Y sí: existen productos que no caducan. Las fechas de caducidad no son lo que parecen: te contamos el truco

Coges un envase de comida, miras la fecha impresa en algún lugar (no siempre fácil de encontrar) y decides si lo comes o lo tiras. ¿Pero qué fecha estás mirando? En la mayoría de los casos no es la de caducidad, sino la de consumo preferente. Y no tienen nada que ver. Te contamos por qué llevas toda la vida desperdiciando comida.

Según la Comisión Europea, la causa del diez por ciento del desperdicio alimentario está en la confusión al leer el marcaje de las etiquetas, un error que hace que se descarten alimentos cuando todavía son aptos para su consumo. Esta práctica cuesta a las empresas y a los hogares de la Unión Europea unos 143.000 millones de euros al año y causa al menos el 6 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Encontrar una solución se hace absolutamente necesario pero, ¿qué sabemos sobre esas fechas de consumo y cuándo los alimentos dejan de ser seguros para nuestra salud? ¿Existen productos que se puedan consumir más allá de ese plazo? Y la pregunta del millón: ¿Los yogures caducan?

Lo primero que debes saber es que la “fecha de consumo preferente” indica el momento a partir del cual el alimento empieza a perder la calidad prevista, pero no su seguridad. Por tanto, ese producto puede seguir consumiéndose siempre que se respeten las instrucciones de conservación y el envase no esté dañado. «Es la fecha que se utiliza en alimentos de larga duración y significa que estos pueden empezar a perder las propiedades sensoriales esperadas por el consumidor: puede cambiar su textura, su sabor o los colores, pero el alimento seguirá siendo seguro», sostiene Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista. «Son alimentos en los que el crecimiento microbiano no va a ser suficiente como para provocar enfermedades», añade la autora del libro Come seguro comiendo de todo (editorial Planeta).

La fecha de consumo preferente indica el momento a partir del cual el alimento empieza a perder calidad, pero no su seguridad

Explica la experta que podemos encontrar la fecha de consumo preferente en las conservas, pero también en los congelados, frutos secos, legumbres, arroz, pasta, alimentos deshidratados, bollería y panadería (siempre que los productos no lleven cremas), aceites, alimentos listos para el consumo que se venden en briks, como purés o sopas, bebidas, etc.

La mayoría de estos productos pueden consumirse días, semanas, meses y hasta un año después de haber superado su fecha, siempre que no se abran. Explican desde la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria que, por ejemplo, el pan de molde todavía se mantiene en un estado satisfactorio pasados 15 días después de superar su fecha de consumo preferente. En el caso de las galletas, los cereales o salsas envasadas hasta tres meses después; y productos como el café, las legumbres secas, la harina, la pasta, el arroz y muchas conservas seguirían siendo aptas hasta un año más tarde.

alternative textLa sopa ‘inmortal’. Las sopas que inmortalizó Andy Warhol son un buen ejemplo de alimentos de larga duración. Los alimentos enlatados pueden almacenarse, normalmente, de dos a cinco años. La sopas enlatadas o en sobre pierden calidad nutricional y sabor con el tiempo, pero muchas de ellas solo llevan como referencia la fecha en que fueron envasadas, porque se supone que no caducan nunca.

En el otro extremo tenemos los alimentos microbiológicamente muy perecederos, que son los que pueden suponer un peligro inmediato para la salud. En este caso su duración se expresa en la “fecha de caducidad”. Y aquí sí, ten cuidado. «Debemos actuar en consecuencia porque, pasado el límite, la inocuidad del alimento no está garantizada y no debemos consumirlo», recomienda Robles. «Esta fecha aparecerá en carnes y pescados envasados; lácteos como quesos frescos, cuajadas y postres; o alimentos preparados listos para el consumo que se encuentran en la zona de refrigerados (sopas frías, platos de pasta pasteurizados, productos cárnicos loncheados envasados, algunos partes, carnes asadas, pescados cocinados…)».

Cualquier fecha se refiere a lo que dura el alimento en su envase sin abrir. En el momento en que entra en contacto con el aire, debemos consumirlo en un plazo breve

La excepción de los huevos y el dilema del yogur

«Cada huevera lleva impresa la fecha de consumo preferente, que, según establece la normativa, es de veintiocho días después de la puesta como máximo. Esta información también puede indicarse en la cáscara de forma voluntaria», explica Beatriz Robles. Pues bien, los huevos no deben consumirse pasada esa fecha. «Alargarla aumenta el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión alimentaria: la salmonelosis. Cuantos más días pases desde la fecha marcada, más papeletas para sufrir una intoxicación», alerta.

En cuanto al debate yogures caducados sí, yogures caducados no, como siempre la virtud está en el punto medio. «Tenemos desde el espécimen temerario, que se come los yogures en cualquier circunstancia sin importar si han sobrepasado la fecha límite en semanas, meses… o años, y no entiende el riesgo de tenerlos días fuera del frigo; hasta el prudente que raya en la hipocondría y los tira a la basura si ve un poco de liquidillo en la superficie (un error, por cierto, porque ese líquido no significa que esté deteriorado, y además contiene nutrientes interesantes, como las proteínas del suero). Los dos se equivocan», asegura Robles. En la elaboración de los yogures se busca disminuir el pH de la leche, es decir, su nivel de acidez o alcalinidad (que suele estar entre 6.5 y 6.7) y, como consecuencia, se dificulta la proliferación de bacterias perjudiciales para la salud. «La normativa exige que el pH de los yogures sea igual o inferior a 4,6 y esto, unido a la refrigeración, evita que crezcan la mayoría de los microorganismos patógenos». Así que aquí, de nuevo, rige la norma principal: distinguir entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad.

Y una de las cuestiones más importantes a tener en cuenta es que, como indica la experta, la fecha que aparece en los envases (independientemente de que se trate de «consumo preferente» o de «caducidad»), siempre se refiere a lo que dura el alimento en su envase sin abrir. En el momento en que destapamos, rompemos, rasgamos o hacemos cualquier cosa al envase que permita que el alimento entre en contacto con el aire, debemos mantenerlo refrigerado y consumirlo en un plazo breve. Es lo que se conoce como «caducidad secundaria».

Con una adecuada conservación no se ponen malos

10 alimentos que no caducan nunca

1. Arroz. Es el primero de los ‘inmortales’. Su ausencia total de agua hace que se mantenga en buen estado de forma indefinida. Por eso es conveniente conservarlo en un lugar de humedad baja.

2. Azúcar. Aunque su textura puede cambiar, dura mucho tiempo porque impide el crecimiento bacteriano.

3. Harina de maíz. Siempre que se mantenga seca y alejada de cualquier fuente de humedad.

4. Miel. Aunque puede cambiar de color o cristalizarse, sus propiedades se mantienen indefinidamente. ¿La prueba? Algunos arqueólogos han encontrado miel con tres mil años de antigüedad y es perfectamente comestible. Importante: el tarro debe estar siempre bien cerrado.

5. Café instantáneo. La única condición es mantenerlo en el congelador. En la despensa puede durar de dos a veinte años.

6. Vinagre de sidra de manzana. Hay que tener en cuenta que el vinagre ha sido durante siglos un método para conservar alimentos cuando no existía la refrigeración.

7. Legumbres. Siempre almacenadas en un lugar hermético. Cuanto más tiempo tengan, más tardarán en cocinarse.

8. Alcohol. No tiene fecha de caducidad, pero al abrirlo y exponerlo al aire puede perder su sabor y textura debido a la oxidación. También es posible que se altere si se ve expuesto a condiciones climáticas extremas, luz intensa o calor.

9. Extracto de vainilla. Contiene alcohol y eso ayuda a prolongar su vida útil. Es importante que sea extracto puro y que esté bien sellado.

10. Sal. También se ha utilizado siempre como conservante para proteger otros alimentos del moho y las bacterias, manteniéndolos por más tiempo, ya que elimina la humedad.

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