SEDE VACANTE, Por Juan Alfredo Bellón para EL MIRADOR DE ATARFE, del domingo 02-10-2016

Duros son los tiempos que vivimos en España y en Andalucía durante la última semana cuando, además de prolongarse la situación de sede vacante en lo referido al gobierno de la nación, se ha venido a complicar la cosa con el estallido de la crisis interna en el PSOE hasta el punto de no llegarse a saber, ni dentro ni fuera, donde está la legitimidad en el seno de los organismos dirigentes del partido, ni en lo individual, ni en lo colectivo.
El caso ha sido que, además de haberse formado un gran revuelo y haberse levantado una expectativa mediática sin precedentes en cuanto a saber quién era quién en la crisis del partido centenario, se ha desconocido y aún se desconoce cuál será la hoja de ruta y el calendario exacto para salir del atranque que se ha cernido sobre una parcela tan importante y tan sensible de la política española y para prever su intervención en el desarrollo de los supuestos constiucionales que faltan por cumplimentarse en la crisis que nos afecta, a saber la posición del PSOE en la elección o no de un nuevo gobierno para España y en la confirmación o el relevo del equipo dirigente nacional y de los pasos para fijar la posición socialista.

A tanto ha llegado la preocupación nacional (real o aparente) por las dimensiones de esa crisis, que hasta las portavocías del PP y de la Conferencia Episcopal, que tanto montan, se han permitido expresar su preocupación al respecto, derramar lágrimas de cocodrilo y hacer votos por su rápida solución, dada la importancia del partido de los socialistas para la estabilidad de la sociedad española. Menos mal que en estos momentos no está en causa la sede de Pedro ni la estabilidad Ecuménica y, en lo que nos atañe, al vacío en la Presidencia del Gobierno de España, solo se le añade el hueco en la responsabilidad al frente del banquillo técnico del Granada club de fútbol, por la destitución consensuada de Paco Jémez, y la ausencia de infraestructuras ferroviarias nacionales en la provincia de Granada por la falta de la estación del ferrocarril y del soterramiento adecuado en la penetración del AVE en la ciudad y de la travesía de Loja.
Total, que casi todo lo que nos atañe colectivamente está en funciones, menos el cometido de Pedro Sánchez, que eso es otro cantar porque no está en funciones sino en el limbo orgánico y por no tener no tiene ni sede vacante a la que aferrazse (¿lo entienden?). Quién nos iba decir hace unos meses que iba llegar a tanto la indigencia socialista. Y todo por no haber sido buenos chicos y haberse declarado contrarios a Rajoy y al meollo de su corrupción. Solo hubiera bastado con eso, con no haberle aspetado en sus morros en sede televisada que no era limpio, ni legal,  ni Cristo que lo fundara. Ahí se perdió Pedro, pobretico mío, por haberle echado en cara la verdad amarga por la boca al estafermo de la Mocloa, a ese mascarón de proa de la corrupción y de todos los males que nos acosan que se defendió encorvando la mirada más de lo mucho que ya de por sí cabía y exclamando entre atónito y amenazante: “¡Hasta a eso podíamos llegar!”.

Y así llegó luego la venganza, servida en plato gélido, como cuando el mismo hijo de Dios, alias el Cachorro, le dijo a Pedro en el Monte de los Olivos, desbarátamelo, tras haber sido preguntado por su mano derecha:  -Maestro ¿le endiño?
Así lo representaban en Motril, en lo que allí se llamaba La Judea, que era una dramatización callejera y plebeya de una Pasión levantina sui generis celebrada y representada en la Costa Granadina hasta la Guerra Civil: -¿Tú eres Jezús Manzanero alias el Mencias? -El mezmo. ¿A qué venéis? -A prendete, a ezcupite, a flagelate, a crucificate y a matate… Y así sucesivamente.

Y así se está representando ahora la Defenestración de Praga, digo de Ferraz, aunque, a juzgar por los guardias jurados que le flanqueaban las puertas, los amotinados en la legalidad parece  conocer de antemano la historia y así no hay manera de pillarlos en un renuncio. Además, antes de que te lo pienses, te echan por delante a Borrell, que no tiene un ojo ni un pelo de tonto, y te demuestra que se las sabe todas y que es más listo que Lombán y sus dieciséis compañeros, incluida la chiquitilla sabionda sevillana esa que dice ser la presidenta del Comité de Conflictos. Habráse visto hasta donde va a llegar esto.
Y el pobretico Zapatero, digo Pedro Sánchez, todos somos tú, deslenguados y lenguaraces, que de esta no sales vivo, a juzgar por el ahinco que te profesan los contertulios de TV1 y PRISA y la defensa que de ti hacen (ahora) EL MUNDO y los portavoces de Podemos. Ay Pedro, cariño, desde que te vi lo dije y he acertado: este no se deja embaucar ni nos embauca. Y mira cómo estás terminando, hermano y príncipe nuestro, sin necesidad de cal ni de arena, sin fuerza de la gravedad, solo con tu propio peso, ay grandullón.

Además, que a nadie se le escape que tu caída será larga y ejemplar, amagando con aprobarle a Rajoy los mismísimos presupuesto del Estado, no sin condiciones (por ahí habriamos tenido que empezar, oyes); para que escarmienten quienes osen osar, y quienes no osen porque no se atrevan a hacerlo y para que todos y todas sepan quién manda aquí y cómo te dimiten antes de que prenda un mixto y en menos de que se persigne un cura loco… No he dicho se santigue, que es una sola cruz, sino se persigne, que son tres, pero más vertiginosamente ejecutadas; eso, ejecutadas como tú: por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos… ¿Cómo no se te ocurrió encomendarte a todo el santoral antes de atreverte a vestirte de luces y asomar la patita por debajo de la puerta? En los carteles han puesto un nombre que no lo quiero mirar; / ay, Pedro Sánchez y olé, ay Pedro Sánchez y olá… ¿Seguirás políticamente vivo la semana que viene?

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