ARTICULO ESCRITO POR FUENCISLA MORENO RUEDA EN ATARFE EN PAPEL EN LAS PAGINAS 91-93 QUE REPRODUCIMOS POR SU INTERES . FUE ESCRITO EN 2007 Y RESUME MUY BIEN LO QUE HA SIDO ATARFE EN EL SIGLO XX

He recorrido a través de documentos municipales (fundamentalmente Libros de Actas), cien años de la historia de Atarfe. Una historia similar a la vivida en el resto del país. El hecho diferenciador lo hemos puesto todos los que hemos vivido en él y muy especialmente los que han dejado impresas sus ideas, los que han decidido en que se iba a invertir nuestro dinero y los que han dejado sus nombres en Calles, Parques, Monumentos o Centros Culturales.

Entre Don Francisco Jiménez Abril (Primer Alcalde del siglo XX) y D. Víctor F. Sánchez Martínez (Alcalde actual), se han sucedido 43 Corporaciones y 34 Alcaldes.

El pueblo en este siglo ha pasado de ser un núcleo rural y empobrecido formado por 35 calles y poblado por 2.996 habitantes a ser un pueblo moderno dotado de buenos equipamientos, con 260 calles y habitado por 11.103 personas. De los cambios que en este siglo hemos experimentado, nuestros Alcaldes dieron testimonio a través de sus obras y de sus escritos.

Mencionarlos a todos ellos y a los casi 600 concejales que trabajaron a su lado puede resultar una tarea bastante extensa, por ello dirijo mi atención hacia aquellos que vivieron momentos diferentes, a los que les tocó presidir el Ayuntamiento en unas circunstancias políticas difíciles, a los que vieron como las desgracias se cebaban en sus gentes y en sus calles o a los que tras muchos años de espera y de lucha vieron renacer la esperanza.

En el primer tercio de siglo se sucedieron 14 alcaldes. Ellos vivieron en un pueblo mísero, deprimido, con apenas industrias y que empezaba a soñar con el futuro de manos de empresas como la fábrica de San Fernando y Santa Adelaida, la de abonos agrícolas de Carrillo y Cª, la de productos químicos de Sta.
Leocadia, la del azúcar de construcción reciente “ La Vega Azucarera Granadina”, del Balneario de
Sierra Elvira, de los depósitos de vinos, aguardientes y alcoholes de A. Montero y Cª y de los molinos
harineros “Alto y “ Bajo”.

A ellos debemos la construcción del matadero público, del lavadero municipal, de los pilares de la
plaza de la Iglesia y de la plaza del Ayuntamiento y de la creación en 1905 del primer puesto de la Guardia Civil en el municipio, argumentando para ello, razones de tipo social sobretodo “vigilancia del campo y de los cortijos que en número bastante elevado pueblan el término de Atarfe”.

Los campesinos que vivían en una situación bastante precaria, vieron resurgir sus esperanzas en 1931
cuando las elecciones convocadas para el 14 de abril dieron el triunfo al gobierno republicano. En aquel
momento era Alcalde de Atarfe D. José Jiménez Ruiz Cabello, el cual convocó Pleno Extraordinario el día 17 de abril y como si de una deuda personal se tratase, me permito reproducir textualmente para de alguna manera poder hacer realidad el deseo y el sueño de aquellas personas.
“El Primer Teniente Alcalde D. Manuel Poyatos Carvajal entregó al Sr. Presidente que leyó en voz alta y clara la siguiente proposición que hace la parte socialista del Ayuntamiento en su deseo de que la sesión de esta noche tenga el carácter de histórica.
1º Poner a la calle Primo de Rivera el nombre de Mariana Pineda. A la plaza de la Constitución el nombre de Galán y García Hernández. A la plaza de Alfonso XIII, plaza de la República. A la que hoy es Calle Real,Avenida del Progreso.
2º Enviar un mensaje de salutación a la madre y esposa de los capitanes Galán y García Hernández.
3º Hacer constar en acta la satisfacción del Ayuntamiento por la conducta dignisima y patriótica del
Director General de la Guardia Civil, General Sanjurjo prestando su adhesión al Gobierno de la República y quese le comunique este acuerdo por oficio.
4° Nombrar hijos adoptivos de Atarfe a D. Fernando de los Ríos Urruti y Don Niceto Alcalá Zamora.
5° Honrar el Salón de Sesiones con los retratos de los primeros ministros de la República.
6º Hacer desaparecer los letreros que hay en la pared del Ayuntamiento y en la de la Sacristía ya “que el pueblo no necesita advertencias como la que representan dichos letreros, para evitar el feo y repugnante vicio de la blasfemia, que por igual repudian los elementos católicos como los que no lo son, esperando que a causa de la cultura no se tenga que imponer correctivo alguno por dicha causa”.

Desde esta fecha hasta 1939 (finalización de la Guerra Civil), hubo 9 alcaldes y 13 corporaciones. En medio de un clima complicado y tenso, estos alcaldes intentaron tímidamente aplicar las leyes elaboradas por el gobierno de la República sobretodo las relativas a colocación obrera y a laboreo forzoso, pero su labor quedó acallada, los sindicatos obreros desaparecieron y un periodo oscuro, lento y cansino se adentró en la vida de los vecinos de Atarfe.

En los cuarenta años que le siguieron (hasta 1979), hubo en Atarfe 7 alcaldes. En este periodo se inició la
construcción de la ermita de los Tres Juanes, el barrio llamado de la Prosperidad, se dio nombre al Colegio Dr. Jiménez Rueda, se construyó el actual instituto Iliberis y el agua potable llegó a casi todos los hogares, pero a pesar de todo esto, la vida seguía estancada. En la estación de Granada despedíamos a muchos vecinos del pueblo camino de Barcelona, de Estrasburgo, de Frankfurt, el índice de analfabetismo seguía siendo muy elevado y la represión y el miedo seguían presentes.

Pero si hubo un acontecimiento que verdaderamente marcó la vida de los vecinos de Atarfe y que permanece en el recuerdo de quienes lo vivieron, ocurrió el 19 de abril de 1956, cuando un terremoto de gran magnitud sacudía a la población y sumía en el desconcierto y en el temor a todos los vecinos. El Alcalde, Don José Jiménez Sánchez, convocó un Pleno Extraordinario que debió celebrarse en un local de planta baja, por carecer de seguridad el edificio del Ayuntamiento.

El terremoto producido en la tarde de ayer (concretamente a las 7,39 horas), nos ha sumido a todos en un verdadero pánico, ya que no sólo hemos lamentado algunas víctimas, el derrumbamiento de
algunos edificios y el agrietamiento de la mayor parte de las casas de la población, sino que el temporal que se ha desencadenado y la repetición frecuente del seísmo, amenaza con convertir la localidad en una verdadera ruina, lo que hace que el vecindario en general esté evacuando sus casas-vivienda por no considerarlas seguras ni aún en las que por su mayor solidez pudieran inspirar alguna garantía, en las cuales tan sólo se permite ocupar los bajos inmediatos a la puerta de salida para tener facilidad de huida en caso de inminente necesidad”.

En 1972 otro acontecimiento marcaba la historia del pueblo. Caparacena se anexionaba al municipio de
Atarfe. El 17 de Mayo de 1972, siendo alcalde Don Manuel Bullejos Altea, se firma el articulado por el que se reconocía a Caparacena como anejo de Atarfe, se fijaban los nuevos limites y con carácter festivo se celebraba la fusión con las autoridades locales y provinciales, con D. Mauricio Alvarez de Bohórquez, duque de Gor, y con los vecinos de ambos municipios.

En los años 70, el progreso se imponía de manera vertiginosa. Tras la ampliación del término municipal,
Atarfe vio aumentar su población, se construyeron barrios nuevos (barrio de los Toreros, Sta. Amalia, …)
y se remodelaron plazas públicas, pero ese progreso favorecedor en algunos casos, fue también el causante de que desaparecieran de nuestras vidas y de nuestro pueblo, lugares tan arraigados entre nosotros como las Eras, el Pilar de la plaza de la Iglesia, la casa de los Clavos, las pequeñas tiendas de comestibles, el campo de las Ranas, la emisora, el empedrado de las callejuelas, el tranvía, y tantas y tantas cosas apenas hoy recordadas.

En esta década el país despedía una etapa política. Los que habían sido alcaldes de Atarfe, en la mayoría de los casos le decían adiós definitivo al Ayuntamiento y al lugar que habían ocupado durante cuarenta años. Las elecciones del 3 de Abril de 1979 daban la bienvenida a los primeros Ayuntamientos democráticos del país. Gente joven en su mayoría, de talante progresista y con ideas renovadoras se subía al tren de la política, deseosos de hacer cosas y de cambiar la historia de sus pueblos. El
19 de abril de 1979 se constituyó el nuevo ayuntamiento.
La mesa de edad quedó formada por Don Gumersindo Fernández Povedano, concejal de mayor edad y Don Víctor F. Sánchez Martínez, de veintiséis años, concejal de menor edad.

Tres fueron las candidaturas que obtuvieron representación en el Ayuntamiento, el Partido
Comunista de España, encabezado por D. José Evaristo Lucena Aguilera, primer alcalde democrático
de Atarfe, que obtuvo 7 concejales; el Partido Socialista Obrero Español encabezado por D. Manuel Navarro Lamolda que obtuvo 4 concejales y la Unión de Centro Democrático cuya cabeza de lista Don Juan Arrabal Téllez consiguió 2 concejales.

A partir de este momento todo cambió, al menos para la mayoría. Las banderas rojas, empolvadas y descoloridas salían a la calle, el aire se respiraba más libre y el miedo desaparecía lentamente, Yo asistí a ese cambio, probablemente sin la consciencia necesaria, pero contaminada de la alegría de quienes tenía cercanos, de mis padres, de mis vecinos, de mis amigos…
Algo más de veinte años han pasado desde aquella fecha, las mejoras sociales han sido evidentes, el desarrollo y crecimiento de Atarfe ha sido espectacular, el acceso a la cultura, a la educación, al bienestar social y al deporte han sido objetivos importantes durante estos años, pero la alegría y la esperanza también han dado paso en algunos casos al desencanto y a la sensación de que la lucha durante tantos años mantenida, no ha sido recompensada lo suficiente.

Con este escrito quisiera rendir un pequeño homenaje a todos estos alcaldes y concejales que durante un siglo con mayor o menor acierto han intentado hacer algo por mi pueblo, pero mi simpatía va especialmente dirigida a las personas que hicieron posible que la vida en este país fuera más justa, más solidaría y más libre y a los alcaldes  que en los últimos veinte años, contaron con todos nosotros para que avaláramos su proyecto político.

FUENCISLA MORENO RUEDA

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