La sangre humana es un producto indispensable, que, a pesar de los enormes avances tecnológicos, no puede fabricarse en laboratorio. Solo puede conseguirse mediante la donación y por tanto constituye un acto generoso de ciudadanía de suma importancia social y sanitaria.

La donación es un acto voluntario, altruista y anónimo. Cada día, decenas de personas salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y derivados.

Donar sangre es un acto sencillo y breve, no dura más de 10 minutos. Se recoge aproximadamente un 10% del total de sangre que circula por el organismo de una persona adulta.

Antes de la extracción se realiza una entrevista y exploración médica para garantizar que no causa perjuicio alguno ni a la persona donante ni a la receptora.

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