamiento el Servicio Especial de Urgencia de la Seguridad Social, con tres centros periféricos: el ambulatorio de la Cartuja, el del Zaidín y el de Atarfe, situado en los bajos del ayuntamiento, daba servicio a las poblaciones de Albolote, Santa Fe y Maracena. El citado servicio y para casos de urgencia a domicilio prestaba asistencia desde las cinco de la tarde a las nueve de la mañana, los días laborables y las 24 horas los días festivos. ¿Os acordáis de aquellas urgencias?

En la fotografía de aquella época (cortesía de Antonio Sánchez) podemos ver la plaza del Ayuntamiento con el peculiar pavimento que lucía por entones. La fuente ostentosa en el centro de la plaza y en los bajos de los pisos, el Marali y la tienda de comestibles de “Pepito el de la Adora”. Al fondo de la imagen, en la Bajada del Chorro, el solar que ocupó más tarde la Casa de la Cultura.

En algún lugar de alguna selva, alguien comentó: Que raros son los civilizados. Todos tienen relojes y ninguno tiene tiempo (Diagnóstico de la civilización, Eduardo Galeano).

Plaza del Ayuntamiento años setenta del siglo pasado, espaciosa, con flores, con fuente, con vida……………….

Otra fotografía de la plaza del Ayuntamiento de finales de la década de los setenta del siglo pasado. De nuevo la generosidad de Antonio Sánchez nos permite contemplar esta vista de nuestra plaza mayor. Hay que poner en valor, para los más menores, la antigua ubicación de correos en la puerta de color verde (bajo el letrero azul de Correos) que podemos ver en el edificio del ayuntamiento.

La fuente, sus rosales, los bancos y las farolas tan características, nos retrotraen a otra época…….

 

Otra imagen de la plaza del Ayuntamiento con la fuente para el recuerdo. Esta es la imagen de este espacio en el Atarfe de los ochenta del siglo pasado. Fuente remozada de su aspecto anterior, rodeada de escuetos rosales y reja de dudosa estética. Farolas de largo poste con unas luminarias enormes que daban al lugar una confortable iluminación. En su base unos grandes bancos, testigos de miles de confidencias y conversaciones.

Los olmos se encuentran desnudos de sus hojas, quizá sea otoño o invierno y por eso falta de su emplazamiento el kiosco expendedor de helados y chucherías de la Tere, lugar que durante el verano concentraba a los chiquillos de la zona, ávidos por emplear sus ahorros en los Frigo pie, Frigo dedo, Frigurón o Drácula que ofrecía aquel establecimiento temporal.

Y a la izquierda, en los bajos de los pisos, la gestoría y autoescuela de Vicente Rodríguez, en donde los de mi generación aprendimos a conducir con Antonio Rodríguez “Jalago”.

Cantan los niños /en la noche quieta/arroyo claro/fuente serena (Federico García Lorca)

Aunque la fotografía es relativamente reciente, década de los noventa del siglo pasado, siento añoranza al contemplar la fuente en pleno funcionamiento. Como dijo el poeta, “quizás porque mi niñez sigue jugando en la plaza…..”
Esta fuente se instaló en los años sesenta, inaugurándose para la celebración del día de la provincia en 1967. En un principio la base o mar (recipiente inferior donde se almacena el agua) era rectangular, aunque en una reforma efectuada en los años 90, pasó a ser circular. La taza es el recipiente que mantiene y a la vez expulsa el agua. Esta fuente poseía tres tazas, colocadas a diferente altura. Los materiales con la que estaba construida eran mármoles de diferente procedencia, así como piedra de Sierra Elvira.
Si tuviera que definir esta fuente diría: sencillez y armonía. Y a la fotografía la titularía, tarde de verano en la plaza.

Con esta fotografía realizada en 2002 en donde la fuente de la plaza del Ayuntamiento, luce de una manera esplendorosa, lanzando chorros de agua al aire, provocando un hondo rumor de gotas que caen desde lo alto, refrescando el ambiente, queremos desde aquí hacer una invitación para que conozcan la página de Antonio Castillo Martín, llamada Paisajes del Agua. En este blog, Antonio da a conocer el patrimonio natural y etnográfico de algunas de las aguas más sobresalientes Andalucía. Conocer para amar/amar para conservar.

Han pasado algunos años ya desde que una mañana estival, recién reformado el ayuntamiento en la década de los noventa del siglo pasado, hiciera esta fotografía. Son prácticamente las ocho de la mañana, como marca el reloj y un ciudadano sale con documentación en la mano de lo que era por entonces el área de urbanismo.

Las sombras predominan sobre las luces en una fachada en la que la piedra de Sierra Elvira juega un papel sustancial, reivindicando el valor constructivo de la misma. Una fachada, parcialmente captada con la cámara con siete balcones, de carácter sobrio y elegante. Sobre el balcón central el escudo heráldico de nuestro municipio. Es notoria la ausencia de banderas. Unos magnolios recién plantados tratan de crecer para proporcionar sombra…………………..

Más sombra a un lugar que reclama ser reinventado para disfrute de la ciudadanía.

En agosto de 2005, José García Román publicada en IDEAL sendos artículos titulados “Pueblos con Alzheimer” y ¿Quién vigila y custodia el patrimonio de los pueblos?, haciendo en ellos una profunda reflexión sobre el urbanismo que ha reducido a vulgaridades, tantas singularidades que existían en los pueblos de la vega granadina. “Se han borrado las calles, los módulos han sustituido a las casas solariegas, las yeserías y los simulacros de mármol a la cerrajería, el alicatado y el granito al blanco de nieve, desapareciendo para siempre una arquitectura popular”.

En estos artículos cita el autor a Azorín. El escritor alicantino decía que “hay en las ciudades ambientes propios que deben ser para sus ediles y administradores algo tan respetable como su erario”.

En el año 2012, algo tan propio de nuestro pueblo como es la fuente de la plaza del Ayuntamiento, quedó convertida en una extraña jardinera.

 A CONTINUACIÓN PONEMOS LAS FOTOS QUE A DIA DE HOY 17 de enero de 2018 HA REALIZADO EL MIRADOR (Ustedes juzquen)

Curiosidades elvirenses.

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