«Ningún virus se propaga más rápido que el miedo» por Iñaki Gabilondo

En la actual realidad globalizada y acelerada por las nuevas tecnologías no es fácil acertar ni cómo informar ni cómo distinguir qué es precaución y qué es histeria

 

«Hemos sufrido el reventón de una de las ocho ruedas del tren de aterrizaje trasero», dijo. «Con las demás, podemos tomar tierra sin problemas. Ahora daremos rodeos durante varias horas para ir descargando combustible», afirmó. La información veraz, la mejor receta. Claro que en ese caso la información procedía de una única fuente y de solvencia indiscutible y se concentraba en un espacio cerrado, protegido de la rumorología, las interpretaciones y las versiones desbocadas.

Nada que ver con el coronavirus que parte del país más opaco del planeta, China y que ha saltado el mundo global. Antes de que se comenzara a averiguar cuál era su incidencia, cómo se propagaba o cuál era su grado de mortalidad, la noticia ya volaba descontrolada a cientos de megabytes por segundo llevando juntos indiscernibles los hechos ciertos y los temores infundados.

En la actual realidad globalizada y acelerada por las nuevas tecnologías no es fácil acertar ni cómo informar ni cómo distinguir qué es precaución y qué es histeria. Lo único que ha quedado claro esta crisis es que ocultar información no es receta adecuada. La contestación interna en China que vive una crisis sin precedentes lo demuestra

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