El sexting es una moda que aumenta día a día gracias a la facilidad de compartir imágenes y videos con nuestro smartphone, pero desde el momento en que son enviados se escapan a nuestro control y es posible que nunca podremos saber qué será de ellos y de nuestra reputación.

El sexting consiste en el envío de fotografías y videos de contenido sexual creados generalmente por el remitente y enviados a una persona conocida, aunque también pude practicarse entre desconocidos. La forma más común de practicarlo es por medio del smartphone ya que las funciones de cámara e Internet en un mismo dispositivo facilitan la tarea. El canal habitual para el envío de las fotos o videos suelen ser las aplicaciones de mensajería instantánea como Snapchat debido a que promete el borrado automático de la imagen, aunque eso no sea del todo cierto como os contamos en el artículo Con Snapchat este mensaje se autodestruirá en 5 segundos, o quizás no.

En contra de lo que muchos piensan, la práctica del sexting no afecta exclusivamente a menores. Los adultos también lo practican, como ha quedado patente en las filtraciones de imágenes y videos íntimos de algunas personalidades públicas o famosas.

Riesgos del sexting

Enviar imágenes o videos de contenido sexual puede terminar convirtiéndose en un grave problema ya que la divulgación sin autorización de éstos, afecta muy negativamente a la privacidad y reputación del protagonista, llegando en los casos más extremos al suicidio. Cuando alguien decide enviar contenido íntimo debe saber que éste deja de estar bajo su control y lo que el destinatario haga con él no podremos saberlo.

Muchas veces son las exparejas las responsables de subir a Internet o compartir por mensajería instantánea las fotos o videos de contenido sexual por despecho o por venganza, esto se conoce como revenge porn. En otras ocasiones no es el destinatario el responsable de la divulgación ya que si perdemos o nos roban el smartphone y éste no cuenta con las medidas de seguridad necesarias, como el bloqueo de pantalla, cualquiera podría terminar viendo y difundiendo el contenido.

Por otro lado, el sexting en ocasiones deriva en sextorsión, que consiste en chantajear al protagonista de la foto o video, amenazando con difundir los contenidos si no accede a sus peticiones. La sextorsión suele producirse entre desconocidos, en un principio el chantajista se gana la confianza del chantajeado para que le envíe fotos, videos o conecte la webcam. En el momento que el chantajista tiene material suficiente, comienza la extorsión alegando que o accede a sus demandas, o publicará imágenes comprometedoras suyas en las redes sociales para que lo vean sus conocidos y familiares. Las consecuencias de esto como sucede en las filtraciones de sexting, pueden ser muy negativas.

Cuando practicamos sexting y enviamos cualquier clase de contenido privado de forma voluntaria el destinatario tiene la obligación de respetar nuestra privacidad e intimidad ya que de lo contrario estaría incurriendo en un delito contra el derecho a la intimidad. Este delito sería aún más grave si las imágenes o videos que se difunden son de un menor ya que se podría considerar pornografía infantil.

Si alguien distribuye mis imágenes íntimas ¿Qué hago?

Cuando alguien distribuye imágenes íntimas sin nuestro consentimiento hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Recopilar todas las pruebas: páginas o espacios en los que aparecen las imágenes o vídeos, los nombres de usuario, perfiles o datos que puedan averiguarse de la persona que publica o difunde las imágenes. Y de lo que se haya podido obtener guardar las pruebas utilizando la aplicación eGarante.
  2. Intentar parar la difusión: contactar con los responsables de las webs o servicios donde estén publicados los contenidos a través de los mecanismos que faciliten para estos casos. En el artículo “Qué hacer ante una suplantación de identidad” hay disponible un listado con enlaces a las principales redes sociales en los que explica cómo realizar la denuncia.
  3. Denunciarinterponer una denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Recomendaciones

Antes de enviar cualquier contenido íntimo pensar las posibles consecuencias futuras ´que nos pueden perseguir y utilizar el sentido común.

Pensar antes de enviar contenido personal ya que:

  1. Cuando es enviado se pierde su control.
  2. La persona a quien se lo enviamos, aunque sea nuestra pareja, mañana puede que no lo sea.

Pensar antes de enviar contenido íntimo de otra persona porque:

  1. Podríamos estar incurriendo en un delito.
  2. El delito se agravaría si afectara a un menor.
  3. No tenemos derecho a hacerlo.

Conclusión

Después de conocer la parte más negativa del sexting la respuesta a la pregunta del titular es un rotundo no. Los riesgos que conlleva esta práctica son tan elevados que no es recomendable practicarlo.

En caso de ser contenido de otra persona que no nos ha enviado de manera voluntaria siempre es recomendable borrarlo y nunca difundirlas o continuar con la cadena. Lo que no nos gusta que nos hagan no se lo hagamos a los demás.

 

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