El empleo español destaca en la UE por inseguro y precario
Una encuesta oficial atribuye a España las menores tasas de absentismo en Europa
La precariedad laboral en España trasciende las cifras de paro y temporalidad. Quienes tienen empleo soportan condiciones de trabajo peores que la media europea, según una encuesta que publica este jueves Eurofound, la agencia de mercado laboral de la UE. Los horarios, la conciliación y la seguridad en el puesto figuran entre los más adversos del continente, de acuerdo con este estudio, basado en las respuestas que ofrecieron 44.000 trabajadores europeos en 2015. La agencia alerta de que la inestabilidad impacta negativamente en la salud.
El análisis de Eurofound revela que el incremento que ha experimentado la ocupación en España en los dos últimos años está lejos de traducirse en avances cualitativos. Un 26% de los trabajadores declaran temor a perder el empleo en los próximos seis meses (la media europea es el 17%). La agencia, que realiza esta Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo cada cinco años, vincula esa respuesta de uno de cada cuatro encuestados con los “altos niveles de desempleo, el uso de los contratos temporales y la protección por despido”, según los documentos a los que tenido acceso EL PAÍS. El porcentaje de inseguros es, de hecho, casi idéntico al de temporalidad (27% de la población ocupada).
Más allá del tipo de contrato, los horarios de trabajo colocan a España entre los países más desaventajados. Casi la mitad (el 49%) de los trabajadores aseguran tener menos de 11 horas de pausa entre el final de su jornada laboral y el principio de la siguiente, la cifra más elevada de los 28 Estados miembros. Los extensos horarios del sector de la hostelería, de gran peso en España, y los “factores culturales” (hábitos que retrasan como norma la jornada laboral) justifican la cifra.
Menor tasa de absentismo
Esos turnos prolongados dejan poco margen a la flexibilidad —solo el 9% de los empleados pueden adaptar el horario a sus necesidades, la mitad que en el resto de Europa— y a la conciliación con la vida familiar. El 24% de los trabajadores tienen dificultades para compaginarlos. Solo Grecia, el país más golpeado por la crisis económica, presenta datos peores (un 26%).
Las anomalías laborales, que perjudican la salud física y psicológica de la población ocupada, según admite la propia agencia, conviven, sin embargo, con las menores tasas de absentismo de toda Europa. Solo el 11% de los empleados declaran haberse ausentado de su puesto más de cinco días en el último año, la cifra más baja del bloque comunitario. Y ello pese a que el porcentaje de trabajadores que creen que el trabajo merma su salud excede la media de la UE (38% en España frente al 25% comunitario).
El techo sigue siendo de cristal
En un contexto europeo lleno de dispersiones, la proporción entre hombres y mujeres en puestos directivos acerca bastante a buena parte de los países. Pese a los avances de los últimos años, más de la mitad de los cargos de responsabilidad los siguen ocupando los hombres en todos los Estados comunitarios.
La mayor igualdad se da en Suecia y Finlandia, con casi un 50% de mujeres jefas. Grecia y Chipre registran los niveles más bajos (alrededor del 25%). En España apenas superan el 30%.
Los españoles tampoco parecen especialmente motivados con sus empleos. El 69% de los encuestados se quejan de desempeñar ocupaciones monótonas (la media europea no llega a la mitad de las plantillas). Además, el 35% están sometidos a presión por objetivos muy ajustados, ocho puntos por encima de la media.
Más cerca del punto de equilibrio figura el porcentaje de ocupados que dicen contar con la protección de un sindicato o de consejo donde estén representados los trabajadores. En España roza el 60%, similar a la media. La importancia de la pequeña empresa en el panorama español —y también en el comunitario— explica esas cifras.
Uno de los pocos elementos donde España despunta es en el ambiente de trabajo. El índice de bienestar, que mide las relaciones sociales, es de los más altos de la UE. Solo un 10% aseguran haber sufrido algún tipo de violencia o acoso.
Pese a detectar “elementos positivos”, la encuesta constata “desigualdades estructurales” en el club comunitario. El grado de intensidad del trabajo ha aumentado en los últimos cinco años, con casi una cuarta parte de los trabajadores que dicen tener que dedicar parte de su tiempo libre a cubrir las demandas laborales varias veces al mes.