Los apuros de gobernar en solitario
La ruptura del pacto en La Zubia, el último pueblo con crisis entre dos socios, constata las dificultades que los alcaldes en minoría tienen para sacar adelante sus proyectos · Hasta en una docena de municipios están obligados a entenderse con la oposición
Cuando los ciudadanos del Área Metropolitana de Granada votaron en mayo del año pasado quienes querían que gobernaran en cada uno de los 32 municipios, la paleta de colores que se vislumbró aquella noche dejó patente que la gobernabilidad durante este mandato no iba a ser un camino de rosas para aquellos alcaldes que lo hicieran en mayoría.
Para muestra, un botón. El primer edil de La Zubia, Antonio Molina, ha conseguido esta semana sacar adelante sus presupuestos de este año con un mes de retraso y en cuyo camino se ha quedado el pacto de estabilidad que tenía con el PSOE, roto después de que los socialistas se abstuvieran el pasado 13 de agosto en el pleno extraordinario para debatir las cuentas que, ahora, sin embargo; han respaldado.
Salvo que la situación se restituya entre ambos partidos, algo que no debe descartarse teniendo en cuenta el cambio de actitud del PSOE esta semana; Molina deberá afrontar los próximos dos años y medio con solo cinco de los 17 concejales que componen la corporación zubiense.
Circunstancias del destino, en Cájar, pueblo limítrofe con La Zubia, la alcaldesa socialista Ana María García gobierna en solitario con solo tres de los once ediles después de que se rompiera el acuerdo de Gobierno que tenían con Ganemos Cájar, en la oposición desde hace más de medio año.
Estos han sido los dos únicos casos desde que arrancó el mandato municipal y en el que se rompieron pactos de estabilidad en los ayuntamientos, casualmente de forma inversa en uno y otro pueblo. En el resto, cada cual se las apaña para salir adelante.
De los 21 ayuntamientos en los que no existe mayoría absoluta, en ocho de ellos existen coaliciones que garantizan que los proyectos que se plantean los equipos de gobierno salgan adelante. Los pactos se producen en escenarios polémicos como en Armilla, donde Gerardo Sánchez se apoya en IU y en el edil de Ahora Sí Domingo Sola, al que su partido le ha abierto un expediente de expulsión precisamente tras pasar a formar parte del ejecutivo municipal.
Aparentemente enfrentados en las municipales, APPO y PP supieron aparcar sus diferencias meses después para llegar a un pacto estable en Ogíjares, donde Francisco Plata ha encontrado en Vicente Aguilera el mejor aliado en el Gobierno de su localidad. Mientras, en Albolote el mandato comenzó ya con el pacto hecho entre PSOE, IU y Ganar Albolote para evitar sobresaltos en el equipo comandado por Concepción Ramírez.
Uno de los pactos más curiosos se dio en Vegas del Genil, donde Ahora Vegas llegó a ostentar la Alcaldía durante dos semanas hasta que Alejandro Martín dejó el puesto al socialista Leandro Martín a cambio de que en junio de 2017 se produzca el cambio de poder en el bastón de mando. En Monachil y Villa de Otura, PSOE e IU-PG tienen un acuerdo de Gobierno que les garantiza la gobernabilidad, mientras que en Güevéjar UPG y PP mantienen el mismo acuerdo desde 2011 que sostiene a María del Carmen Araque en la Alcaldía.
El último en sumarse a esta lista de pactos, aunque sin entrar en el Gobierno local, ha sido el grupo municipal de Ciudadanos en Pulianas, que ha llegado a un acuerdo de gobernabilidad a favor del socialista José Antonio Carranza, quien ha tenido que emplear la mano izquierda para sacar adelante los proyectos.
¿Mejor solos?
En una docena de localidades del Área Metroplitana la gobernabilidad depende del diálogo y el entendimiento paso a paso. Como si del ‘Cholo Simeone’ se tratase, haciendo un símil futbolístico, en según qué localidades los alcaldes prefieren ir ‘partido a partido’ para trabajar en los ayuntamientos y tienen que tirar de negociación y diálogo para sortear la variedad de colores que existe.
Solo hay que echar un vistazo a algunas de las actas de los plenos que los ayuntamientos cuelgan en sus respectivas webs para cerciorarse de que la gama de colores deja un panorama en el que la monotonía no existe. Así, en Las Gabias por ejemplo, en donde IU forma parte del Gobierno aunque sin alcanzar la mayoría absoluta; en el pleno de junio se aprobó con 11 de 17 votos (PSOE, IU y Ciudadanos) la ordenanza de la transparencia y buen gobierno aunque sin embargo las mociones son un ejemplo de la variedad cromática del municipio, al haber algunas que salen por unanimidad y otras son rechazadas por algunos de los partidos que forman parte de la corporación.
El único gobierno netamente de Podemos en el ‘Cinturón’ está en Atarfe, donde Por Atarfe Sí gobierna con seis de los 17 concejales que hay en la corporación e intentando que la negociación sea el estandarte sobre el que pilotar la difícil situación del municipio, quebrado económicamente.
En Alhendín y Huétor Vega, Francisco Rodríguez y Mariano Molina no encuentran muchas dificultades para entenderse con Ciudadanos, partido que tiene la llave de gobierno en ambos pueblos. No ocurre lo mismo con su homólogo de Gójar, Francisco Rodríguez, que gobierna no sin tropiezos en el camino pese a que solo necesita un voto para alcanzar la mayoría absoluta del pleno.
Este escenario complejo también lo tienen que lidiar tres alcaldes metropolitanos del PSOE. Concretamente a Encarnación García, en Chauchina; Fátima Gómez, en Alfacar; y Juan Ramón Castellón, en Cenes de la Vega. En Santa Fe, Manuel Gil intenta salir del paso como puede con una oposición que suma 11 de los 17 ediles del pleno.
En Láchar Mari Nieves López cuenta a su favor de que el único acuerdo posible en la oposición es el contra natura que formarían PSOE y PP; situación similar a la de Pinos Genil, donde el independiente Gabriel Gómez tiene a veces el apoyo de único edil del PSOE en el municipio, el que necesita para la mayoría absoluta.
Cuando se vislumbra en el horizonte el ecuador del mandato municipal en junio de 2017, los ayuntamientos llegan no sin sobresaltos a un escenario multicolor en el que entenderse no solo es una opción, sino que en muchos casos es una obligación para gobernar.
La tranquilidad de la mayoría absoluta
Sin embargo, la ciudadanía, a pesar de la gama de colores que llegó después de las pasadas Municipales optó por un partido mayoritariamente en hasta once localidades del ‘Cinturón’, en donde la gobernabilidad pasa por un momento plácido para sacar adelante todos los proyectos, aunque ello no quiere decir que los equipos de Gobierno no cuenten con la oposición para según que proyectos. De este modo, desarrollan este mandato con mayoría absoluta en Maracena, Pinos Puente, Fuente Vaqueros, Cúllar Vega, Jun, Cijuela y Valderrubio, donde gobierna el PSOE; dos para el PP en Dílar y Churriana de la Vega; y otras dos para IU – PG (Ganemos), en Peligros y Víznar. En todos ellos, a excepción de las localidades cullera y peligreña, se mantuvo la hegemonía del partido que hay en el poder.
http://www.publico.es/ciencias/mediterraneo-acumula-455-toneladas-plastico.html