Si me está leyendo, no se asuste que no es mi intención hacer apología de este fenómeno social. Podíamos debatir horas y horas, sobre su inmoralidad y amparo legal , y posiblemente no llegaríamos a ningún acuerdo y más en un país donde el culto a la estupidez y el despropósito, se consideran absolutamente normales y dignos de aplauso.

Lo que les narro, es un hecho verídico y que nada tiene que ver con la ficción. Es una variante del fenómeno okupa que se viene dando en Mallorca desde hace tiempo y posiblemente también ocurra en Granada.

La codicia y la ambición desmesurada llevó a las entidades bancarias a fusionarse, con la finalidad de amasar más dinero y eliminar gastos. Claro que para llevar esto a efecto contaron  con el amparo impagable del gobierno de turno (cuando se acabe vuestro ciclo político ya sabéis que tenéis un puesto fijo en el consejo de administración de la entidad bancaria y otras prebendas), se suman a la fiesta las entidades autonómicas (más de lo mismo y dicho) y por último, ejerciendo de maestros mamporreros los miembros sindicales (se garantizan su puesto de trabajo y de paso permiten que sus centrales sindicales mantengan las subvenciones estatales).

Como consecuencia de dicha fusión, de este divertido ménage á trois más empleado al paro y más sucursales bancarias cerradas. Y aquí comienza la historia.

Una de estas sucursales está situada al lado de la finca donde vivo, por eso les decía al principio que el hecho es real y doy fe de ello. Pues bien, se trata de un local amplio situado en una calle céntrica y popular y hace tiempo que ha sido ocupada. Y no se crean que se trata de gentes desaliñada y pobres de solemnidad. Para nada. Son varios.

La sucursal tiene amplios ventanales y para asegurarse la intimidad, desde el interior han pintado los cristales de verde oscuro, con lo cual desde el exterior no se ve absolutamente nada. Disponen de aseo en el altillo y en la planta baja está compartimentado en lo que fueron
despachos. Por lo cual permite que sean varias personas que lo ocupen. Además están perfectamente organizados. Si salen, siempre hay alguien que se queda guardando la viña.

El local es un auténtico caramelo. Dispone de agua corriente y electricidad,  con su potente equipo de refrigeración (ni pasan frío, ni calor). Los servicios de agua y electricidad los tienen garantizados ya que la entidad bancaria ni se ha molestado en darlos de baja. Como tampoco se molestó en tapiar la puerta de acceso cuando cerró la oficina.

Total, para qué se van a molestar, los beneficios son muy generosos y en caso de apuros, papá estado acude al rescate. 

Pero esta desidia no sólo es imputable a la entidad financiera, la comparte también con las fuerzas del orden, tanto policía local como nacional. Está ubicada en un sitio popular y concurrido como he dicho anteriormente, pues bien, la policía pasa continuamente por
delante del local okupado y literalmente se fuma, no un puro no, una caja entera.P ara qué se van a molestar, total, luego viene el frente follonero de los anti desahucios y te montan un pollo del quince. Así que mejor mirar para otro lado.

¿Entienden ahora mejor el título de este artículo?

Cuídense mis queridos atarfeños, que si no tenían bastante con el bicho también les tocó el enjambre sísmico.
Desde luego que hay años que es mejor no levantarse.
Francº L. Rajoy Varela
prajoy55@gmail.com

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