¿Qué podemos hacer para mitigar los efectos del estrés e incrementar nuestra productividad? Es cuestión de disciplina.

Marta Romo, consultora, coach y experta en entrenamiento cerebral a través de neurofeedback dinámico, cofundadora de Neuroclick y BeUp, está convencida de que la respuesta está en «adquirir nuevos hábitos saludables para nuestro cerebro que nos permitan estar conectados interiormente, para no dejarnos a la deriva, dando bandazos en función del viento que sople fuera». Romo asegura que «esto implica adquirir una cierta disciplina diaria y tomárselo en serio, ya que la tentación de estar descentrado es muy apetitosa».

 En su libro Entrena tu cerebro (Alienta, 2016) da algunas sencillas claves para potenciar nuestra productividad limitando los efectos del estrés. Estas son sus mejores recomendaciones:

1. Permítete descansos breves periódicamente. «La capacidad para mantener la atención durante largos períodos de tiempo se ve modulada por varios factores, como las características físicas de los estímulos, el ritmo en el que aparecen y la cantidad. Sabemos desde hace bastante tiempo que la atención es cíclica y que no podemos mantenernos largo periodos de tiempo así. Si se hacen pausas breves cada treinta minutos, el nivel de rendimiento permanece a un nivel superior y casi constante», asegura.

2. Junta tareas similares. «Para aprovechar los umbrales de atención y concentración espera a enviar correos en bloque, en lugar de ir mandando o contestando a demanda. Suscríbete a RSS de tus webs y blogs favoritos y así podrás leer las actualizaciones también en bloques, ahorrando tiempo en buscar las noticias que te pueden interesar», apunta.

3. Si tienes que hacerlo, hazlo ya. «Huye de la adicción a procrastinar. El retrasar las cosas, aunque siempre exista un motivo de refuerzo o excusa: una tarea poco atractiva, inseguridad… Al final, es mejor quitárselo de encima cuanto antes, porque toda tarea se dilata indefinidamente hasta llegar a ocupar la totalidad del tiempo disponible para su completa realización», señala.

4. Haz menos. «El hecho de estar todo el día haciendo mil cosas es un síntoma de vagancia, porque nos dedicamos a acciones indiscriminadas y normalmente de poco impacto y no hacemos lo verdaderamente importante, que suelen ser cosas puntuales, Buscar la productividad personal tiene que ver con dedicar menos recursos para conseguir nuestros objetivos y eso pasa necesariamente por la planificación y la reducción de tareas. Sí, menos es más», avanza.

5. Conéctate por bloques, no constantemente. «Podemos limitar el uso del correo electrónico a ciertos momentos del día; esto puede ayudarnos a mantener nuestra atención focalizada en la tarea. Espera, al menos, dos horas en la mañana antes de chequear el correo electrónico. De esta forma evitas que los demás, a través del correo, organicen todo tu día y puedas comenzar la jornada con lo importante. No somos tan imprescindibles como para estar constantemente conectados…», concluye.

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