“Los padres se toman fatal que su hijo repita porque es como si les hicieran repetir a ellos”
Pautas para padres e hijos para gestionar académica y emocionalmente las malas calificaciones escolares
El curso escolar más difícil termina esta semana y llega el momento, temido para algunos, de las notas y las evaluaciones finales. A algunos chavales les tocará repetir, algo que, según los especialistas, no tiene por qué suponer ningún drama. Hablamos con Pilu Hernández Dopico, maestra, experta en educación y fundadora del blog El Pupitre de Pilu, uno de los más leídos sobre la materia.
¿Siempre quiso enseñar?
Soy maestra de vocación, quise serlo desde que tenía uso de razón.
¿Cómo era cuando era estudiante?
Hasta que llegué a la facultad se me daba muy mal el estudio. Por circunstancias familiares cambiábamos mucho de ciudad, y pasé de una escuela que tenía un tipo de pedagogía más avanzada en la etapa de Infantil a otra escuela en Primaria que quizá era más convencional. Cuando empecé allí primero de EGB yo ya sabía leer, pero la maestra no se dio cuenta y ahí comencé un proceso de desaprendizaje y desmotivación que me marcó. Quizá por ello siempre quise enseñar.
¿Cómo superó sus problemas de aprendizaje hasta convertirse en maestra y experta en educación?
En un primer momento me ayudó mucho la confianza que mis padres tenían en mí, sobre todo mi madre. Mi padre era algo menos paciente… Es muy importante eso, cómo se acompaña a los niños en casa. Cuando llegué a la universidad ya las cosas empezaron a ir sobre ruedas. Mi marido es profesor de Lengua Castellana y Literatura y nunca dejó de animarme para que sacara las oposiciones y me hiciera maestra. Con el tiempo creé El Pupitre de Pilu, desde donde damos pautas a padres, docentes y opositores.
Usted repitió curso dos veces y no aprobó la selectividad. ¿Está de acuerdo con las recientes declaraciones de la ministra de Educación acerca de que no se puede valorar a los alumnos solo por la cantidad de suspensos o aprobados que tengan, sino por su madurez a la hora de adquirir y aplicar las competencias que se les piden? ¿Fue su caso?
Desde luego, las notas solo son un indicador más. Y lo mío es una historia de superación y de confianza. Actualmente los docentes cuentan con más recursos y conocimientos a la hora de motivar a los alumnos, pero cuando yo estudiaba esto casi ni se planteaba. Yo era una adolescente que hacía lo mínimo, y si pude llegar adonde llegué es porque mi madre se ocupó de que así fuera y no me dejó por imposible.
Actualmente cuesta mucho pasar de un modelo educativo al otro, y eso que ya hace años que se habla de competencias y de que hay que valorar a los chavales con otros parámetros… Y es que los padres y las madres son competitivos, a menudo tienen a sus hijos como si estuvieran en un escaparate: según va vestido mi niño, soy yo, según qué notas saca, soy yo… Vivimos muy de puertas para fuera y a veces nos importan más las apariencias que educar.
¿Por eso se lo toman tan mal cuando toca repetir curso?
Llevo más de 15 años en el mundo de la educación y no dejo de sorprenderme cuando llega el momento de dar la noticia a una familia de que su hijo o hija tiene que repetir. Es curioso, son los progenitores quienes peor lo llevan. Esto ocurre porque vivimos en una época en la que tenemos que ser los mejores en todo y así se lo transmitimos a los jóvenes.
Si los padres no son capaces de asumir una repetición de curso, difícilmente lo harán las criaturas
¿Por qué repite curso un niño? ¿Es tan grave para su desarrollo y su currículum?
Pueden ser muchos los motivos por las que un alumno repite curso: desde que su nivel madurativo es inferior y con la repetición el alumno se pondría al nivel de sus compañeros, o porque esté pasando por algún problema familiar o personal que le impida concentrarse. Sea cual sea el origen, cuando a una familia se le plantea la opción de repetir curso se ha de ver como algo beneficioso para el estudiante y así poder superar las dificultades académicas y poder afrontar el resto de los cursos sin problemas añadidos.
¿Repetir curso es el último recurso?
Sí, aunque cuando se plantea una repetición a veces existe un desconocimiento por parte del centro o del tutor que la propone. Pasa a menudo que no se tienen en cuenta algunas cosas, como por ejemplo, si el alumno ya lleva una adaptación curricular porque no tiene el nivel de su grupo debemos ver si dicha repetición va a servirle para alcanzar ese nivel, porque si no es el caso y siempre va a tener un desfase curricular, entonces quizá no tiene sentido hacerle repetir y separarlo además de su grupo. Por otro lado, muchas veces se desconoce la normativa. Los docentes no pueden proponer una repetición sin más. Antes de hacer repetir curso al alumno hay que haberle propuesto distintos enfoques pedagógicos y una serie de cambios de metodología y de enfoque y acompañamiento. Solo si vemos que no funciona puede llegar a tener sentido esta medida.
Si es algo bueno, ¿por qué lo llevamos tan mal?
Muchos padres se toman a la tremenda la repetición porque demasiado a menudo se ocupan hasta de hacerles los deberes a los niños. Entonces, ¡es como si les estuvieran haciendo repetir curso a ellos! Los que no se lo toman así suelen pensar que han fallado, lo ven como un fracaso. La mejor manera de verlo es como una oportunidad de observar lo que está pasando por parte de todos, no solo del niño o de la niña, sino también del centro, el tutor, los profesores, los padres… y ver lo que es necesario cambiar. Aconsejo no buscar culpables, sino soluciones. Y también ser realistas. Para cuando esto sucede ha habido ya tres evaluaciones previas, así que no podemos echarnos las manos a la cabeza como si no lo hubiéramos visto venir.
¿Todavía hay mucho tabú al respecto?
Es una pena, porque ayuda mucho hablar de ello. En ocasiones los padres lo esconden y no lo cuentan a los abuelos, a los tíos, a los amigos… Con esto no benefician en nada al niño y crean una especie de estigma. El primer trabajo aquí sería de los padres, de asumir el tema para poder hablar de ello con sus hijos con naturalidad. La buena actitud sería verlo como una piedra en el camino. Vale, hemos encontrado un obstáculo, pero se puede saltar. Si los padres no son capaces de asumirlo, difícilmente lo harán las criaturas.
«Estamos dando clase en edificios del siglo XIX con docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI»
Por como lo cuenta parece que, a veces, más valdría que repitieran los padres y no los niños…
Muchos no pasarían de curso ni aprobarían los exámenes a los que se enfrentan sus hijos. Los niños hacen lo que ven. Luego nos quejamos, pero somos los primeros en darles el teléfono móvil para que se callen en un restaurante, y eso con dos años. También se sorprendería de la poca cultura general que se comprueba en los aspirantes a las oposiciones de maestro.
¿Qué es lo que falla?
Estamos dando clase en edificios del siglo XIX con docentes del siglo XX y alumnos del siglo XXI. Entre las familias se cae en el error de creer que la escuela es la responsable de todo, cuando los valores empiezan en casa.
¿Y los niños cómo viven la repetición? ¿Se adaptan más fácilmente?
Suele ser mucho menos dramática su forma de vivirla que la de los padres. Se puede dar algún problema si no congenian con el grupo, pero casi nunca pasa. También depende de la edad y del carácter del niño o de la niña. Yo misma repetí dos veces y me fue bien.
¿Cómo podemos explicárselo para que lo vivan bien?
En primer lugar, hablando con el centro y asegurándonos de que esta es la mejor opción. En segundo lugar, haciendo nosotros las paces con el asunto, porque si no difícilmente vamos a poder ayudarles a verlo con tranquilidad. Nuestra tarea como padres será escuchar y estar a atentos a sus preguntas para quitarles miedos y que puedan vivirlo con naturalidad. Y cuidado, que aunque hablemos de repetir, de lo que se trata es de que no acabemos haciendo lo mismo. Debemos ayudarles a encontrar, junto con la escuela, otras maneras de enfocar el curso para no caer en los mismos errores. Deberíamos cambiarle el nombre y dejar de llamarlo “repetir curso”.