Y Granada gritó: «¡Yeah!»
Sin políticos ni pancartas de partidos o sindicatos, la ciudadanía salió a calle por su salud y aclamó a su nuevo héroe, el doctor Jesús Candel, ‘Spiriman’, al grito de «¡Yeah!».
Lo que no logró el aislamiento ferroviario lo ha conseguido la preocupación por la salud. Que Granada saliera en masa a la calle, sin políticos ni sindicatos al frente, sin pancartas partidistas, solo ciudadanos, para pedir una organización hospitalaria que incluya dos grandes centros sanitarios completos, en lugar de «dos medios hospitales», con especialidades separadas y constantes traslados de pacientes de un centro a otro.
Si en la manifestación contra el aislamiento ferroviario se calcularon unas 7.000 personas, la de este domingo superó las 40.000. A as 12.00 la concentración ya estaba en marcha desde la puerta nueva del Hospital Clínico. Y a las 12.45 todavía no había pasado la cola de la manifestación por la antigua Facultad de Medicina.
La manifestación, a su paso por la antigua Medicina. 45 minutos pasando ciudadanos. Indegranada
La concentración ocupaba toda la Gran Vía, de Plaza de Colón al Triunfo, y aún más allá. Gran Vía tiene alrededor de 20.000 metros cuadrados. Solo con dos personas por m2 ya habrían sumado 40.000 manifestantes.
Tras pasar la cabeza de la manifestación, aún no se veía el final desde la Plaza Isabel la Católica. indegranada
En la cabeza, el doctor Jesús Candel, ‘Spiriman’, el gran agitador de la convocatoria con sus diarios vídeos colgados en las redes sociales. No paró de saludar a gente durante todo el recorrido. Numerosas personas, especialmente mujeres mayores, se le acercaban a saludarle y darle besos, cual estrella de cine o cantante de rock.
No se vieron políticos en la cabecera de la concentración, ni pancartas de partidos o sindicatos. Sí había batas blancas, de personal sanitario, y carteles ciudadanos. Tras la primera cabecera de la manifestación, a mitad de comitiva, otra gran pancarta sujetaba por manifestantes con el lema ‘No en nuestro nombre’.
Más allá de mitad de la concentración se integraba un grupo de políticos del Partido Popular, con su presidente provincial, Sebastián Pérez y otros cargos, parlamentarios andaluces y concejales del Ayuntamiento de Granada. No se vio a políticos socialistas, y si estaban andaban camuflados entre el reguero ciudadano. Sí de otros partidos, como la parlamentaria de Podemos, Ana Terrón, o el coordinador andaluz de Izquierda Unida, Antonio Maíllo.
Y es que el protagonismo fue absolutamente ciudadano. Una manifestación reivindicativa pero festiva, con batucada, familias enteras, gente mayor y jóvenes…
La concentración, en el Triunfo. Gente subida en el centro de la rotonda. Indegranada
Con un rostro que se ha hecho popular y al que muchos manifestantes trataron como a un héore: ‘Spiriman’, el médico de Urgencias Jesús Candel, al que gritaban «¡Jesús, amigo, Granada está contigo’ o ‘¡Tú sí que vales!’.
Al llegar a la Fuente de las Batallas, Candel fue aclamado por la muchedumbre y la organización tuvo que acordonar un pasillo para que pudiera llegar junto a la Plaza del Campillo para pronunciar el discurso final de la manifestación, que fue traducido por una intérprete de lengua de signos.
Micrófono en mano, Candel repitió las reivindicaciones que ha ido expresando en las redes sociales y que ha comunicado reiteradamente la Plataforma de Trabajadores de Hospitales. Tras unas primeras palabras del también médico Fidel Fernández Quesada, ‘Spiriman’, con su ya conocida gorra puesta del revés, fue interrumpido varias veces por los aplausos del público, que aclamaba de manera enfervorizada cada consigna.
Jesús Candel se dirige al público en la Plaza del Campillo. Indegranada
«No estamos en contra de la fusión hospitalaria», dijo, sino de la «división de especialidades» que provocan «constantes traslados de pacientes entre dos centros separados por diez kilómetros».
«Ha llegado el momento de que salgamos a la calle con una sola voz para que no nos tomen más el pelo» por «intereses económicos y políticos», dijo Candel. «¡Sí se puede!», replicaba el público.
Ante el calor y la muchedumbre allí agolpada, una persona tuvo que ser atendida por un mareo casi frente al doctor Candel. «¿Hay algún médico presente?», se oyó.
Tras el leve incidente, Candel terminó: «Las cosas se pueden cambiar si queremos que se cambien. Ahora nos toca a nosotros luchar para que cambien, a todos los granadinos». Y todos gritaron al unísono: ¡Yeah!
por – J. M. M.
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