«Batalla de la Higueruela» Manuel Espinar. Por José Enrique Granados en Curiosidades Elvirenses

El 1 de julio de 1431 tuvo lugar la Batalla de la Higueruela. La Gacetilla de hoy celebra tal efemérides reproduciendo parcialmente el texto escrito por el catedrático Manuel Espinar para el especial de las fiestas de IDEAL del año 2004, titulado “La batalla de la Higueruela o de Sierra Elvira y su representación pictórica (1 de julio de 1431)”..

La batalla fue pintada más tarde en el siglo XV, aunque se perdió la obra original, ésta la volvieron a pintar cuando se construyó el Escorial en la Sala de las Batallas o Galería Real, se decoraron aquellas estancias con pinturas al fresco y motivos bélicos. La sala alcanza 55 metros de largo por 5 de ancho y 7 de alto, comunica con los Aposentos Reales, la Basílica y el Colegio. Los autores del proyecto de decoración pictórica fueron Fabricio Castello, Nicolás Granello, Lázaro Tovarón y Oracio Cambiasso, comenzaron sus trabajos en 1585 y finalizaron en 1589. En la pared principal se relata la batalla de la Higueruela, ganada por Juan II a los musulmanes granadinos en Sierra Elvira, su autor es Nicolás Granello, gracias a su trabajo nos ha llegado a nosotros el recuerdo de unas de las acciones más prodigiosas del monarca y su Condestable contra el reino de Granada. La descripción de las crónicas y los recuerdos verbales de los que la vivieron permitió recomponerla. El pintor del siglo XVI, Nicolás Granello, ha recogido escenas de la vida militar, de las acciones llevadas a cabo en el asalto a la ciudad de Granada, cómo se defendían los musulmanes, escenas de la vida cotidiana en que las mujeres y niños de guarecen tras las murallas.

Nicolás Granello nos ha trasmitido varias escenas de aquella batalla. La principal y más conocida de todas es la que representa al ejército cristiano perfectamente formado camino del enfrentamiento con los musulmanes. El personaje principal del cuadro es don Álvaro de Luna, montado en su caballo totalmente encubertado, el personaje con penacho de plumas y la media luna en su ropa, va precedido de sus pajes y con espada en mano, a sus lados trompetas y atabales tocadas por cristianos y un musulmán, tras él encontramos a su alférez con la bandera de la casa de Luna y a continuación tres filas de caballeros, perfectamente ordenados y lanzas en alto, por delante de ellos el capitán que les va ordenando los movimientos. A ambos lados del grueso de las fuerzas del Condestable encontramos formando las alas otras dos compañías de caballeros también precedidos de sus trompeteros. Por delante y por detrás del grueso del ejército encontramos otras batallas ordenadas con sus trompeteros y capitanes que estaban bajo el mando del Adelantado de Andalucía, don Diego de Ribera, y don Juan Ramírez de Guzmán, Comendador mayor de Calatrava. Detrás otros escuadrones de los que solo vemos una fila de caballeros y los músicos con trompetas y tambores.

Un estudio detallado de la indumentaria de los caballeros nos permite ver cómo iban a la guerra perfectamente preparados, vestidos con armadura completa de la que arrancan las capas adornadas con sus respectivos escudos de armas, lanzas largas en alto sujetas con la mano derecha y escudo alargado u ovalado en la izquierda. Los arreos de los caballos nos ilustran como eran las sillas, petrales, cinchas, jaeces, estribos, cabezadas, riendas, ataharres, colas adornadas, etc., que dan a la escena un colorido y un significado impresionante. Llama la atención que los personajes que tocan trompetas, tambores y atabales vayan con sombrero igual que el alférez que porta la bandera. Entre las banderas destacan las del reino de León y las del reino de Castilla, la Cruz y la media luna ondean en manos de los caballeros que van delante de los escuadrones. El colorido de las distintas capas juega con el de los animales y de fondo el terreno por el que transitan los caballeros. Al fondo se da una pincelada sobre el paisaje donde aparece poca vegetación y algunos pequeños altozanos con matojos y arbustos de escasa altura. La composición nos hace ver como el pintor estaba perfectamente informado de las costumbres caballerescas y de las acciones guerreras de la época. Las distintas partes del ejército se comunican entre sí por heraldos y soldados que trasmiten las órdenes de don Álvaro y de los otros personajes que asistieron a la batalla con sus hombres. Detrás del grupo importante de caballeros figura la infantería, es un escuadrón de hombres con ballestas al hombro, perfectamente armados con corazas y espadas, ordenados en filas prietas con sus jefes a los lados, en la primera fila algunos de los soldados portan las banderas castellanas con los cuarteles del castillo y del león. A los lados vuelven a aparecer caballeros con sus animales guarecidos totalmente en los que sólo destacan la cabeza y las patas. Sencillamente se ha pretendido representar el grueso del ejército que venció directamente a los musulmanes en esta composición más importante de Granello.

En otra de las escenas de la composición se ven los ataques a la ciudad, las murallas y puertas. La composición se compone de dos partes perfectamente diferenciadas que están delimitadas por las murallas. La parte superior nos presenta la zona de la ciudad donde estaba la torre Turpiana o alminar de la mezquita mayor de la ciudad, destaca esta construcción sobre el resto de los edificios, sobre los tejados de las casas el alminar tiene un primer cuerpo de dos pisos, con dos ventanas cada en cada uno que se van repitiendo en los lados, este primer cuerpo está coronado por un muro almenado. En la parte alta otros dos pisos con idéntica configuración a la del primero, coronado a su vez por otro muro almenado, una cúpula y sobre ella un yamur coronado por un gallo, que recuerda el Gallo del Viento de la Granada zirí del siglo XI. Además se ven varias torres entre las viviendas que posiblemente correspondan a alminares de algunas de las mezquitas, destacan algunas torres de las murallas pues tienen almenas y ventanas muy altas. Las casas tienen todas tejas y algunas chimeneas. La construcción de piedra en su mayoría.

Respecto a las murallas principales se distinguen dos cuerpos, el más bajo forma una especie de baluarte con murallas y detrás otra muralla con torres elevadas y almenadas, en algunas de estas torres más grandes se encuentran las puertas de entrada a la ciudad y a sus distintos barrios. Todo esto es la parte baja de la ciudad. Aparece otra segunda cerca de murallas también con sus torres y puertas, tras de ellas se distinguen gran número de mujeres y niños que se asoman a las murallas o están sentados en las laderas de lo que es el Albaicín en su parte baja. Van vestidos unos con almalafas blancas y otras a la manera castellana. Fuera de la muralla y junto a dos de las puertas se ve un espacio sin construir donde encontramos un grupo de pobladores vestidos de blanco donde se distinguen hombre y mujeres algunos con las cabezas tapadas, algunos de los pequeños se ven andando camino a las puertas para acceder al interior del Albaicín.

En la parte inferior de la escena se ven algunos edificios, huertos y árboles. Los soldados cristianos montados en sus corceles alancean a los musulmanes, los caballeros moros con sus escudos y lanzas se defienden y atacan. Los infantes tienen lanzas y ballestas para atacar a los caballeros granadinos, llama la atención ver como las espadas son distintas si corresponden a cristianos y musulmanes, igual que los escudos. En una de las puertas destaca un huerto delimitado por una cerca, dentro de él aparece un guerrero castellano abriendo la puerta, entre unos árboles un arquero cristiano apunta su ballesta a un musulmán que defiende con sus flechas la entrada a la ciudad. En otra casa y huerta vemos otros soldados que miran a uno moros escondidos con las espadas en las manos, dentro de la casa un musulmán escondido con su lanza esperando la entrada de los soldados cristianos a punto de registrar la vivienda. En otra de las escenas se ve la Puerta Elvira, algunos de los enterramientos del cementerio de Ben Malik, en lo que hoy es la explanada del Triunfo, y alrededores, los ataques de las tropas cristianas y defensa de los granadinos. Todas estas composiciones son bastante fidedignas con las noticias que sobre el urbanismo se han investigado y con lo que las Crónicas describen en este hecho de armas, el ataque pudo haber supuesto la conquista de la ciudad por el rey Juan II de Castilla.

La ilustración es un detalle del fresco de dicha batalla, sala de Batallas del Monasterio de El Escorial.

Noticias para la historia de Atarfe.

A %d blogueros les gusta esto: