22 noviembre 2024

La reválida de la ESO será voluntaria y la de Bachillerato sólo examinará de las asignaturas de 2º curso

La reválida de 4º de la ESO será voluntaria para las autonomías y la de Bachillerato sólo examinará de las asignaturas de 2º, en vez de las de 1º y de 2º.

Son las principales novedades que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, va a ofrecer a los representantes educativos de las comunidades autónomas en la reunión que mantendrá el próximo día 28 en el marco de la Conferencia Sectorial de Educación.

Según el Proyecto de Real Decreto-Ley de Medidas Urgentes para la Ampliación del Calendario de Implantación de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa, adelantado por Onda Cero y al que también ha tenido acceso EL MUNDO, la evaluación de la ESO (para alumnos de 15 y 16 años) no sólo no tendrá consecuencias académicas, sino que tendrá «carácter muestral», es decir, se realizará sólo en algunos centros que elijan las comunidades autónomas.

Ésta es la fórmula que siguieron, en la práctica, varios gobiernos regionales el curso pasado cuando se vieron obligados a hacer la evaluación de 6º de Primaria (11 y 12 años): realizaron un examen muestral. Sin embargo, el Ministerio les pidió explicaciones por escrito porque entonces consideró que no se ajustaba a lo dispuesto en la normativa.

Ahora, sin embargo, les copia la idea y permite que esta prueba se realice sólo en algunos colegios o institutos. Ya no será censal, ni tendrá efectos académicos, por lo que se convierte en una prueba más de diagnóstico, como las que se han realizado otros años en Primaria.

Por decirlo en palabras del decreto, «su superación no constituirá para ningún alumno un requisito para la obtención del título oficial de ESO».

El borrador atiende también a una importante reclamación del PSOE, al explicitar que los alumnos que obtengan un título de Formación Profesional Básica «podrán obtener el título de la ESO» sin tener que pasar, como se preveía antes, por la reválida de la ESO. Eso sí, los docentes tienen que considerar que «han alcanzado los objetivos de la ESO y adquirido las competencias correspondientes».

Se reduce el número de asignaturas

Además, según el proyecto de real decreto ley, el número de asignaturas se reduce. Los alumnos de 4º de la ESO ya no tendrán que hacer un examen de siete materias, sino que lo harán de seis: las cuatro troncales Geografía e Historia, Lengua y Literatura, Matemáticas y Lengua Extranjera, así como dos troncales de opción a elección del alumno, han explicado a EL MUNDO fuentes del Ministerio de Educación.

El borrador, por otro lado, acerca la reválida de 2º de Bachillerato (17 y 18 años) a lo que era la antigua Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Los alumnos sólo se tendrán que examinar de las asignaturas troncales de 2º y no de las troncales de todo el ciclo académico. Ya no tendrán, por tanto, que examinarse de asignaturas de 1º como Filosofía.

Si, con los planes inicialmente previstos del Gobierno, tenían que examinarse de ocho asignaturas, ahora este número queda reducido a seis, según han explicado fuentes del Ministerio. En la PAU había cuatro exámenes obligatorios y otros dos e incluso cuatro voluntarios para subir nota.

Sólo cuatro materias cuentan para entrar en la universidad

No obstante, el Ministerio y los rectores han alcanzado un acuerdo esta mañana, que aún no ha sido recogido en el decreto, para que, aunque sea obligatorio examinarse de las seis asignaturas, sólo cuenten cuatro de ellas, las cuatro troncales, para entrar en la universidad, tal y como ha explicado Segundo Píriz, presidente de la Conferencia Española de las Universidades Españolas (Crue).

Con esto se mantiene el distrito único porque las otras dos asignaturas servirán para subir nota, pero no la bajarán. Los alumnos tendrán que examinarse de las seis y habrá una nota global de cara al examen de diagnóstico. Pero, para entrar a la universidad, los rectores han logrado arrancarle al Gobierno que la cosa quede como estaba con la PAU: las cuatro troncales generales puntuarán del 0 al 10 y las dos troncales de opción servirán para ponderar del 10 al 14.

La reválida de 2º queda, en la práctica, lo más parecida posible a la Selectividad, pues durante el encuentro se han limado las diferencias más importantes que había entre una y otra prueba. Tal y como han confirmado en Educación, la nota mínima para aprobar será un 4 (en borradores anteriores era un 5), al igual que ocurría con la PAU, y la prueba no tendrá más efectos académicos que servir para entrar en la universidad.

Segundo Píriz ha añadido que el Ministerio no obligará a ninguna comunidad autónoma a realizar preguntas tipo test ni a que haya un examen de Inglés oral.

El ministro ya dejó caer el pasado martes, tras intervenir en el Pleno del Congreso, que realizaría cambios en estas pruebas, que han sido objeto de huelgas y de todo tipo de críticas.

Dos leyes paralelas

Con este real decreto, el Gobierno quiere tomarle la delantera al Congreso en la elaboración de la nueva ley educativa. Es decir, este texto va a ser la semilla donde se vayan añadiendo los cambios de la Lomce. Mientras tanto, seguirá adelante la tramitación parlamentaria de la proposición de ley del PSOE aprobada por mayoría absoluta en la Cámara Baja. Se da, por tanto, la extraña circunstancia, de que va a haber al mismo tiempo dos leyes paralelas para modificar la controvertida Ley Wert.

Aunque parece que irá más rápida la del Gobierno, ya que, al tener la forma de un real decreto ley, no necesita someterse a enmiendas parlamentarias, lo que apunta a que, con toda posibilidad, estos cambios estarán en vigor para las pruebas del próximo mes de junio. Además, el Ejecutivo está dispuesto a frenar la iniciativa del Congreso. El ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha explicado que el Consejo de Ministros ha acordado este viernes solicitar a la Mesa del Congreso que revoque su decisión de admitir a trámite la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE alegando que paralizarla tendría un impacto de 600 millones de euros que España dejaría de recibir de fondos europeos.

También ha indicado que los nuevos cambios en las reválidas suponen «el primer paso para abrir la puerta» a un pacto educativo.

Fuentes del Ministerio han explicado a este periódico que han enviado al PSOE este borrador en aras del pacto educativo que el Gobierno intenta alcanzar con el conjunto de la comunidad educativa. Por ello, se va a prorrogar la ausencia de efectos académicos de las dos pruebas durante «un plazo de tiempo prudencial y suficiente» durante el cual se alcance el citado acuerdo.

Esto significa que, aunque inicialmente se fijó en seis meses el tiempo para llegar a un Pacto de Estado, se va a ampliar este plazo y las reválidas no tendrán efectos académicos durante todo el tiempo que duren las negociaciones. Las fuentes consultadas aseguran que seis meses era un tiempo «muy limitado» para llegar a acuerdos.

Asimismo, el Ministerio se compromete a «no publicar ránkings» en ninguna de las dos pruebas, tal y como avanzó Méndez de Vigo el pasado mes de abril.

Las reacciones

«Estos cambios irían en buena dirección, pero no tenemos ninguna evidencia de que el Ministerio trabaje en esta línea, porque este borrador contradice la orden ministerial que concreta las características de las reválidas», ha valorado Carles López, presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae). Se ha mostrado a favor de que se pueda aprobar la prueba de Bachillerato con un 4, como ocurría con la Selectividad, y de que en el examen no entren asignaturas de 1º.

Los rectores también están contentos. «Es lo que estaba defendiendo la Crue y se ha llegado a un acuerdo razonable», ha dicho Segundo Píriz. «Hemos encontrado la forma de que el examen sea lo más parecido posible a la PAU. De esta forma, no se rompe el distrito único y hay bastante homogeneidad en la prueba, independientemente de que cada comunidad autónoma tenga la capacidad de poner las preguntas que considere oportunas».