23 noviembre 2024

El teléfono contra el acoso escolar empezará a funcionar el 1 de noviembre

  • Todas las denuncias recogidas en el 900-018-018 serán investigadas y las más graves se derivarán a la Policía y la Fiscalía.El servicio contará con video-chat y video-conferencia para las víctimas con discapacidad auditiva o del habla.

    La puesta en marcha del teléfono nacional de asistencia a las víctimas del acoso y el maltrato escolar, tras meses de esperas y retrasos, ya tiene fecha. Desde el 1 de noviembre todos los alumnos, padres, profesores o cualquier persona que tenga información sobre un caso de violencia o persecución en los centros escolares no universitarios españoles podrá llamar al 900-018-018 para comunicarlo y activar los mecanismos para que la víctima reciba el apoyo preciso y la denuncia sea investigada.

    El servicio, creado por el Ministerio de Educación, será gratuito, funcionará las 24 horas y los 365 días del año, y las llamadas serán atendidas exclusivamente por un equipo de ocho psicólogos que además contarán con el apoyo ‘in situ’ de dos trabajadores sociales, un sociólogo y un abogado para que auxilien y asesoren a las víctimas en todo lo que puedan necesitar. Las comunicaciones con el servicio serán posibles también mediante video-chat y video-llamada para posibilitar las denuncias de personas con discapacidades del habla y de la audición, motivo por el que el 900-018-018 cuenta también con un especialista en el lenguaje de signos.

    Los denunciantes podrán llamar al teléfono con la tranquilidad de que todos los datos que proporcionen se registrarán en un fichero confidencial supervisado por la Agencia de Protección de Datos, que se mantendrá su anonimato en todo el proceso si así lo desean, y que la llamada no quedará registrada en su factura telefónica, según garantizó hoy el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín.

    Marín indicó que el nuevo servicio, el único específico que existirá en España, está pensado para auxiliar a los 8,1 millones de alumnos y 865.000 profesores que conviven en España en las enseñanzas no universitarias, incluidos los alumnos de centros en el exterior o de programas internaciones. La estructura pretende, aseguró, llegar a todos los menores y a todos los supuestos casos de acoso y convertirse en «la herramienta indispensable» para luchar contra esta lacra que afecta a centenares de miles de alumnos.

    El secretario de Estado indicó que se atenderán e investigarán todos los casos comunicados, que serán notificados a la Inspección Educativa y a los centros para que hagan las averiguaciones precisas y tomen las medidas necesarias, y que los hechos más graves, una vez filtrados, se derivarán a la Policía y a la Guardia Civil, así como a la Fiscalía. Considera que el teléfono no solo debe permitir salir al paso de los casos concretos sino que también servirá para empezar a confeccionar un registro nacional fiable sobre la realidad del acoso escolar y para proponer, a la vista de la experiencia, medidas y mejoras concretas para prevenirlo y combatirlo.

    Se trata de un servicio inspirado en el 016, el teléfono que desde hace años proporciona a las mujeres que sufren maltrato y agresiones de sus parejas o exparejas el canal donde dar con seguridad la voz de alarma sobre su situación, recabar auxilio inmediato y desencadenar la actuación de los poderes públicos para investigar y dar solución al caso. De hecho, como ocurre con este otro servicio, si el teléfono contra el acoso escolar -que ha sido cedido gratuitamente por su hasta ahora propietario, Google- alcanza con el tiempo un alto volumen de llamadas pasará a convertirse en un número de tres dígitos, probablemente el 018, porque habrá cumplido los requisitos técnicos que la dirección de Telecomunicaciones exige para autorizarlo.

    El servicio, tras casi un año de un proceso lleno de sobresaltos técnicos y de impugnaciones de empresas interesadas, fue adjudicado a la empresa Alcalá BC, por un período de un año prorrogable a otro, que lo gestionará bajo las directrices de Educación y con un presupuesto anual de 482.635 euros.

    Un drama sin cifras concretas

    A día de hoy, nadie sabe realmente cuál es la incidencia de la violencia o el acoso, en sus diferentes grados, en los centros educativos españoles, aunque hasta las aproximaciones más conservadoras coinciden en que se trata de un gravísimo problema. El ministerio, a partir de una estimación de los datos autonómicos y con datos de 2010, habla de que esta lacra puede afectar hasta al 4% de los alumnos no universitarios, lo que se traduciría en unos 320.000 niños y adolescentes. Sin embargo, estudios universitarios y de organizaciones como Save the Children elevan los afectados en España al 6% y al 9%, lo que implicaría a 774.000 alumnos.

    La fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR), la única que hasta ahora disponía de un teléfono para la infancia y adolescencia, y un amplio sondeo madrileño coinciden en que los casos detectados se han triplicado o cuadruplicado este trienio, aunque lo achacan más a que se ha puesto la lupa sobre el fenómeno que a que se hayan disparado. Lo que sí detectan todos es la irrupción brutal del «ciberbullying», ya uno de cada cuatro acosos escolares, con las adolescentes como víctima tipo y el Whatsaap como canal de vejación.